jueves, 26 de noviembre de 2020

LA SOMBRA DE LOS DINOSAURIOS

El asunto viene de lejos. En septiembre de 1974, en el llamado Congreso de Suresnes empezó la deriva del PSOE, con un cambio en la orientación política e ideológica. Pero todo llegó a su éxtasis en 1979, en apenas seis meses los socialistas celebraron dos congresos, y el desenlace del XXVIII y medio, con el objetivo final del abandono del marxismo como ideología oficial del partido, lo que fue impuesto por Felipe González (unos meses antes teatralizó muy bien su dimisión de la secretaría general) y su querido Alfonso Guerra. De aquellos polvos, de hace varias décadas, vienen estos lodos.

González y Guerra nos “clavaron” una tras otra: la entrada en la OTAN en el 86, el apoyo a la educación concertada, abrieron la puerta a la privatización de la Sanidad Pública, mantenimiento del Concordato con el Vaticano, corrupción interna y externa como Filesa y EREs en Andalucía , implicación en la guerra sucia contra ETA (caso GAL), apoyo y loas al ciudadano Juan Carlos de Borbón, el monarca del Movimento, un gran sinvergüenza consentido,... y un sinfín de asuntos impropios de una izquierda socialdemócrata. Pero estos dos referentes ya no juegan un papel determinante, más allá del ruido mediático que provocan, están instalados en el jacobinismo y en una mirada profundamente conservadora de lo que debe ser el nuevo socialismo español.

En los últimos tiempos, estos dinosaurios del PSOE, siguen predicando desde los púlpitos de la Brunete Mediática (incluyendo a los medios del Grupo Prisa), soltando por su boca barbaridades y críticas exageradas al gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos. Ya lo han dicho en varias ocasiones que ellos, como gentes de orden, hubieran preferido una gran coalición con el Partido Popular para dirigir a España. Y ahí siguen intentándolo, porque son fieles a sus principios de puertas giratorias y al españolismo más centralista. Recordamos que pronto pasaron de la pana a la pura lana virgen y a moverse en las fotos hacia el rincón de la derecha, donde los yates y las amistades peligrosas de grandes multimillonarios terminaron de llenarles los ojos de langosta.

Pero estos dinosaurios no están solos. Ahí tenemos a Page, Vara y Lambán, socialistas de derechas, que también abren sus bocazas, una y otra vez, para hacer daño a Pedro Sánchez y su gobierno. Page cuestiona la reforma del Código Penal y que Unidas Podemos marque la agenda gubernamental, Lambán critica las cesiones a los independentistas y Vara no entiende la subida del salario mínimo ni que Bildu apoye los Presupuestos Generales del Estado. Estos dirigentes regionales hablan solo por su boquita, pero no se enteran que su opinión particular vale lo que vale, que no se confundan creyendo que hablan en nombre de su partido. Si este es el relevo de futuro para el PSOE, arreglados estamos. Cualquiera de estos aprendices de dinosaurios podrían, perfectamente, postularse para ser presidentes de un PP “renovado”.

Centrémonos en Emiliano García-Page, presidente del gobierno de Castilla-La Mancha. Nadie ignora que todos sus ingresos económicos proceden durante toda su vida de la actividad política, directamente del PSOE o de fondos públicos. No se le conoce trabajo remunerado en otra actividad profesional desde aquellos lejanos años de 1987 a 1993, cuando empieza a desarrollar la tarea de concejal en el Ayuntamiento de Toledo. Después todo llega concatenado: ¡treinta y tres años con ingresos asegurados gracias a su partido y a su labor en el “servicio público”! Page, buen amigo de Pinocho, que no cumple sus promesas -si Pedro Sánchez gana las primarias del 21 de mayo, no volveré a ser candidato del PSOE” (1 de abril de 2017)-, ahí sigue subido a la poltrona regional, sin que nadie le tosa en las sedes manchegas del PsoE.

Estos chicos del neoliberalismo pesoista, de los antieméticos, del mercadeo, de la vaselina y los exabruptos, harían bien dejando su partido y poniéndose a trabajar de mancebos en alguna parafarmacia de la España profunda, y de paso que se lleven a Felipe González y Alfonso Guerra y los inscriban como socios numerarios de FAES. Estamos más que hartos de estos dinosaurios y de sus aprendices que, como lagartos adaptados, proyectan una sombra, muy mala sombra, sobre nuestro gobierno de coalición, poniendo palos en las ruedas para que no se consigan logros en favor de las trabajadoras y trabajadores, de las personas mas vulnerables y necesitadas.

Demasiado quintacolumnista intentando desestabilizar y preparando el terreno para fines espurios.


@CPuenteMadera


sábado, 21 de noviembre de 2020

Sáhara libre, ¡ya!


La situación del pueblo saharaui es tan conocida como triste: abandonados por España desde 1975 y oprimidos por los invasores marroquíes, sufren el olvido de la comunidad internacional y la inacción de la ONU para que en el Sáhara se cumpla el derecho internacional y se celebre un referéndum de autodeterminación ya aprobado legalmente.

Como la comunidad internacional ignora, desde hace casi medio siglo, las justísimas reclamaciones saharauis, estos decidieron manifestarse pacíficamente bloqueando el paso fronterizo entre el Sáhara y Mauritania. Y Marruecos, impunemente, ha utilizado sin pudor su ejército para atacar a los civiles desarmados y desalojarlos del puesto fronterizo. ¿Ha habido alguna acción internacional, alguna presión seria por parte de la ONU, o de la Unión Europea o de España, para detener esa agresión? Ninguna. ¿Van a hacer algo para obligar a Marruecos a detener la represión y cumplir la legalidad internacional? O, mejor, ¿qué tiene que pasar para que alguna vez hagan algo efectivo y obliguen a Marruecos a cumplir la ley?

A la UE no le cuesta mucho aprobar sanciones contra terceros países por motivos menos graves de los que podría acusarse a Marruecos: invasión, agresión, violación de derechos humanos, incumplimiento de las normas internacionales… Hay casi 25 países del mundo que padecen estas sanciones de la UE, pero Marruecos no aparece en la lista. ¿Por qué? ¿Cómo pueden los gobiernos europeos, y especialmente los españoles, mirar constantemente hacia otro lado ante las violaciones a los derechos humanos que se cometen a las puertas de Europa, con ciudadanos que tenían la consideración de ciudadanos españoles, como lo eran los saharauis?

¿Qué sucederá ahora si el Frente Polisario ejerce el principio de legítima defensa contra los ataques del ejército marroquí, consentidos por occidente? ¿Tiene que reabrirse un conflicto bélico para que se obligue a Marruecos a aceptar la legalidad? ¿O ni siquiera será así? ¿Se tolerará que se abra un escenario de guerra en el que el ejército marroquí acentúe el sufrimiento de los saharauis, que malviven en campos de refugiados desde hace casi dos generaciones?

Podría parecer que nuestro artículo formula más preguntas que respuestas, pero, modestamente, no es así. Las respuestas están claras y forman parte de los valores que la ONU y la UE y la Constitución Española dicen defender: respeto a la ley y respeto a los Derechos Humanos. Apenas unos cientos de kilómetros al sur de donde vivimos hay un pueblo con el que estamos en deuda y que está sufriendo agónicamente desde hace décadas. No podemos tolerar que los gobiernos españoles sigan siendo cómplices de la injusticia: ¡Sáhara libre, ya!


@CPuenteMadera


domingo, 15 de noviembre de 2020

Nuevo servicio: FMI Translator®

El FMI, Fondo Monetario Internacional (Fondo Monetario Interesado, Fondo Mentiroso Internacional o Fondo para las Minorías Ilustres según otros) es una institución financiera internacional que vela por el orden del capitalismo en todo el planeta, con sede en Washington D. C. Dictamina cómo los ricos deben ser más ricos para que el resto pueda sobrevivir de sus migajas. Sin ricos no hay migajas y a todo el mundo le va mal. Si al capitalismo se le va la mano en exceso (pero mucho) solo entonces, aportará paños calientes para que todo siga como siempre y la gente no se soliviante más de lo normal.

Es un organismo en el que se reúnen unos señores con salarios de muchos ceros, para emitir informes más previsibles que un tránsfuga de Ciudadanos, que demuestren que hay que endurecer las condiciones de los más desfavorecidos. Recientemente ha emitido uno sobre España. Contiene 11 puntos, fáciles de imaginar.

Aquí y ahora, por si el lenguaje no fuera del todo claro, les ofrecemos el servicio de traducción en línea “FMI Translator®”, un servicio gratuito de traducción FMI/castellano que le aclarará qué hay detrás de los textos del FMI. Nos disculpan si hoy, nos centramos en los tres puntos que más han llamado la atención a la ciudadanía española.

1. Texto del FMI: Revalorizar las pensiones al IPC puede ser peligroso.

1. Traducción por FMI Translator®: ¡A ver si ahora los que estamos forrados vamos a tener que apoyar a quienes durante toda su vida han hecho posible nuestra fortuna! Empobrezcamos a los pensionistas.

2. Texto del FMI: Resulta "crucial preservar el espíritu" de las reformas laborales del anterior gobierno, los futuros incrementos salariales deberían seguir al crecimiento de la productividad, y entonces, sí a los aumentos de los salarios

2. Traducción por FMI Translator®: A ver si nos enteramos: mantengamos la línea de las reformas laborales donde se sacrifique todo derecho del trabajador, y solo entonces y si cada vez somos mucho más ricos, subiremos salario según IPC.

3. Texto del FMI: Un incremento pronunciado del salario mínimo interprofesional pondría en peligro las oportunidades de empleo de los menos cualificados y de los jóvenes.

3. FMI Translator®: ¡Lo queréis todo, los pobres no tenéis hartura! ¡Que haya un salario mínimo digno, que trabajen incluso los menos cualificados (que tanta falta nos hacen y tanto nos resuelven) y además también los jóvenes! Elijan por favor, elijan, o unos u otros, pero aquí todo el mundo no puede aspirar a trabajo y retribución digna.

Y bueno, hasta aquí una prueba de este nuevo servicio tan útil para la comunidad. Es gratuito, y también tenemos los nuevos modelos “Presidentedelbancodeespaña Translator®” y “Bancocentraleuropeo Translator 2.0®” ¡No deje de probarlos!



@CPuenteMadera


domingo, 8 de noviembre de 2020

LA LIBERTAD EN LOS TIEMPOS DEL CORONAVIRUS


Hay dos conceptos de libertad.

 

Uno procede de la Ilustración y adquiere rango legal con la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789: “La libertad consiste en poder hacer todo aquello que no dañe a un tercero.” Así de simple. Nuestros actos no pueden perjudicar de ningún modo a los demás. Por otro lado, la libertad por sí sola no es suficiente para alcanzar la plenitud individual y colectiva. Es necesario referenciarla a otros dos valores (la igualdad y la fraternidad) para que realmente cobre sentido. Es decir, somos libres solo entre iguales. Somos libres solo cuando los demás también son libres y todas las personas (independientemente de la raza, el sexo, el origen…) nos percibimos como hermanas y obramos en consecuencia. Esta tradición intelectual dio lugar, por ejemplo, al pensamiento republicano y al humanismo socialista, y, en cierto modo, está presente en todas las causas justas (feminismo, ecologismo, anticolonialismo, LGTB…) que hoy día siguen abiertas.

 

La otra forma de concebir la libertad proviene más o menos de la misma época. Por aquel entonces, un tal Adam Smith afirma que los individuos son esencialmente egoístas y solo actúan en “su propio beneficio” (“el suyo beneficio”, que diría M. Rajoy). Por eso, para no contradecir la naturaleza humana, las instituciones políticas deben “dejar hacer” y limitarse a garantizar la propiedad privada. A todo ello se suma, un poco después, la publicación de la teoría evolucionista de Darwin, que algunos trasladan automáticamente a las sociedades humanas. Y de esa explosiva combinación surge la tormenta perfecta: la legitimación del enriquecimiento personal a cualquier precio y de la explotación del hombre por el hombre como un proceso normal en el marco de la evolución de nuestra especie. O sea, partiendo de esos principios, los empresarios, en el siglo XIX, eran libres de contratar obreros para trabajar doce horas por un sueldo miserable que apenas les daba para sobrevivir; y si se trataba de obreras, eran libres de pagarles la mitad que a sus compañeros. A su vez, los estados de la época eran libres de masacrar continentes enteros en libre competencia con el resto de naciones civilizadas. La desigualdad, la pobreza, el sufrimiento, el saqueo, el genocidio… no serían más que “efectos colaterales” de la libertad y el progreso.

 

Pues bien, cuando los manifestantes de extrema derecha gritan “libertad” en sus concentraciones negacionistas, lo hacen en este último sentido. Para ellos la libertad es el derecho de obtener satisfacción personal a costa de lo que sea: la salud, el bienestar e incluso la vida de los demás. Es la libertad del señorito para pagarles cuatro perras a los temporeros y dejarlos tirados sin alojamiento. Es la libertad de la señorona para humillar a su personal de servicio por una mota de polvo. Es la libertad del abusón para extorsionar a su antojo a sus compañeros y compañeras de clase. Es la libertad del supuesto machote para apalear homosexuales, lesbianas, personas trans… Es la libertad del cobarde para ensañarse con los niños y niñas no acompañados. Es la libertad de ciertos miembros de la familia real para tirar de tarjetas black y vivir como zánganos. Es la libertad de las grandes corporaciones para deslocalizar sus empresas y llevarlas a países donde puedan pagar salarios de mierda, no exista legislación medioambiental y los sindicatos estén prohibidos. Es la libertad de la industria armamentística para vender muerte a gobiernos tiránicos por un módico precio…

 

En fin, vivimos tiempos de dolor e incertidumbre. Nos encontramos profundamente desorientados. Las ideologías no siempre nos resuelven. Los partidos políticos frecuentemente nos decepcionan. La ciudadanía está más desmovilizada que nunca. Pero no cabe duda de que tendremos que optar entre los dos modelos de libertad que aquí hemos referido. Nos va la vida en ello. Hoy ya sabemos que Trump ha sido derrotado en las urnas. Estamos contentísimos, pero tras la esquina siguen acechando “la noche y la niebla”. No será que no lo advertimos.


@CPuenteMadera