En las últimas semanas hemos tenido muy
presente la Ley de Memoria Democrática española (Ley 20/2022, de 19
de octubre), que tiene como objeto el reconocimiento de quienes
padecieron persecución o violencia, por razones políticas,
ideológicas, de pensamiento u opinión, de conciencia o creencia
religiosa, de orientación e identidad sexual, durante el periodo
comprendido entre el 18 de julio de 1936, la Guerra de España y la
Dictadura franquista hasta la entrada en vigor de la Constitución de
1978, así como promover su reparación moral y la recuperación de
su memoria personal, familiar y colectiva, promoviendo lazos de unión
en torno a los valores, principios y derechos constitucionales. Una
Ley necesaria y justa que el señor Feijóo, junto al ultra Abascal,
quieren derogar si llegan a gobernar este país. Esperemos que ese
día nunca llegue y que la Ley de Memoria Democrática siga vigente
durante muchos años, pudiendo mejorarse próximamente en algunos
aspectos.
Sirva este humilde artículo como
reconocimiento a una familia querida y cercana, de nuestra tierra, a
la familia Sahuquillo Tendero de Madrigueras (Albacete),
especialmente a Maria Pilar Orozco Sahuquillo, que con su herencia de
dolor, su lucha sin descanso y su inmensa dignidad, han hecho posible
la exhumación y rescate de los restos de dos de sus antepasados,
vilmente asesinados por cuestiones políticas e ideológicas.
El 7 de agosto de 1939 (ya con varios
meses de “paz”), José
Sahuquillo Valera (el
bisabuelo) y el tío abuelo, José
Tendero Martínez, fueron
ejecutados en Chinchilla de Montearagón (Albacete), por orden de
Carlos Arias Navarro, con la guerra finalizada y ellos sin haber sido
combatientes, porque eran personas republicanas, fieles a sus
principios e ideas. Ese trágico 7 de agosto se asesinó a muchas
personas, un día después que a las 13 Rosas, porque en Talavera de
la Reina (Toledo) unos maquis mataron, por error, a un general
franquista y a su hija, y por esta causa se ordenó matar en toda
España, deprisa y corriendo, a 15.000 personas.
José Sahuquillo fue
Teniente de Alcalde en Madrigueras (PSOE) desde 1936 hasta 1939, pero
también fue Alcalde y Teniente de Alcalde en otras legislaturas
anteriores. Tenía 60 años cuando lo fusilaron. José
Tendero, cuñado de José
Sahuquillo, era el Alcalde de Madrigueras (PSOE) en 1939, tenía 58
años cuando fue ejecutado. Fueron fusilados juntos.
José Sahuquillo y
José Tendero fueron detenidos el 24 de abril de 1939, condenados
injustamente a pena de muerte, según el Consejo de Guerra Permanente
número 8 de La Roda (Albacete), en la causa 119 del citado Consejo.
Fueron ejecutados al amanecer, sobre las 6 horas de la mañana,
“muerte por hemorragia interna”, después de haberles disparado,
figura a día de hoy en el Registro Civil.
Aquella terrorífica
mañana, cuando los asesinaron los infames verdugos, también se
encontraban recluidos en el Penal, Andrés Sahuquillo Tendero y Juan
Damián Sahuquillo Valera (fusilado en Albacete en 1942), hijo y
hermano, respectivamente, de José Sahuquillo Valera, fueron testigos
obligados de aquel doloroso final, de una matanza que nunca debió
haberse producido.
Gracias a la “Asociación de Memoria
Histórica de Madrigueras, Chinchilla de Montearagón y Comarca”,
impulsada por María Pilar Orozco Sahuquillo, la incansable bisnieta,
y a los impecables y profesionales trabajos de estudio previo,
prospección, exhumación y estudio antropológico de los restos,
realizados por el Laboratorio de Arqueología Forense de la
Universidad Autónoma de Madrid (LafUAM), dirigidos por el profesor
Ángel Fuentes Domínguez, el pasado 6 de julio de 2023 se exhumaron
los restos del bisabuelo y el tío abuelo de la familia Sahuquillo
Tendero. En la actualidad, estos restos, están depositados en el
LafUAM para ser limpiados y ordenados convenientemente, estando allí
un tiempo necesario para su atemperamiento paulatino al nuevo entorno
exhumado, en humedad y temperatura controlados. En muy pocas semanas
se entregarán a sus familiares para que puedan darles la digna
sepultura que merecen.
En esta triste herencia de dolor, también
queremos homenajear a otros dos miembros de esta valiente familia. En
primer lugar queremos recordar a Andrés
Sahuquillo Tendero, el abuelo
de la familia, hijo de José Sahuquillo, que fue presidente local de
las Juventudes Socialistas Unificadas, luchador del bando
republicano, que estuvo preso en Chinchilla de Montearagón, Puerto
de Santa María, Barbastro, Huesca, en los campos de concentración
de Zuera (Zaragoza) y Gestalgar (Valencia), donde realizó labores de
esclavo del franquismo en la ejecución de obra civil de afamados
constructores de la época. En el año 1947 pudo volver a Madrigueras
(Albacete), donde se casó, formando su familia partiendo casi de
cero, porque todos los bienes que tenía se los habían quitado los
golpistas vencedores. El abuelo Andrés, fallecido en 1989, es
recordado en la familia como un hombre feliz, que supo sobreponerse a
tanto terror y vivir en paz con los asesinos de su padre y sus tíos.
Por último queremos recordar a María
Sahuquillo Tendero, la hermana
pequeña del abuelo Andrés, que con 21 años le acompañó de cárcel
en cárcel, llevándole comida y apoyo en esta injusta reclusión de
su hermano. María en este periplo vivió episodios dramáticos, en
muchos momentos no le dejaban pasar a las cárceles, le volvían en
la puerta y le tiraban la comida, como en la novela “La voz
dormida” de Dulce Chacón. Es de destacar el coraje y la valentía
de la tía abuela María que se atrevió, en 1939, en Chinchilla, a
identificar los cadáveres de José Sahuquillo y José Tendero, al
día siguiente de su ejecución, y tuvo el valor de cortar unas
flores y ponerles una a cada uno en la solapa. Una mujer con M
mayúscula, fiel a su familia y a sus honorables principios.
La lucha de la familia Sahuquillo Tendero
es un ejemplo a seguir para que la Memoria Democrática sea una
realidad, a su bisabuelo y a su tío abuelo los condenaron,
injustamente, a pena de muerte y a la familia, sobre todo a las
mujeres, a pena de vida.
Tendremos presente siempre que miles y
miles de personas fueron detenidas, torturadas, perseguidas,
exiliadas, ejecutadas en juicios sumarísimos, sometidas a trabajos
forzosos, guerrilleros, maquis que huyeron a las montañas, mujeres a
las que encarcelaron y les quitaron a sus hijos sólo por ser esposas
de republicanos, a los más débiles se les robó la identidad, y un
sin fin de fechorías que la derecha militarizada española cometió
durante la Guerra Civil y la Dictadura franquista.
María Pilar Orozco Sahuquillo y toda su
familia, son los herederos del dolor, que con las citadas
exhumaciones puede haberse mitigado un poco, pero nunca olvidarán la
injusta tragedia de sus antepasados, teniendo siempre en su memoria a
su gente, reclamando, una y otra vez, VERDAD,
JUSTICIA Y REPARACIÓN.
@CPuenteMadera