sábado, 26 de junio de 2021

SOY TU SOMBRA



¿No me conoces?

Soy el que acusaba de brujería a las mujeres que conocían las plantas o querían ser libres. Soy el familiar de la Inquisición. Soy el que expulsó a los judíos. Soy el que expulsó a los musulmanes. Soy el que quemó sus libros en Bib Rambla. Soy el que persiguió a los protestantes. Soy el que convirtió a los indígenas americanos a cristazo limpio. Soy el que prohibió el Lazarillo. Soy el que prohibió estudiar en el extranjero.

Soy el que gritó “vivan las cadenas”. Soy el que cerró universidades y abrió escuelas de tauromaquia. Soy el que clausuró periódicos y teatros. Soy el que delató a Mariana Pineda. Soy el que desesperó a Mariano José de Larra. Soy el que obligó a exiliarse a miles y miles de liberales.

Soy el cacique. Soy el que acorta la palabra y alarga el paso cuando ve a un pobre. Soy el que se opuso al fin de la esclavitud. Soy el que se opuso al descanso dominical. Soy el que se opuso a la jornada de ocho horas. Soy el que se opuso a la legalización de los sindicatos. Soy el que se opuso al sufragio universal. Soy el que organizaba el pucherazo en las elecciones. Soy el que resucitaba a los muertos y les hacía votar.

Soy el que mandaba a los pobres a la guerra mientras los ricos se quedaban en casa por un módico precio. Soy el que aplaudió el golpe de Primo de Rivera. Soy el que lloró cuando se exilió el rey que había amparado al dictador. Soy el que luego se opuso a repartir tierra entre los jornaleros, soy el que se opuso a la autonomía de Cataluña, soy el que se opuso a la coeducación, soy el que se opuso a la separación iglesia-estado, soy el que se opuso al divorcio, soy el que se opuso a los matrimonios civiles. Soy el que gritaba “maricón” al paso de García Lorca. Soy el que justifica el golpe de estado del 18 de julio.

Soy la voz aflautada del Caudillo. Soy la paz de los cementerios. Soy el exterminador del gen rojo. Soy Pemán depurando el magisterio. Soy el censor que tacha y corta. Soy la vara sádica del maestro. Soy la sotana como bandera. Soy la reserva espiritual de Europa. Soy los sótanos de la DGS. Soy el indiferente. Soy el que mira hacia otro lado. Soy el apolítico.

Soy el bigote de Aznar. Soy las armas de destrucción masiva que nunca existieron. Soy el que dice que sacar a la gente de las cunetas es remover heridas. Soy el que está dispuesto a privatizar hasta los palos del sombrajo. Soy la Ley Mordaza. Soy los recortes. Soy el finiquito en diferido en régimen de simulación. Soy el que se opuso de nuevo al divorcio en 1981, soy el que se opuso al matrimonio igualitario en 2005, soy el que se opuso a la prohibición de fumar en interiores en 2006, soy el que se opuso a la Ley trans en 2007, soy el que se opuso a la despenalización del aborto en 1985 y 2010. Soy el que ahora se opone a la despenalización de la eutanasia. Soy el que se opone a los indultos. Soy el que se alimenta del conflicto.

Soy el abusón de la clase. Soy el que criminaliza a los menores no acompañados. Soy el que se ríe del niño amanerado. Soy el que insulta a las chicas que se dan la mano. Soy el que se niega a colgar banderas LGTBI en los balcones de los ayuntamientos. Soy el que echaría a los moros. Soy el que solo quiere ver a los negros en el interior de los invernaderos. Soy el que llama feminazis a las feministas. Soy el que confunde libertad con cerveza.

Soy la cuesta agotadora. Soy el bordillo en el que tropiezas. Soy el pasado que vuelve. Soy tu sombra. Mi principal enemigo es la luz.



 

@CPuenteMadera




jueves, 17 de junio de 2021

JUSTICIA BAJO SOSPECHA


Hace muy pocos días que en este país ha ocurrido algo muy grave y de lo que poco se ha hablado. El pleno del Consejo General del Poder Judicial, aprobó por 15 votos a favor y 6 en contra el informe sobre la Ley de Memoria Democrática. El informe aprobado cuestiona que se pueda ilegalizar fundaciones por apología del franquismo, por incitación al odio o a la violencia contra las víctimas del golpe de estado. "La apología del franquismo, siempre que no exista el requisito adicional de menosprecio o humillación a las víctimas, constituye la expresión de ideas que, aunque sean contrarias a los valores de la Constitución, están amparadas por la libertad de expresión", ha concluido el CGPJ. ¿Alguien entiende algo?

El poder judicial español siempre tan exquisito cuando se trata de amparar a quienes ensalzan el franquismo. Resulta repugnante que en nombre de la libertad de expresión se garantice el funcionamiento de fundaciones que hacen apología del franquismo, siempre y cuando no generen mensajes de odio contra las víctimas. Esto sí es la cuadratura del círculo. Los magistrados no han querido entender que la simple existencia de tal fundación ya genera de por sí un mensaje de odio y de menosprecio hacia quienes fueron represaliados y ejecutados por el franquismo. Una vez más el poder judicial español evidencia profundas lagunas democráticas. ¿Alguien en su sano juicio imagina una fundación Adolf Hitler funcionando con total normalidad en Alemania? Por lo que se ve España sigue siendo diferente. Los miembros del poder judicial defendiendo el legado del dictador asesino no tienen autoridad moral para hablarle a nadie de justicia, se pongan todas las togas que quieran. Esta caverna judicial está bajo sospecha, son la voz de sus amos.

La justicia en España es el hazmerreír de Europa y la vergüenza nacional. Un país que mete en el calabozo a unos titiriteros, que sentencia a penas de cárcel a raperos, que multa a revistas como Mongolia y que considera normal la exaltación de una dictadura de 40 años que provocó decenas de miles de muertos y que eliminó los derechos más fundamentales, empezando por el de libertad de expresión, tiene un grave problema con su "Justicia". La forma en que se realizó la transición permitió que se amnistiasen los crímenes cometidos en los cerca de cuarenta años de gobierno dictatorial y, lo que es mucho más grave, hizo posible que siguieran administrando justicia los mismos que habían sancionado los abusos ahora perdonados. En los últimos tiempos han ocurrido hechos graves que demuestran que el régimen constitucional del 78 no ha superado, cuarenta años después, las barreras del franquismo y no pasa página con la dictadura surgida a partir de la rebelión militar de 1936 contra el orden constitucional de la II República.

Hagamos un poco de pedagogía histórica. Los consejos de administración de Endesa, La Caixa, Telefónica o Iberdrola fueron el cobijo a principios de la democracia de la mitad de los últimos ministros franquistas. La otra mitad recalaron en la política. También en la Justicia hubo puerta giratoria: 10 de los 16 jueces del Tribunal de Orden Público franquista ascendieron al Tribunal Supremo o la Audiencia Nacional, de jueces franquistas, de la noche a la mañana, pasaron a jueces demócratas de toda la vida.

Los datos de un estudio reciente del CIS son muy elocuentes. En dicho trabajo se «recoge la mala consideración que tienen los españoles sobre la Justicia y la corrupción de los jueces, que consideran en un 80% que es bastante o muy necesaria una reforma de la Administración de Justicia porque al 59% les inspira poca o ninguna confianza, puesto que el 51% considera que el grado de independencia de los jueces es bastante bajo o muy bajo por su politización y corrupción». Es triste comprobar como la Justicia de España, en términos generales, está priorizando los intereses de las élites frente a los del pueblo, dado que el poder judicial español se ha convertido en el artífice de la regresión democrática española a base de tergiversar el espíritu de la Constitución del 78 e imponer una interpretación sesgada de los hechos y de las leyes, siempre favorable a posiciones conservadoras cuando no directamente franquistas.

El mismo poder judicial que se ensaña con los presos políticos catalanes, se niega a encarcelar a los falangistas que atacaron Blanquerna; el mismo poder judicial que destituyó a un presidente catalán democráticamente electo por colgar una pancarta que pedía libertad es el que se negó, hace unas semanas, a retirar un cartel xenófobo de Vox que sólo inspiraba odio. Mientras no haya una reforma en profundidad de leyes y de personas en el Poder Judicial, la democracia española derivará progresivamente en un régimen de corrupción institucionalizada y necesariamente contrario a las libertades.

Hay que abrir las ventanas, que entre un viento fuerte que arrastre a los jueces con olor a naftalina, para que entren en esos órganos jueces demócratas que no estén hipotecados con la Iglesia Católica, con los partidos de ultra derecha y con otros poderes fácticos. Mientras esto no ocurra, la Justicia de nuestro país estará bajo sospecha.


 

@CPuenteMadera


domingo, 13 de junio de 2021

DE PASEO POR EL ZOOLÓGICO… POLÍTICO



Esta mañana, aprovechando el buen tiempo, nos hemos dado una vuelta por el zoológico. Ya decía Aristóteles que el hombre es un “animal político” y debe ser verdad, porque por allí andaban todos y todas. Bien catalogados como propia especie, o bien como un grupo o característica a la que pertenecen, por allí andaban. No compartían necesariamente todas las características del animal en cuestión, y de ahí que concretemos en algunos casos.

En la taquilla, cobrando y repartiendo beneficios nos ha recibido Bárcenas, quien apuntaba todo lo que monetariamente entraba y salía de allí.

Nada más entrar, un camaleón: Sí allí estaba Toni Cantó. ¿Vecinos por Torrelodones, Unión Progreso y Democracia (UPyD), Ciudadanos, Partido Popular (PP)…? ¿de qué ciudad? Da igual, uno se pone del color y partido que mejor le venga en cada momento. Sin problemas.

Unos pasos más adelante, la zona de animales en extinción. Allí la Sra. Arrimadas era la reina del lugar.

Rocío Monasterio andaba revoloteando por allí, en la zona del cuco común, poniendo sus huevos en lofts ajenos para que se los empollen y críen otros.

¿Una salamanquesa? Ah sí, uno de esos animales que aunque pierda la coleta, sigue vivo. Pablo Iglesias, sí.

Junto a un tremendo charco de ranas, varios cientos de cargos del Partido Popular ocupaban la macrojaula para las urracas: cualquier cosa que brilla o consideran de valor, ¡a la saca!

Allí, en un enjambre, la abeja obrera, trabajadora y con discreción laborando por los demás, Yolanda Díaz.

El loro que aprende a decir lo que escucha de quien tiene al lado: Pablo Casado. Al lado, claro, la jaula de los animales coprófagos: a Abascal la m13&da le hace crecer.

Un hormiguero, sin que nadie repare en él, pero con permanente trabajo casi imperceptible es la guarida de Garzón.

En la zona de animales territoriales encontramos grupos muy diferentes, pero con algo en común: se pasan el día orinando para marcar su territorio y cuanto pase en el resto del mundo les importa un bledo. Para observar a uno de ellos en concreto, se requieren unos prismáticos, pues vive en acomodada zona lejos del zoológico.

¡Una hiena! Ayuso, en sí misma no da para mucho, pero ¡ay las hienas!

¿Cómo? ¿un pterosaurio? Ah, ya, Rosa Díaz, también por aquí.

Por el medio del estanque, asoma un delfín solitario. Sí, los delfines son inteligentes, pero no es ese el motivo por el que ahí navegue Page.

En una vitrina, los parásitos. Son familia y las coronas les delatan.

Y en un sitio elevado, se ve una amplia manada de mandriles. Destaca el macho alfa, Pedro Sánchez. No obstante, el estrés es palpable: el resto de machos se miran y remiran con recelo unos a otros y las incursiones contra el líder son cada vez más frecuentes.

Y así nos vamos, pero no sin antes dejar una nota en el buzón de sugerencias: por favor, alejen las vitrinas de los parásitos de la zona de los elefantes.

@CPuenteMadera


domingo, 6 de junio de 2021

TERRORISMO Y MEMORIA

Uno de nosotros, como tantos otros conciudadanos, vivía en Madrid durante los años 90 y pudo contemplar desde su casa la carrera de los servicios de emergencias hacia la humareda que subía desde Puente de Vallecas, donde ETA había asesinado a seis trabajadores civiles de la Armada. También durante esos años cogió todas las mañanas un tren de cercanías en Atocha, para ir a su trabajo, como aquellos cientos de personas asesinadas y heridas por los atentados yihadistas del 11 de marzo de 2004.

Recordamos también los asesinados, niños incluidos, en las bombas contra las casas cuartel de la Guardia Civil, como en Vich y Zaragoza. Y tantos otros, como la bomba en Hipercor, o la conmoción que provocó el premeditado y anunciado asesinato del concejal del PP Miguel Ángel Blanco. O los de Ernest Lluch, el ministro socialista, o los de Tomás y Valiente, en la universidad. Y tantos otros y tantos más crímenes de ETA.

Tanta sangre, tanta violencia… injustificable e inútil, tanto dolor zancadilleando el nacimiento de una democracia que nacía y que crecía, a pesar de todo, más fuerte que sus enemigos. Los atentados de la calle Atocha, la matanza de los abogados laboralistas del PCE y de CC.OO. por pistoleros de extrema derecha. Y el GAL, la impresión que nos produjo la intervención del forense Francisco Etxeberría en la conferencia organizada por Amnistía Internacional en Albacete sobre la tortura y asesinato de Lasa y Zabala por los aparatos parapoliciales del estado. Y el Batallón Vasco Español, y el GRAPO… y las víctimas de los atentados de las Ramblas, o los jóvenes asesinados por guardias civiles en el terrible llamado “caso Almería”, sobre el que escribimos hace poco.

¿Cuánto de todo esto saben nuestros jóvenes? Afortunadamente apenas lo han vivido, no se sobresaltan ni se estremecen como nosotros lo hacíamos hace años. A veces se dice, con cierta razón, pero con razones equivocadas, que en los institutos no se enseña esta terrible parte de nuestra historia reciente. Se enseña, lo sabemos porque nosotros mismos lo hacemos, pero pertenece al último tema del último curso de la ESO y del último curso de bachillerato, y alumnos y profesores padecen el exceso de contenidos y la falta de horario para impartirlos. Hacemos todo lo que podemos, aunque, probablemente, no sea suficiente. Pero cuando lo conseguimos, el interés de nuestros jóvenes por esta parte de nuestra historia reciente, que pueden rastrear después en conversaciones con sus familias, es enorme.

La inauguración esta semana del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, en Vitoria, supone una obligatoria mirada reflexiva a lo peor de nuestro pasado reciente. Ha recibido algunas críticas porque, aunque se documenten los crímenes del GAL, en el Centro no se exponen los casos relacionados con la brutalidad policial durante el franquismo y la democracia, incluyendo los cinco asesinados en 1976 en los llamados “sucesos de Vitoria”, la ciudad sede del Centro. El Centro habla de Terrorismo, pero no de todo el terror. Son comprensibles las críticas, pero también las alabanzas a la creación de un espacio así.

Hace pocos años, aprovechando un viaje por el País Vasco, uno de nosotros hizo un alto en Mondragón-Arrasate y fue a la calle de la humilde barriada en la que ETA cometió uno de sus últimos asesinatos, el del concejal socialista Isaías Carrasco, trabajador del peaje de la autopista, tiroteado delante de su familia y sus vecinos. Y uno de nosotros se quedó allí, parado, en esa calle, enfrente del portal de esa humildísima vivienda, pocos años después del crimen, con el corazón encogido, preguntándose “¿por qué?, ¿para qué?”. Es difícil expresar lo que se siente en momentos así, en un escenario así, y es imposible que podamos imaginar lo que la familia de Isaías y todas las demás familias sufrieron y todavía sufren. ¿Por qué? ¿Para qué?

Sea el terrorismo una página de capítulos pasados, aunque el sufrimiento traumático que provocó nunca desaparecerá… sea esa página releída constantemente y, sobre todo, sean las nuevas generaciones educadas en la convivencia y el respeto a los demás. Un recuerdo para todas las víctimas.



@CPuenteMadera