miércoles, 22 de junio de 2022

OTAN NO, PAZ SÍ


La paz no es algo que deseas, es algo que creas, algo que haces, algo que eres, y algo que regalas” (John Lennon)
 

Aunque resulte incomprensible, en 1981, en vísperas de la entrada de España en la OTAN, había un PSOE, liderado por Felipe González, que publicaba en sus documentos frases como estas: “España tiene una larga tradición de neutralidad, que ha proporcionado buenos resultados a los intereses del país...pero la entrada en la OTAN es un paso de gigante en un camino hacia la dependencia automática de situaciones externas y no controlables por un país como es el nuestro...La política de un país como España debe estar inspirada en la consecución de ciertos objetivos esenciales. Estos pueden ser: a) trabajar por la paz y la distensión; b) no romper equilibrios generales sobre los que se asienta la actual situación mundial; c) lograr, dentro de esta situación de equilibrio, un margen de autonomía que evite la satelización del país… La entrada en la OTAN es un factor contrario a la distensión...se terminará por hacer la política de la superpotencia (USA) rectora de la OTAN…” del documento 50 PREGUNTAS SOBRE LA OTAN, del PSOE, impreso por Unigraf, S.A. en Madrid, 1981 (¡¡¡Sorpresa!!!)

Pero en octubre de 1982, el PSOE gana las elecciones generales con una amplia mayoría absoluta (202 diputados y diputadas) y todo cambia. Felipe González, ya en el gobierno, en un ejercicio de amnesia autoinducida no ve nada negativo en que España permanezca en la OTAN. Por presiones de la calle y de algunas fuerzas político-sociales se ve obligado a realizar la farsa de 1986, con ese referéndum trampa. En aquel momento histórico, el gobierno del PSOE utilizó toda la fuerza del Estado y los medios públicos para doblegar la voluntad de la ciudadanía que, en las encuestas, se manifestaba favorable a la salida de la OTAN.

Algunos aún recordamos aquella papeleta del 12 de marzo de 1986, con las tres condiciones para permanecer en la OTAN, que no se han cumplido, como muchos denunciamos insistentemente:

1ª La participación de España en la Alianza Atlántica no incluirá su incorporación a la estructura militar integrada” (vulnerada en 1997).

2ª Se mantendrá la prohibición de instalar, almacenar o introducir armas nucleares en el territorio español” (incumplida desde 1988 con el Convenio de Cooperación con el Reino Unido)

3ª Se procederá a la reducción progresiva de la presencia militar de los Estados Unidos en España” (incumplida sistemáticamente, por ejemplo los marines de la base de Morón se han cuadriplicado).

Y ahora, en escasos días, el 29 y 30 de junio, paradojas de la vida y de nuestra historia reciente, la confluencia planetaria y cosmológica harán que Madrid sea la blindada capital mundial del militarismo, con la celebración de la Cumbre de la OTAN, la mayor organización militar supranacional del planeta.

Recordamos que la organización atlantista es una maquinaria bélica que, desde su fundación al comienzo de la Guerra Fría, ha estado al servicio del sistema capitalista con el fin de expandir y asegurar la implantación de las políticas neo-liberales en diversos territorios. Una organización, que tras la caída de la URSS, implementó sobremanera su actividad en la zona. La OTAN se extiende por un territorio que habitan 1.000 millones de personas, controla prácticamente la mitad de la economía mundial y sus países miembros acumulan, juntos, el mayor gasto militar en el mundo año tras año, con más de un billón de dólares.

La Organización del Tratado del Atlántico Norte es un sistema de seguridad multinacional que actúa en el escenario internacional infringiendo el mandato explícito de la Carta de las Naciones Unidas, además de uno de los mayores impulsores de la carrera armamentística mundial. Ello la convierte en una amenaza para la paz. La militarización de Europa y la invasión de la Federación Rusa a Ucrania, que rechazamos totalmente, son nuevas amenazas a la paz mundial que demuestran que la desmilitarización de la seguridad y el No a la Guerra siguen siendo más necesarios que nunca.

Pero sigue habiendo alternativa a este dislate. Debemos avanzar hacia el fin del intervencionismo militar, hacia modelos de justicia social, hacia la justicia climática y hacia un sistema de seguridad desmilitarizado, basado en la prevención diplomática de los conflictos, la multilateralidad y el cumplimiento de la Carta de las Naciones Unidas. La propuestas de la OTAN van acompañadas de un despliegue militar de EE.UU. por todo el mundo, algo que rechazamos, incluidas las bases en nuestro país de Rota y Morón, sin olvidar algo que tenemos en la puerta de nuestra casa, el TLP o Escuela de Pilotos de la OTAN de Albacete donde se ensaya para masacrar a personas inocentes.

La OTAN, sin lugar a dudas, es una amenaza para la paz, como han demostrado sus actuaciones en Yugoslavia, Irak, Libia o Afganistán, que han generado desestabilización, destrucción y retrocesos en el pleno ejercicio de los derechos sociales y humanos de las personas en las zonas intervenidas.

Pero mira por donde, en nuestros días, el supuesto gobierno más progresista de la historia de España se presenta como anfitrión de esta organización militarista. Poco se puede esperar de quienes se autodenominan socialdemócratas, pero que en realidad desde posiciones social-liberales, ya no es que se dobleguen ante el yugo del sistema dominante, sino que funcionan como auténticos colaboradores en la construcción y en la perpetuación del mismo.

Se deben revertir los gastos armamentísticos en la salud, la educación, la vivienda, los cuidados y la igualdad. Un cambio de paradigma que ponga en el centro la vida, contra las políticas que priorizan el armamento y las bases de la OTAN en detrimento de la igualdad y del cuidado de la vida.

Es hora de la unidad de acción en la búsqueda de un espacio de ruptura definitivo con este tipo de prácticas belicistas. Hagamos una firme apuesta de paz llegada desde sectores como el sindicalismo, el ecologismo, el feminismo, la juventud, etc., que confronten abiertamente con la industria militar que tan sólo fabrica muerte. Contra quienes se sitúan al lado de esa muerte, pongamos la vida de las personas en el centro de las decisiones políticas y no olvidemos que las armas se hacen solo para matar.

El NO a la Guerra sigue siendo necesario, hoy más que nunca. Por ello seguimos, reiteramos e insistimos:

¡OTAN NO! ¡SÍ A LA PAZ!

@CPuenteMadera

 

Nota.- Nos vemos en la "Manifestación Por la Paz, No a las Guerras, No al Presupuesto Militarista" del próximo domingo, 26 de junio, en Madrid, saliendo a las 12 horas desde Atocha.

¡La lucha sigue!


domingo, 12 de junio de 2022

POR ANDALUCÍA, POR TOD@S

Tras la batalla de las Navas de Tolosa (1212), Andalucía quedó abierta a la acción conquistadora de los reinos cristianos. Fernando III, Alfonso X y sus sucesores repartieron las tierras ocupadas entre los grandes linajes que los acompañaban como si fuera una tarta de cumpleaños. Ese es el origen bastardo del latifundismo andaluz. Tiempo después, los Reyes Católicos imponían su programa totalitario expulsando a los judíos en 1492 y obligando a los musulmanes a convertirse en 1502. Ese mismo año el cardenal Cisneros ordenó quemar miles de libros árabes en la plaza Bib Rambla de Granada. El incendio se veía desde kilómetros. Las lágrimas elevaron el caudal del Darro.

Comenzó entonces la edad de las hogueras. Tras los libros, como de costumbre, llegó el turno de las personas. Entre 1559 y 1562 fueron quemados todos los protestantes de Sevilla. Y todas las protestantes, porque entre aquellas personas hubo muchas mujeres que cometieron un gran pecado: querer leer la Biblia. Es decir, querer leer. Mientras tanto, sus católicas majestades seguían empeñadas en mantener un imperio imposible a costa de sangrar las colonias americanas y desangrar sus propios reinos. Cervantes describió el desamparo de la infancia andaluza durante el siglo XVII en Rinconete y Cortadillo, y Murillo la retrató.

De la monarquía, aunque se vista con la seda de la Ilustración, nunca cabe esperar nada bueno. En 1749 Fernando VI sometió a trabajos forzados a todos los varones gitanos y envió a prisión a todas las mujeres gitanas. Es lo que se conoce como Gran Redada. Se trataba de, en palabras de los mismos organizadores, aplicar una “solución final” a una población que, por itinerante, resultaba extremadamente incómoda para el poder. La mayor parte de los condenados a galeras, de las apresadas en campos de concentración, de los niños y niñas separados a la fuerza de sus familias… vivía en Andalucía. Por cierto, durante ese mismo siglo, y en esa misma tierra, surge esa bomba atómica llamada flamenco como consecuencia de la fusión de lo gitano con el sustrato judío y morisco. No hay nada más mestizo y menos cristiano viejo que el flamenco.

El siglo XIX tampoco mejoró las cosas en Andalucía. Fernando VII cerró las universidades y abrió la Escuela de Tauromaquia de Ronda. Más toros y menos libros. ¿A qué suena? Los liberales desamortizaron (privatizaron) las tierras comunales, las vendieron al mejor postor y dejaron sin pan a miles y miles de familias campesinas. Así, de un plumazo. ¿A qué vuelve a sonar? Las leyes abolieron la servidumbre, pero los antiguos señores feudales se convirtieron en caciques y, al final, nada cambió. Y cuando se quiso cambiar algo, los de siempre lo impidieron. Durante el Bienio Negro (1933-36) los terratenientes recomendaban a los jornaleros que “comiesen” república. Poco después, Queipo de Llano invitaba a falangistas y legionarios a enseñarles a las mujeres republicanas cómo eran los “hombres de verdad y no esos milicianos maricas”. Acabada la guerra, el franquismo arrojó fuera de su patria a cientos de miles de andaluces, que por esos mundos de dios fueron objeto de todas las manifestaciones de racismo posibles y unas pocas más.

Pues bien, sabiendo todo eso, ¿cómo se puede entregar Andalucía a los mismos torquemadas y a los mismos señoritos que la han tenido sometida? ¿En qué cabeza cabe? Desde luego que se han cometido errores, y después de las elecciones habrá que hablar de muchas cosas a corazón abierto. Pero, mientras tanto, desde este humilde rincón de Castilla-La Mancha os animamos, hermanas y hermanos andaluces, a que el 19 de junio vayáis a votar recordando vuestra historia y pensando en las minorías oprimidas, en las mujeres violentadas, en los trabajadores explotados, en los jóvenes sin futuro, en vuestra madre tierra amenazada por la especulación... Os imploramos que no entreguéis el gobierno a aquellos que “invocan la patria y la venden”, como alertó Antonio Machado. Por favor. Por Mariana Pineda, por García Lorca, por Victoria Kent, por Blas Infante. Por Andalucía, por España, por tod@s.

 

 

@CPuenteMadera