viernes, 29 de octubre de 2021

EL MAR MENOR


El Mar Menor se muere… ¿Se muere o lo han asesinado? Al Mar Menor lo mataron años de políticas especulativas, el Mar Menor ha sido asesinado por años y años de beneficios urbanísticos aderezados por numerosos vertidos que poco a poco fueron envenenando las aguas, acabando con la flora y la fauna de los mares.

El problema es un viejo conocido, llevamos años viendo, cómo cada cierto tiempo llegan a las costas de la albufera toneladas de peces muertos, siendo testigos de la contaminación continuada de la cuenca del Mar Menor.

Pero la cosa viene de lejos, hace nada menos que 34 años, existía una ley que previendo la degradación a la que podía llegar el espacio natural si se continuaba con los vertidos procedentes de cultivos y minas a las aguas y con la descontrolada edificación de sus costas.

La Ley de protección y armonización no parecía ser del agrado de todos. Durante muchos años los políticos del PP dieron la batalla para acabar con esa norma de protección del entorno natural, ya que mermaba los beneficios de los de siempre, de los amigos de los unos, al controlar la construcción depredadora de las costas.

En 2001, apenas alcanzado el poder, con el gobierno de Valcárcel (PP), eliminaron la Ley dejando a su suerte el área, y en manos de los especuladores la protección de la naturaleza, cambiando la Ley, por otra regional del suelo que garantizaba la posibilidad de seguir convirtiendo un espacio natural en una jungla de hormigón.

Los últimos 20 años de desprotección, han permitido que la situación se agrave cada vez más, llegando al extremo en que nos encontramos.

Es evidente que la situación actual, viene directamente provocada por políticas nefastas que antepusieron el beneficio económico privado al cuidado de nuestras costas. El estado actual hace necesarias políticas activas que ayuden a revertir el daño hecho; llegan tarde y por eso deben llegar ya.

Aquellos mismos que eliminaron la norma que se encargaba de proteger este espacio natural, son quienes ahora dicen que hay que actuar antes de buscar responsables, ¿No es fácil reconocer que las políticas que has llevado a cabo provocaron una situación tan nefasta? Probablemente no.

Es cierto que deben actuar, pero como siempre, no son ellos quienes se mueven, sino un grupo de vecinos que deciden organizarse y luchar por conseguir que se hagan realidad las políticas que doten de derechos a la albufera.

Quizá deberíamos añadir a la frase “solo el pueblo salva al pueblo”, un “y a su medio ambiente”, la iniciativa legislativa popular está siendo todo un éxito, tanto a nivel medioambiental, como la respuesta social, la movilización pidiendo una ley que garantice la protección de un espacio natural está yendo más allá de las fronteras de la comunidad de Murcia, incluso está traspasando las fronteras nacionales.

Sin duda alguna, necesitamos que esa movilización continúe, el Mar Menor lo necesita, nuestras costas nos necesitan, porque si dejamos el problema a la espera de que quienes lo provocaron con sus políticas dañinas, con leyes hechas en beneficio de unos pocos, lo solucionen, seguiremos asistiendo a la muerte lenta de las aguas.

La presión social, debe continuar, ser una marea, que sube y choca contra el rompeolas, que va corroyendo poco a poco las rocas que se encuentra en su camino hasta abrirse paso y retomar cuanto le pertenece. Eso necesitamos ahora, una marea de personas que con su persistencia consiga hacer frente a las políticas que dañan el medio ambiente, convirtiéndose en ejemplo a seguir, demostrando que la fuerza del pueblo unido puede acabar incluso con las leyes que permitieron que las costas de nuestro país pasasen en pocos años de ser paraísos naturales a paisajes de cemento y ladrillo.

@CPuenteMadera


domingo, 17 de octubre de 2021

LAS BRIGADAS INTERNACIONALES



El pasado 14 de octubre, se han cumplido 85 años de la llegada a Albacete de las Brigadas Internacionales. El hecho supuso un hito sin precedentes. Lo fue para la ciudad y la provincia, por cuanto supuso la llegada de miles de personas extranjeras a una pequeña ciudad y sus pueblos. Pero también se trató de un acontecimiento histórico a nivel mundial: como afirma Jaume Claret, era la primera vez que miles de jóvenes se movilizaron voluntariamente para jugarse la vida por el ideal de construir una sociedad más justa y más igualitaria, por encima de cuál pensaran que fuera la vía para conseguirlo (había comunistas en mayor parte, pero también anarquistas y socialistas entre otros); su sentimiento de fraternidad internacionalista estaba por encima de todo, dejando atrás vidas y familias. Entre los jóvenes que llegaron a nuestro país se contaban numerosas mujeres como Teresa Noce, Lise London o Tina Modotti, que incluso decidieron dejar a sus hijos para luchar por lo que creían no solo una causa justa, sino un mejor futuro para sus hijos, una Europa sin fascismo.

Sabían que venían a una guerra, la que había creado el fallido intento de Golpe de Estado del fascismo en España y que acabaría sumergiendo al país en una cruel y fratricida contienda y largas décadas de dictadura en un entorno de prósperas democracias. Sabían que venían sí, a una guerra en la que muchos encontrarían su muerte y otros, no podrían volver a su casa, a su país, al ser estos cómplices de los sublevados en España.

La cifra que parece más rigurosa sitúa en unos 32000 los voluntarios en las Brigadas, de los cuales más de 15000 murieron. Procedían de ¡más de 50 países! Solamente en Albacete, hay restos en el cementerio de ciudadanos de Alemania, Bélgica, Inglaterra, Rusia, Polonia, Cuba, Argentina, Francia, Italia, Estados Unidos, Noruega, Austria, Checoslovaquia, Italia, Suecia y Palestina. Este miércoles 20, precisamente, se presenta en la Librería Popular, a las 19:00 h., el libro Ali, el brigadista. Historia de un hombre recto, que narra las vivencias de un brigadista palestino enterrado en nuestra ciudad. Ciudadanos del mundo, al fin y al cabo, que convirtieron Albacete en la “Babel de La Mancha”.

Con testigos de excepción como los escritores Ernest Hemingway y George Orwell, la procedencia de los brigadistas era de muy diferente estatus social y de las más variopintas ocupaciones: intelectuales, profesionales, obreros, etc.

Con el tiempo, muchos de aquellos supervivientes llegaron a ser reconocidos personajes públicos, como fue el caso de Willy Brandt (alcalde de Berlín y canciller de Alemania) o Siqueiros (pintor muralista mexicano); por nombrar dos ejemplos.

Sin embargo, debieron de sufrir vergüenzas y escarnios (aún hoy es una constante el intento de dañar burdamente su imagen), como por ejemplo cuando apresados, fueron objeto de experimentos por parte de Antonio Vallejo-Nájera (el Mengele español) y dos ayudantes alemanes que acabaron concluyendo textualmente que “estos prisioneros extranjeros eran individuos degenerados y anormales, a causa de la democracia y el sufragio universal vigentes en el medio ambiente cultural y social norteamericano donde el libertinaje sexual constituye la tónica”.

Por todo ello, lo que verdaderamente queremos resaltar aquí, es la generosidad de unas personas que dejaron todo atrás para combatir a la barbarie; que se jugaron y muchos dejaron la vida por defender un gobierno legítimo que proyectaba la esperanza de crear un país de libertad, justicia e igualdad.

El ejemplo de estos miles de brigadistas sigue alumbrando la vida de muchas personas que siguen creyendo en esos ideales de fraternidad internacionalista, de un mundo solidario ajeno a las miserias de los cafres que tienen por única bandera el valor del dinero, y este a costa de explotar a cuantos sean necesarios.

Un honor para Albacete y sus pueblos el haber dado cobijo a estos luchadores por la Libertad. ¡Honor y gloria a la Brigadas Internacionales!



@CPuenteMadera




 

sábado, 2 de octubre de 2021

PUENTE MADERA


Pues sí, aquí estamos de nuevo. Hemos vuelto a tomar posiciones en el pretil de nuestro querido Puente Madera. Llevamos ya dieciocho años y pico, que se dice pronto.

Todo empezó en marzo de 2003, cuando el desaparecido diario La Verdad nos invitó a escribir un artículo semanal. El primero trató sobre el 8 de marzo y el Día de la Mujeres. Pocos días después el trío criminal de las Azores invadía Irak y justificaba la masacre con un burdo puñado de mentiras (ahora se llaman fakes). Según informa un poco ingenuamente la Wikipedia, el número de muertos oscila entre 150.000 y 1.000.000. Así, como si 850.000 seres humanos más o menos no importasen mucho. En fin, podríamos habernos callado, pero optamos por unir nuestra voz al coro gigantesco de las multitudes que se manifestaron en contra de la guerra.

Y desde entonces esa ha sido nuestra tónica. Nos opusimos a la OTAN y a la decisión del gobierno de Zapatero de noviembre de 2006 de instalar en nuestra ciudad su funesta Escuela de Pilotos. Cada vez que oímos el ruido atronador de los aviones sobre el cielo de Albacete, nos reafirmamos en nuestra postura. Estamos en contra de la militarización de nuestro territorio. El progreso de un pueblo no puede basarse en el sufrimiento de otros.

Del mismo modo, desde nuestra modesta pero irreductible trinchera mediática, hemos combatido los recortes que hacían recaer el peso de la crisis sobre los hombros de los sectores sociales más desfavorecidos. Podríamos haber mirado hacia otro lado mientras se desmantelaban los servicios públicos (educación, sanidad, dependencia…) que garantizan un mínimo de igualdad de oportunidades a toda la ciudadanía. Mucha gente lo hizo, pero nosotros preferimos sumarnos a las multicolores mareas que inundaron todo el país.

Han pasado tantas cosas desde el 2003… Ha habido tantas razones por las que luchar: la corrupción galopante del PP, una reforma laboral que convertía a la clase trabajadora en un mero consumible de usar y tirar, el recrudecimiento del cambio climático, la fuga del rey Juan Carlos, la criminalización de la inmigración, la banalización de la violencia de género, el repunte del racismo, del machismo, de la LGTBIfobia… ¿Cómo no combatir todas esas amenazas contra la misma esencia de la convivencia democrática y la humanidad misma? ¿Quién puede tener el cuajo de quedarse tranquilamente comiendo palomitas frente a la tele mientras un fascismo de nuevo cuño siembra de cizaña hasta el último rincón de la patria? Sí, hemos dicho de la patria, la tierra que nuestros padres y madres regaron con su sudor, y a veces su sangre, y que ahora es el lugar donde conviven y trabajan honradamente personas de muy diversa procedencia. Esos eran y ahora son los verdaderos patriotas, no quienes se ponen banderitas hasta en la ropa interior y luego se llevan la pasta a Suiza para no pagar impuestos.

Desde el primer momento, hemos querido, humildemente, ser puente, ser ventana. Hemos aplaudido las iniciativas encaminadas a construir espacios progresistas plurales, horizontales, abiertos, cordiales… Hemos apoyado las confluencias (Ganemos, Unidad Popular, Unidos/as Podemos…). Hemos apostado por un socialismo democrático, feminista y ecologista. Hemos escrito muchas páginas al servicio del laicismo, del modelo de estado republicano, de la memoria histórica. Estamos convencidos de que en España solo habrá democracia plena cuando el estado se separe definitivamente de la iglesia católica, la ciudadanía pueda elegir entre monarquía y república y las víctimas del franquismo obtengan verdad, justicia y reparación. Mientras tanto, tendremos una pseudodemocracia disminuida, triste, paliducha. Por todo lo anterior, también hemos sido muy críticos con “los nuestros”. Nos duelen mucho sus contradicciones. No tragamos los personalismos y los tribalismos. Nos revientan las jerarquías. Somos muy de “ni en dioses, reyes, ni tribunos está el supremo salvador”. Qué le vamos a hacer…

La verdad es que esto de escribir no siempre es fácil. Cada día hay más odio en nuestra sociedad. A veces dan ganas de salir corriendo. Y quizás estamos metidos en demasiados berenjenales. Nos cansamos. Vamos siendo mayores… Pero aquí seguimos, porque, al final, el silencio siempre acaba siendo el silencio de los corderos, y a estas alturas no nos apetece agachar la cabeza. Además, el colectivo crece. Hemos “fichado” a Eva Ramírez, una inquieta historiadora y activista a la que podéis encontrar en todas las causas justas. Tenía que haber más Evas, en serio. Es un lujazo contar con ella.

En fin, nos vemos y nos leemos una temporada más.

¡Salud!



@CPuenteMadera


* El Colectivo Puente Madera está formado por Enrique Cerro, Esteban Ortiz, Eva Ramírez, Elías Rovira y Javier Sánchez.