viernes, 30 de septiembre de 2011

TODOS PARA O.N.U. Y O.N.U. PARA UNO


Disculpen los lectores y lectoras este enrevesado y dumasino título. Una vez más, contemplamos en estos días con mucha frecuencia la tribuna principal de Naciones Unidas, y una vez más también, nos da que pensar el papel, papelillo o papelón de tan ilustre organismo. Necesaria sin duda, y con momentos brillantes con toda seguridad, años ha que el mundo ha cambiado sustancialmente mientras que este tipo de organismos siguen rigurosamente estáticos y cuando parecen moverse, todo sugiere que lo hacen en sentido contrario al que de natural se les esperaba. Eso por no hablar de muchos de sus órganos y sus simpáticos lemas/objetivos. Por ejemplo (pedimos a quienes aún continúen leyendo que se agarren bien a la silla), el Fondo Monetario Internacional, se creó para “promoción de políticas cambiarias sostenibles a nivel internacional, facilitar el comercio internacional y reducir la pobreza”. Ya, ya, eso mismo pensamos nosotros, sobre todo cuando hace 40 años dejaron de tener un fijo de divisa/oro que a algunos “mercados” no les venía del todo bien. Eso sí, al menos han tenido la delicadeza de no explicar de quiénes están reduciendo la pobreza exactamente.
Pero continúe, continúe agarrado, porque por ejemplo el (grupo del) Banco Mundial afirma “reducir la pobreza mediante préstamos de bajo interés, créditos sin intereses a nivel bancario y apoyos económicos a las naciones en desarrollo”. Igualmente, no se han tomado la molestia de explicar cómo afecta verdaderamente a la larga a la sociedad de esos países y mucho menos a su medio ambiente.
Pero bueno, por centrarnos en la O.N.U., ésta se define como una “asociación de gobierno global que facilita la cooperación en asuntos como el Derecho internacional, la paz y seguridad internacional, el desarrollo económico y social, los asuntos humanitarios y los derechos humanos”. Lo dicho, no dudamos que en su formato actual, no haya tenido su función necesaria, pero estarán con nosotros que en la actualidad…. su rol sería muy mejorable. Las malas lenguas dicen que Su Consejo de Seguridad está encargado de “mantener la paz y seguridad entre las naciones, y además, dictar resoluciones que, al contrario que otras divisiones que sólo pueden sugerir, son de obligado cumplimiento para los países”.  Claro, uno ve en la tribuna estos días a los representantes de Israel, casi ya unos profesionales de violar resoluciones; a los marroquíes, otros igual respecto al pueblo saharaui, etc., etc. Además son imágenes hirientes. Vemos por ejemplo también hablando con pleno derecho a una serie de señores que han sido (im)puestos por la OTAN (a ésta la dejamos ya para mejor ocasión) para representar a un Estado cuyo presidente era íntimo amigo hace cuatro días, que aún parece seguir vivo en el país y que todavía controla algunas zonas de éste. No seremos nosotros quienes vayamos a aplaudir a Gadafi, pero desde luego sí parece oportuno sacar los colores a todos sus amigos que de repente con la crueldad que dan las urgencias geoestratégicas y económicas, arrasan Libia en estos días mientras colocan a sus hombres de paja. Y en tanto éstos suben ahí y hablan de pleno derecho, los representantes del pueblo palestino hablan de prestadillo, sabedores de que su causa, aun respaldada por más del 80% del mundo, será vetada porque tan sólo “uno de la O.N.U.” decide que así sea. Obama, una vez más, se come con patatas sus promesas electorales y tira lo poco que le quedaba ya de aquél crédito de ilusión que llegó a suscitar entre alguna gente.
Y bueno, en ese foro de 193 países, también a habido veces en que tan sólo 3 de ellos han quedando defendiendo una política inhumana, pero un puñado de la extrema derecha en Miami parece tener más peso que todo el resto del mundo en esos foros tan democráticos y universales, y en Cuba se sigue padeciendo un cruel embargo. Es sólo por cerrar con otro ejemplo.

jueves, 22 de septiembre de 2011

MUSEO DE LOS HORRORES DEL CAPITALISMO


             Es curioso. Viajando por ahí, uno se tropieza frecuentemente con museos de los horrores de todo tipo y condición: de la Inquisición, del holocausto, de genocidios diversos, del estalinismo… Pero en ningún sitio se les ha ocurrido, que sepamos, levantar un Museo de los Horrores del Capitalismo, y eso que el engendro en cuestión cuenta en su haber con muchas más víctimas que todos los anteriores juntos. Y ¿por qué no intentarlo en Albacete, ahora que necesitamos encontrar salidas imaginativas a la crisis?
            La cosa podría plantearse en plan pedagógico y guay. Se trataría de proponer al visitante un recorrido que le permitiese verificar la máxima fundacional del capitalismo, esa que afirma que la persecución ciega del beneficio individual genera progreso colectivo a tutiplén. Y quizá lo mejor sería empezar con una sección que cabría denominar El capitalismo puro. En ella podrían exponerse documentos (informes, relatos, ilustraciones, fotografías, vídeos…) relativos a las jornadas de más de doce horas, a los salarios miserables, al trabajo infantil en las minas, a la explotación de la mujer… Una disposición inteligente de los materiales, que destacase la coincidencia de la situación laboral de los trabajadores europeos del siglo XIX con la que siguen viviendo muchos trabajadores actuales en países empobrecidos, permitiría al espectador conocer el capitalismo en su estado natural, es decir, libre de las regulaciones con que el estado del bienestar encorseta a la bicha.
            Otra sección, que estaría bien denominar El capitalismo voraz, expondría el impacto de este simpático modelo económico en el medio ambiente. Mostrar la totalidad de los espacios naturales masacrados en el altar del beneficio privado resultaría interminable; por ello, quizá deberíamos conformarnos con, por ejemplo, aludir al deterioro imparable de la Amazonía, con el consiguiente exterminio de las poblaciones indígenas correspondientes, o a los efectos de la actividad industrial en el cambio climático. Al visitante sin duda le interesará saber cuántas personas mueren al año por efecto de las sequías e inundaciones que provoca el calentamiento global. También resultaría oportuno, al respecto, documentar la actividad especuladora de ciertas multinacionales y sociedades de inversión que compran alimentos a bajo precio para acapararlos y obtener con su venta posterior suculentos beneficios. Con ello mueren muchas personas, pero son pobres. Para el capitalismo sólo son víctimas de su propia incapacidad para competir y adaptarse a los cambios en el medio.
            En la sección titulada El capitalismo sangriento se analizaría el recurso a la violencia y la guerra como herramientas de control de los recursos. Una breve panorámica histórica podría trasladarnos desde la época de formación de los imperios coloniales hasta las recientes guerras de Irak, Afganistán o Libia. Al visitante se le puede proponer la realización de una sencilla suma con las cifras aproximadas de víctimas de los principales conflictos. Así, de forma cómoda e intuitiva, se percatará sin dificultad de que el holocausto judío se queda en mantillas frente a los crímenes del capitalismo.
            Ahora todos los museos son interactivos, todos tienen chismecitos que invitan al espectador a participar. Una sección sobre El capitalismo del futuro podría plantear al visitante la posibilidad de imaginar la evolución del sistema con  algo parecido a una máquina del tiempo. La máquina podría tener varias opciones: educación, sanidad, trabajo, fuentes de energía… Accionando la opción de educación, por ejemplo,  aparecería en la pantalla una escuela con pocos profes y aulas masificadas, en la que los niños se prepararían para convertirse en mano de obra barata…; o  una escuela directamente cerrada, porque, claro está, la escuela pública no es buen negocio. Y así, con el resto del menú. Lo cierto es que imaginar la evolución desbocada del capitalismo a partir de los indicios presentes provoca bastante más miedo que la niña de El exorcista.
            En definitiva, se nos antoja que instalar en Albacete un Museo de los Horrores del Capitalismo puede contribuir decisivamente al progreso de nuestra ciudad, que de esta manera vería incrementada su atractiva oferta de museos singulares. Por otro lado, no nos cabe duda de que las actuales autoridades municipales y regionales  acogerán con entusiasmo nuestra propuesta.

EL MEJOR INICIO DE CURSO ESCOLAR DE LA HISTORIA


Después de un largo y soporífero verano, en el que las nuevas autoridades regionales parecían haber entrado en catalepsia, la dama de la peineta se descuelga, de repente, con un plan de recortes que amenaza con no dejar títere con cabeza. Lo ha hecho, además, exultante, feliz, como el niño que presenta los deberes para que el maestro (en este caso, Rajoy) le pase la mano por el cogote en señal de aprobación. Una de las medidas más polémicas ha sido el aumento de dos horas lectivas para los profesores de secundaria, lo que supondrá la reducción de, aproximadamente, un 10% de las plantillas. Mucha gente, ahora, se deshace en aspavientos y lloriquea por la esquinas. Pero ¿qué esperábamos entregando la gestión de lo público a personas que no creen ni han creído nunca en el valor de lo público? En Madrid, en Valencia, en Galicia… el PP lleva años desmontando y desacreditando el sector público para mayor beneficio del privado, cuyos intereses representa y fomenta. Hemos confiado alegremente la custodia del rebaño a los lobos, y los lobos lo único que han hecho ha sido comportarse de acuerdo con su programa genético.
La manera como se han desarrollado los hechos se nos antoja estupefaciente. Durante todo el mes de julio, los equipos directivos estuvieron trabajando, como cada año, para organizar los grupos en relación con el cupo, es decir, el número de profesores previamente asignado. Para quien no lo sepa, dicha tarea, en institutos que superan la población de muchos pueblos, constituye un verdadero encaje de bolillos. Tampoco resulta fácil confeccionar los horarios. Por eso, para poder empezar el curso con un mínimo de garantías, muchos centros celebraron a principios de la semana pasada los claustros en los que se lleva a cabo el reparto de horas y materias por departamentos. Ya sabemos que para Esperanza Aguirre y Ana Botella esas cosas no son trabajo, sino cachondeo, fiestuki... Quizá por ese motivo, sin negociación previa, por el procedimiento de ordeno y mando, el viernes 9 (ojo, a sólo dos jornadas hábiles del comienzo de curso) la consejería envía un nuevo cupo recortado que invalidaba todo el proceso anterior. Nunca los equipos directivos habían sido humillados de esa manera. Es como si a un director de orquesta le cambian los músicos y la partitura una hora antes del concierto. Por mucho menos, en otros tiempos se habría liado la marimorena.
Pero, evidentemente, lo malo no es todo el cúmulo de mentiras, tergiversaciones y desprecios dirigido al colectivo de docentes. Están acostumbrados. Tampoco se ofenden por tener dos horas lectivas más. Cualquier profesor prefiere dar clase con sus alumnos antes que, por ejemplo, hacer una guardia ante una turba de acechantes y díscolos desconocidos. Lo malo es que unos 3000 profesores se quedan sin trabajo, y que un número indeterminado se queda sin horas y tendrá que completar su jornada con materias más o menos afines. Eso es lo malo. Y lo peor, que la calidad de la educación pública, la de todos, va a empeorar, porque habrá menos profesores para atender a los alumnos, y los profesores son el elemento fundamental del proceso educativo. El milagro del hecho educativo puede darse sin pizarras digitales, sin ordenadores, sin proyectores… ¡¡hasta sin administración educativa!!, pero no sin profesores. Los padres deben ser conscientes de que reducir su número, condenarlos a impartir asignaturas ajenas o desmantelar sus centros de formación supone atentar no sólo contra un sector profesional, sino también contra la médula del sistema educativo y, por lo tanto, contra el futuro de sus hijos.
El consejero de educación ha dicho, sin embargo, que “estamos ante el mejor inicio de curso escolar de la historia”. Sin duda piensa que somos todos imbéciles. Pero se equivoca. A la acción de protesta convocada por los sindicatos para el pasado lunes asistió no sólo un buen número de profesores, sino también un puñado de chavales que se habían movilizado a través de las redes sociales. Esperemos que su ejemplo cunda. Hoy más que nunca tenemos que elegir entre la mansedumbre del cordero o la dignidad del ciudadano.