Querríamos escribir que ya no hay asesinatos por violencia de género, que este año, por fin, no hay víctimas del patriarcado y el machismo; sin embargo, lloramos a 42 mujeres asesinadas. En Castilla-La Mancha más de 1500 mujeres son víctimas de violencia de género, 7 de ellas son menores de edad.
Pocos días después de que se celebre el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, tenemos que lamentar el doblemente triste asesinato de una mujer. Una niña en realidad, con apenas 15 años y con toda la vida por delante, fue asesinada hace pocos días por su ex novio, otro niño de 17 años.
Estamos fallando, como sociedad, como personas, como seres humanos, hemos fallado cuando a una mujer la asesinan bajo la idea de “la maté porque era mía”, pero cuando ese cáncer llega y se instala entre nuestros jóvenes, estamos perdidos.
Recorremos los pasillos de institutos y observamos cómo cada vez con mayor frecuencia los comportamientos posesivos entre adolescentes son más comunes: chicas y chicos malinterpretan el amor convirtiéndolo en posesión. El control del otro se convierte en normalidad para muchos de nuestros adolescentes que miden el amor que se tienen por los celos que expresan.
Hace apenas dos días, un adolescente se nos acercó pidiendo ayuda para una amiga. La niña está cada día más aislada, ya solo se relaciona con su nuevo novio, sus amigos ya no saben qué hacer. ¿Cómo hacerle ver que eso no es bueno para ella? Que el maltrato no son solo los golpes, que la violencia nunca empieza por una paliza. Nosotros lo intentamos, pero es delicado, ella es víctima, pero también el chico, a quien probablemente nadie le ha enseñado a relacionarse de otra manera.
Educación, siempre es la respuesta. Educación que contrarreste los mensajes retrógrados de las redes sociales, educación que enseñe a los adolescentes a quererse y a querer bien, educación para tener responsabilidad afectiva, educación sexual que les enseñe a cuidarse. Educación para los padres, que a veces se ven desbordados y educación para los profesores, que en ocasiones no saben cómo abordar ciertos problemas, ciertas situaciones.
Educación que borre de nuestra sociedad el mensaje rancio y machista que recorre calles de las ciudades y los pasillos de los institutos, que se cuela en los móviles de nuestras hijas e hijos y les mal enseñan que el amor se mide en celos y control, que la mujer debe cuidar y servir al hombre y que o es mía o no es de nadie.
Educación feminista para que Cloe sea la última víctima. Desde Puente Madera, queremos mandar nuestro más sentido pésame a su familia.
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