domingo, 25 de diciembre de 2016

FELIPE Y CARLES: MONÓLOGOS


Había llegado la navidad, y Felipe y Carles monologaban y monologaban... ellos, ambos ciudadanos del estado español y del reino de España, hablaban pausadamente pero sin descanso, esperando ganarse la atención de otros ciudadanos, dirigiéndose a oídos que fisiológicamente residían dentro de cabezas cuyos cerebros no les hacían ni caso... porque estaban atentos, bien a platos repletos de gambas, bien a la ausencia de gambas en platos vacíos y nunca repletos, bien a otros menesteres.

Carles, ciudadano de la comunidad autónoma de Cataluña, monologaba sentado en la mesa de un bar de un humilde barrio del extrarradio catalán donde se votaba a la derecha y al independentismo; los parroquianos, la mayoría en paro, le prestaban poca atención.

La voz de Felipe, madrileño pero hijo de inmigrantes italiano y griega, se perdía entre las conversaciones de una cafetería llena de inmigrantes y obreros, en un distrito de la periferia donde ganaba las elecciones la derecha.

Felipe y Carles pasaban, a veces, del monólogo al soliloquio, y se decían, se preguntaban: “¿dónde está el dinero, dónde está ese dinero?” Nunca encontraban la respuesta, nadie lo sabía, nadie podía ayudarles.

Carles trabajaba en una gasolinera de Pepsol. Un día lo despidieron: a partir de ese momento, los clientes repostarían ellos mismos, pero pagarían el mismo precio por el carburante. ¿Dónde estaba, entonces, el sueldo de Carles? Si no se lo habían rebajado a los clientes que se manchaban las manos de gasolina, ¿quién se había quedado con sus 600 euros? La hija de Carles, Susana, trabajaba en la caja de una tienda de la cadena deportiva Decaflón. Un día, se abrieron seis cajas autoservicio para que los clientes pasaran los productos por el lector del código de barras y pagaran con sus tarjetas. A Susana y cuatro compañeros los echaron a la calle. Pero los productos que se pagaban en las cajas de autoservicio nunca fueron rebajados. “¿Dónde estaba el dinero de esos cinco sueldos? ¿A dónde habían ido a parar?” Eso era lo que, entre monólogo y soliloquio, se preguntaba Carles.

Felipe había estudiado electricidad y durante años trabajó leyendo contadores eléctricos para Ibertrola. Un día la compañía, con el respaldo legal del ministerio de Industria, sustituyó los viejos contadores por otros electrónicos más caros que podían leerse desde la sede de la multinacional. La pequeña empresa de Felipe cerró, e Ibertrola y sus compañías amigas despidieron a cientos de trabajadores subcontratados, pero el precio de la energía no bajó. “¿Dónde rayos estaría-se preguntaba Felipe-toda la pasta con la que se pagaba aquellos sueldos?” Ana, su compañera en la vida, había sido empleada de Gastafanatural y también leía contadores, pero de gas. Como la empresa no podía técnicamente sustituir los contadores de gas por otros electrónicos, despidió a Ana y a sus compañeros e hizo que los propios abonados tuvieran que dar la lectura del contador por teléfono, sin rebajar un céntimo el precio del gas. Con el matrimonio en paro, los hijos de Ana y Felipe no pudieron ir a la universidad. Dos de ellos tuvieron que emigrar a otros países. Los cuatro se preguntaban: “¿en qué agujero negro, en qué bolsa de basura de plástico, en qué paraíso fiscal, escondía Gastafanatural el dinero de sus sueldos?” Eso rumiaba Felipe en el bar madrileño, al igual que Carles lo hacía en el catalán.

Mientras todo esto pasaba en el país de verdad, Felipe VI de Borbón y Carles Puigdemont de Cataluña, soltaban sus discursos de navidad y, bajo frases pronunciadas en tono amable, jugaban al juego del otro país, el de los nacionalismos y el interés del capital. ¿En qué país vivirán ustedes en 2017?








domingo, 18 de diciembre de 2016

CARIDAD, SOLIDARIDAD, JUSTICIA Y REVOLUCIÓN



Llega la navidad. Y con ella los estomagantes anuncios de colonias, las risotadas sin fuste del santo de la Coca-Cola, los insufribles villancicos en las vías públicas, la ingestión masiva de Almax como consecuencia del estado de empacho permanente… También regresan los actos benéficos en su casi infinita diversidad: festivales, rifas, programas televisivos, mercadillos, cuestaciones… Todo el mundo se vuelve muy bueno por estas fechas. Hasta los chicos de las Nuevas Generaciones del PP local, tan partidarios como sus mayores de las políticas que han hecho aumentar las desigualdades y la pobreza hasta extremos insospechados, montan un chiringuito “solidario” para ayudar a los necesitados. Es fantástico, ¿verdad? Primero generamos pobreza, luego repartimos unas migajas entre los pobres y finalmente nos ponemos la peineta, nos metemos una misa entre pecho y espalda y santas pascuas.

En fin, está claro que las personas de buen corazón que hacen un dotanivo se merecen todo el respeto. Los buenos sentimientos hacia los demás son el motor de arranque de cualquier acción transformadora. Ahora bien, conviene recordar que la caridad y la beneficencia no son más que estrategias del poder para lavar conciencias y amortiguar conflictos sociales. Ya lo explicó Cánovas del Castillo en el último cuarto del siglo XIX: “La caridad cristiana o religiosa es sólo agente para mediar entre ricos y pobres, suavizando los choques asperísimos que por fuerza ha de ocasionar entre capitalistas y trabajadores el régimen de libre concurrencia.” No se puede decir más claro. El plumero se ve de tan lejos que desde hace un tiempo los sectores más conservadores de la sociedad hacen todo lo posible por confundir la caridad de toda la vida con la solidaridad, que suena a cosa así como muy súper guay, cuando realmente son todo lo contrario. La caridad es vertical, voluntarista, coyuntural, paliativa, generadora de dependencia, cómplice de las injusticias…; la solidaridad es horizontal, técnica, estructural, transformadora, emancipadora, crítica… Las ONGs que trabajan en el campo de la solidaridad interpretan a los beneficiarios de los programas como auténticos sujetos del proceso, no como objetos de una acción externa. Están apoyadas por voluntarios, pero gestionadas por técnicos en desarrollo y en materia social, educativa, sanitaria, económica, etc. que aportan contenido científico a los proyectos. Actúan con el objetivo de promover cambios que generen oportunidades, empoderen a los colectivos y los conviertan en dueños de su propio futuro. Y, finalmente, denuncian el sistema económico, político y social que genera la pobreza, porque de lo contrario se convertirían en sus cómplices. En definitiva, la caridad y la solidaridad se parecen como un huevo a una castaña, por mucho que algunos, como los mencionados cachorros del PP, pretendan confundirnos con sus supuestas campañas solidarias.

De modo que la solidaridad es necesaria. Aunque a nuestro juicio no es suficiente, porque se ejerce a través de proyectos locales mientras que los problemas son globales. Además, como decíamos, la derecha, sobre todo la religiosa, ha sido muy hábil a la hora de apropiarse del concepto para aplicarlo a sus viejas prácticas. Por eso nosotros preferimos utilizar otros términos, como justicia, igualdad y revolución, que son más antiguos pero están menos manoseados. Son inseparables, como los lados de un triángulo. La justicia consiste en proporcionar a cada uno lo que se merece según su talento, su mérito y su esfuerzo. Y eso sólo es posible en un modo de producción que garantice la igualdad de oportunidades desde el momento mismo del nacimiento. Y eso sólo es posible cargándose un sistema económico, el capitalismo, que interpreta la desigualdad como un hecho natural y hace de ella su razón de ser. Y eso, puestos a ser políticamente incorrectos pero convencidos de que lo que no se nombra deja de existir, sólo es posible llevando a cabo una revolución (no violenta, democrática, alegre y tal y tal) que cambie el mundo de base y consiga que los nada de hoy terminen siéndolo todo.

Pues… ¡dicho está! Igual nos excomulga algún meapilas o se espanta algún melindroso, pero nosotros bien a gusto que nos hemos quedado después de lanzar nuestra verdad al viento.






sábado, 10 de diciembre de 2016

MUCHO MÁS QUE UNA GESTORA


Hagamos un ejercicio de memoria reciente. Desde el "golpe de estado" en la sede de Ferraz, del pasado 1 de octubre, han transcurrido ya varias semanas, y la gestora surgida en el PSOE de este esperpento político no tiene intención de cumplir con su cometido: convocar primarias y un congreso extraordinario de donde surja un nuevo proyecto y un liderazgo para el maltrecho partido.

Hubo mucha prisa para defenestrar a Pedro Sánchez y garantizar un nuevo gobierno del PP. Algunos como el infiel Antonio Hernando se tuvieron que tragar el “no es no”, otros muchos, leales a la gestora, abrazaron la abstención a Rajoy como algo inevitable, y unos pocos valientes, fieles al mandato de sus votantes y afiliados, se negaron a facilitar el gobierno de los corruptos. Lo cierto y fijo es que las presiones mediáticas y oligárquicas surtieron efecto, los números salieron y los recortadores de nuevo en la Moncloa.

El propio Mariano, considera a este neoconservador Psoe como su aliado principal, por encima de Ciudadanos, sacando al alimón iniciativas como la subida del SMI en contra de lo acordado unos días antes en el Congreso de los Diputados, pactando el techo de gasto, negociando las reválidas educativas,… Aunque parezca mentira esta gente de la gestora psoista se encuentra cómoda con los gustos y deseos del PP, con Rajoy y Cospedal a la cabeza.

Mientras el PPSOE oficial sigue con sus escenas de arrumacos, acercamiento y amor, la militancia socialista anda confusa, desorientada y con una mala leche subida a punto del desbordamiento. Desde el comienzo de esta desvergüenza, afiliados al PSOE se están organizando en contra de la gestora, creándose plataformas por toda España para urgir a Javier Fernández a que se reúna el Comité Federal y se convoquen urgentemente las Elecciones Primarias y el Congreso Extraordinario. Pero en la cúpula del Psoe no hay prisa. Esta cuasiejecutiva sigue con sus maniobras por encima de sus competencias y su imparcialidad brilla por su ausencia: lo que toca ahora es humillar y aplicar la sanción máxima a los que decidieron mantener su no a Rajoy, a los que se comportaron con dignidad, a los que fueron fieles a sus votantes. Esta sanción viola la Constitución, que establece que el diputado no está sometido en sus decisiones a mandato inperativo alguno. Si el diputado es libre, y esa libertad está protegida por la norma máxima, obrar en el dominio de esa libertad no debe ser sancionado y menos cuando el voto se justifica por coherencia política y respeto a las promesas hechas al electorado. ¿De esta forma quieren los golpistas suturar la herida sangrante y acercar posturas? Muchos cursos de corte y confección necesitan los integrantes de la gestora para coser este desaguisado que sin lugar a dudas, tarde o temprano, tendrá su reflejo en las urnas.

La gestora del PSOE está convirtiendo un partido centenario en comparsa de un régimen de poder cada vez más injusto, jugando a satisfacer las ambiciones de muchos barones y baronesas a las que parece que lo que realmente le estorba para su proyecto personal es el socialismo.

Por otro lado, Susana Díaz está intentando dar puntadas a diestro y siniestro, para apuntalar su más que probable candidatura para la Secretaría General, con reuniones secretas, visitas al Parlamento europeo y todo aquello que pueda favorecer sus intereses personales. La ahijada de Felipe González quiere dilatar la celebración del congreso para buscar apoyos y construir un partido a su medida, girando hacia el centro y olvidando las raíces izquierdistas.

Está tardando mucho en llegar este Congreso Federal, mil ojos están pendientes del futuro del partido. La historia del PSOE puede venirse abajo si no hay cambio de rumbo, si no se produce una refundación hacia la izquierda. La pasokización está llamando a la puerta, el miedo y temblor de piernas hace mella en muchos socialistas. Habrá que zurcir mucho para salvar lo que queda de este moribundo. La costurera del sur parece bien colocada para el inminente futuro, el aparato de Ferraz trabaja para ella; ¿pero habrá sorpresas? ¿surgirán nuevos “"sastres”" y “"modistas"” dentro del PSOE que puedan hacer un nuevo traje progresista que dé respuesta a las necesidades de la mayoría de la ciudadanía? Si el PSOE no se abre a la izquierda, con un proyecto moderno, plural y enraizado con sus bases y la socialdemocracia, vendrán tiempos difíciles y oscuros. La travesía del desierto será larga, las costuras en el PSOE quedarán abiertas en canal a la espera de un liderazgo fuerte que dé respuestas a la clase trabajadora. Saldremos de dudas en los próximos meses.









domingo, 4 de diciembre de 2016

DECONSTRUIR LA CONSTITUCIÓN


Sí, ya lo sabemos, estamos en un país donde se ha deconstruido hasta la tortilla de patatas, lo cual, si tenemos en cuenta que una deconstrucción es “el desmontaje de un concepto o de una construcción intelectual por medio de su análisis, mostrando así contradicciones y ambigüedades” eleva a la categoría de construcción intelectual al susodicho celtibérico plato. En esta misma línea, será de esperar que se deconstruyan dos cosas muy nuestras: el jamón y la Constitución. ¿Por qué no? Lo del jamón lo dejamos a otras cabezas, pero en “la Consti”, podríamos poner el granito de arena.

De partida, contamos con la oposición de mover ni un ápice por parte de la derecha. Es normal. Ellos están llegando ahora. En su momento ya costó tragar con aquello a lo que entonces era Alianza Popular, y Don Manuel (que luego fuera también presidente del PP) ya dejó claro su “sí, PERO”. Tenía que pasar por el aro para no quedarse fuera de juego, pero aquel cúmulo de rojeces que llamaban constitución, no le gustaba un pelo. Ya lo hemos contado en alguna ocasión: en provincias, los otros partidos fletaban coches de los militantes para salir por todos los pueblos a explicarla, y era incluso frecuente que viajaran en un mismo auto gente del PCE, del PSOE y de UCD. El PP de la época (AP) no movería un dedo porque aquello saliera para adelante. Han pasado ya 38 años y parece que ya la van entendiendo un poco, y ahora que llegan ellos no van a consentir que nadie la vuelva a tocar. Bueno sí, si es con el PSOE, de la noche a la mañana, para cambiar el artículo 135 y poner primero a bancos y grandes capitales antes que a las necesidades de los españoles y españolas, saltándose las más elementales normas de acuerdo democrático y el tan manido “espírituconstitucionalquetrajoelprogresoalosespañoles”, entonces, aunque sea justo lo que no hay que cambiar, que se cambie cuanto antes. ¡Qué humillación para un país que intereses privados te obliguen a cambiar tu propia Constitución! Aún así, a PP y PSOE les faltó tiempo.

Pero en fin, deconstruyendo, que es gerundio. ¿Por qué no poner, de verdad, el poder en manos de la ciudadanía? Ya está (al menos en el papel) el legislativo e indirectamente el ejecutivo, ¿por qué no también el judicial? ¿Por qué no garantizar, con firmeza, el Estado del Bienestar?¿Por qué no modificar y sentar unas bases constitucionales para que la ley electoral sea medianamente justa? ¿Por qué no los votos para una ciudad o pueblo son los globales de esa ciudad o pueblo, los de una autonomía son los globales de esa autonomía y los estatales son al tiempo los de todo el Estado? ¿Por qué no garantizar que si España es un estado laico, se plasme sin medias tintas? ¿Por qué no dar al senado un papel coherente y útil de verdad? ¿Por qué no hacer que además sirva como piedra angular hacia un federalismo? ¿Por qué no que el Jefe de Estado sea elegido y no el imprevisible resultado de un coito entre una clase especial?

En fin, que hay tajo por delante, y solo es cosa de pensar si el futuro lo queremos para que un puñado de poderosos sigan partiendo el bacalao, o democratizamos esto de verdad. ¡Feliz 6 de diciembre, feliz día de la Constitución, y que a base del desmontaje de su concepto y de su construcción intelectual, por medio de su análisis, mostremos sus contradicciones y ambigüedades, y trabajemos, construyendo entonces sí, para que cada vez sea más feliz más gente!









domingo, 27 de noviembre de 2016

El blafraidai y el esemei



Para empezar, permita que nos metamos en este jardín: ¿por qué leches se nos pegan a los hispanos tan rápidamente algunas tradiciones aparentemente tontunescas de los anglosajones y/o nórdicos en general? Véase: el blafraidais, el jallowin, el papanoel, el… ¿Será, quizá, que no nos hemos dado cuenta de que detrás del rock y el pop y las pelis de vaqueros y del espacio y los refrescos de cola y la informática y el internet venía toda la arrolladora marea de la invasión cultural bárbara anglosajona para arrasar nuestras costumbres y nuestro modo de vida mediterráneo y sustituirlo todo por el imperio del perrito caliente?

Puede ser. Sin embargo, en lo verdaderamente importante mantenemos nuestras tradiciones a lo largo de los siglos, contra viento y marea. Ni tenemos una fiscalidad progresiva, ni un parque público de viviendas de alquiler, ni un gasto educativo en la media europea, ni una legislación que proteja a las familias frente a los abusos de la banca, ni mantenemos la inversión en investigación, ni… ni tenemos todas esas cosas que tienen nuestros vecinos más desarrollados.

Un espécimen de la reserva espiritual española es el Salario Mínimo Interprofesional: por muchas modas que nos vengan de fuera, los sucesivos gobiernos mantienen el SMI en un nivel tan bajo que, con él, una familia de dos miembros queda directamente en situación objetiva de pobreza.

Esta tradición está relacionada con otra costumbre fuertemente arraigada en nuestro país, la de votar presidentes del gobierno que nos toman el pelo (aunque en esto hay una nueva variante: cuando no los vota la gente, los vota el partido de la oposición). De movimientos más pausados que ese simpático animalito bautizado como perezoso, Mariano Rajoy acaba de romper el récord mundial de lentitud y el de caradura al mismo tiempo: dice que va a subir el SMI progresivamente hasta alcanzar los 800 euros… a lo largo de los próximos ¡ocho años! ¿Alguien es capaz de decir cómo será nuestra economía dentro de ocho años? Para el 2025, ¿cuánto habrán subido los precios, cuánto habrán bajado los salarios, cuánto se habrá evadido al extranjero, cuánto costará la electricidad, cuántas amnistías fiscales habrán favorecido a los amiguetes, cuántas veces nos habrán subido el IVA y los impuestos indirectos, cuántas veces habrán rebajado el IRPF a las rentas más altas,…? ¿Será un sueño para millones de trabajadores llegar a ser mileurista? Nadie lo sabe. Nadie sabe cómo estará el país económicamente dentro de ocho años, aunque todos nos tememos que estará peor para los de siempre y mejor para los de toda la vida.

Y así, millones de españoles y de familias, de los de ahora y de los de los próximos casi dos lustros, incluyendo a casi todos los jóvenes, seguirán sufriendo la pobreza del que trabaja y no llega ni a mediados de mes, mientras el gobierno sigue legislando para los suyos y para las grandes compañías y petrificando sueldos con los que no se puede subsistir.

Todo lo demás, el fraidais, el jallowin y el papanoel y todo eso, son solo fuegos de artificio, colorido para esconder la rancia realidad, simulaciones de cambios en diferido, todo mentirijillas salvo alguna cosa… para que parezca que el país es moderno y yanqui y occidental, mientras las esencias siguen a salvo en las cajas de caudales del solar patrio, se encuentre este en España, Andorra, Suiza o Panamá.









domingo, 20 de noviembre de 2016

EL PRÍNCIPE DE MALI, LA GITANA DE MAUTHAUSEN Y EL GENOCIDA DE EL FERROL


La pasada semana se representaron en nuestra ciudad dos obras de teatro estremecedoras. La primera de ellas, Me llamo Suleimán, basada en la novela homónima de Antonio Lozano, narra la historia de un chico descendiente del fundador del Imperio de Mali que abandona su aldea para buscar una existencia mejor en Europa. Desde el primer momento, gracias a la meritoria interpretación de la actriz Marta Viera, el espléndido montaje escenográfico y la vibrante música de Salif Keita, el espectador se convierte en compañero de viaje del protagonista. Junto a él, recorre miles de kilómetros en camiones no aptos ni para el transporte de ganado, pierde amigos en el camino, vive el sueño de encontrarse a un tiro de piedra de Melilla, intenta saltar la valla, es abandonado en medio del desierto, cruza el océano hacinado en una patera… Cuando el arte capta la verdad, los límites entre la ficción y la realidad se desvanecen, la vida vibra y la humanidad aflora. Suleimán es una especie de Ulises contemporáneo. No es nadie en concreto y es mucha gente a la vez. Su biografía está construida con la biografía de miles y miles de personas que huyen de la desigualdad y la violencia generadas por el sistema económico mundial, personas pobres, pero valientes y dignas, que valen infinitamente más que todos esos putos politicastros empeñados en seguir levantando muros.
La segunda obra a la que hacíamos referencia, El triángulo azul, de Laia Ripoll y Mariano Llorente, recrea la vida de los republicanos españoles en el campo de concentración de Mauthausen. Fueron transportados allí unos 7000 hombres, mujeres y niños (por cierto, más de 100 de ellos albaceteños) procedentes de distintos puntos de Francia. El gobierno alemán había ofrecido al español la posibilidad de repatriarlos, pero aquí se desentendieron y prefirieron enviarlos al matadero. Como su país no los reconoció, se convirtieron en apátridas, y eso es lo que significaba el triángulo azul, que no tenían patria, que la tierra de sus padres no los reconocía. Tan sólo en torno a 2000 lograron sobrevivir. El resto murió víctima de los abusos, la extenuación, el hambre y las cámaras de gas. Ahora bien, de nuevo la realidad adquiere una dimensión épica. Cuando se produce la primera muerte de un preso español, el resto desafía a los energúmenos de las SS y guarda un minuto de silencio tras el recuento. Pese a que el campo es un infierno, un grupo de compatriotas se sobrepone a las circunstancias y en la Navidad de 1942 estrena… ¡¡una revista de variedades!! ¡Hace falta ser muy grande para hacerle burla a la muerte en sus propias narices! Finalmente, la obra cuenta cómo el joven fotógrafo Francisco Boix logra sacar mil fotos del departamento de documentación con la colaboración de Oana, una chica gitana convertida en esclava sexual. Esas son las célebres fotos que se utilizaron como prueba acusatoria contra innumerables jerarcas nazis en los juicios de Núremberg. Como en el caso de Suleimán, Oana es una nadie, un ser al margen del sistema, apenas un objeto de desahogo, pero, de igual forma, un solo cabello suyo vale más que todos los dictadores sanguinarios que ni nombramos por no ensuciarnos la boca y vernos obligados a escupir.

Obviamente, las obras mencionadas no volverán a representarse en Albacete, pero recomendamos encarecidamente a los lectores que si alguna vez, en cualquier otro lugar, tienen la oportunidad de ver alguna de ellas, que no dejen de hacerlo. Todas las grandes historias trascienden la peripecia individual y nos sitúan en escenarios de validez universal. Suleimán personifica las injusticias aberrantes del capitalismo. Oana pone rostro y voz a los crímenes del fascismo. Hoy, 20 de noviembre, aniversario de la muerte del genocida de El Ferrol amigo de los nazis y apenas transcurridos doce días del triunfo electoral del magnate xenófobo, quizá sea un buen día para reivindicar la memoria de todos los Suleimanes y de todas las Oanas y tomar ejemplo de su coraje.


sábado, 12 de noviembre de 2016

Lo malo y lo peor


En los últimos días están corriendo ríos de tinta, suenan y resuenan las voces de los analistas políticos que, desde la perplejidad y el asombro, intentan encontrar una explicación al resultado de las elecciones a la presidencia de EE.UU. Muchos buscan en el baúl de la abuela algún manual que resuelva los infinitos interrogantes al terremoto del magnate Trump, futuro inquilino del despacho oval de la Casa Blanca.

La sociedad americana tenía el dilema de elegir entre lo malo y lo peor. La enorme desigualdad social y la desesperación jugaron sus bazas, ganó lo peor. El pasado 8 de noviembre los norteamericanos tuvieron que optar entre dos caras de una misma moneda, la de un capitalismo salvaje sin escrúpulos, representado por Hillary Clinton y Donald Trump. Una candidata demócrata del “establishment”, con un estilo suave, moderado, con más vaselina pero que no dejaba de ser más de lo mismo, frente a un inesperado cafre neofacista que se jacta de su misoginia, de su xenofobia y de su insumisión fiscal, entre algunas de sus barbaries.

Estaban llamados a las urnas unos 240 millones de norteamericanos, pero sólo dieron su voto el 50% del censo electoral. ¿Qué hubiera pasado si esta enorme abstención se hubiera reducido en 15 ó 20 puntos? ¿Habría cambiado el nombre del presidente elegido, si en algunos estados claves la movilización de los votantes hubiese sido otra? Esto es política ficción y aquí cabrían mil y una especulaciones.

Lo cierto y fijo es que, como lo presagiaba Bernie Sanders, el partido republicano ganó el Senado, la Cámara de Representantes y la Casa Blanca, porque, entre otros factores, las huestes del partido democráta hicieron una campaña sin impulso y carente de entusiasmo, lo que produjo que la participación de sus posibles votantes fuera menor de lo esperado. Hillary, la exsecretaria de Estado genocida, desde la prepotencia de autoproclamarse mejor candidata que su rival, con palabras huecas, mensajes vacíos, al más viejo estilo tradicional de la política de siempre, ha querido ganar la partida sin bajarse del autobús. Pero pronto se vieron sus intenciones que no eran otras que crear un gobierno sólo para la América corporativa de los ricos donantes de las campañas, olvidándose de dar soluciones a las penurias de la mayoría de la población de EE.UU. Día a día, la piel del oso de un “éxito casi cantado” de la señora Clinton, se quedó sin cazar en numerosos hogares americanos que, repletos de hartazgo, optaron por no votar o apoyar a las vísceras, a la caverna, a lo peor.

Y en esto llegó Trump. Un bufón que es el resultado de la quiebra del sistema capitalista, que produce desigualdad, pobreza y desesperanza. Un sistema que agoniza fagocitándose a sí mismo, donde la factura la están pagando una gran mayoría mientras unos pocos siguen acaparando la riqueza. Trump ha ganado las elecciones con el peor de los mensajes, prometiendo proteccionismo, mano dura con el inmigrante, y una serie de medidas que caracterizan los fascismos, pero que gran parte del electorado compra harto de que el discruso oficial del poder establecido los engañe y haga promesas que no se terminan de cumplir nunca, mientras sus condiciones de vida siguen empeorando.

El presidente del Imperio, el vigia de occidente es una pieza más del engranaje, pues Trump es una última apuesta, un "outsider" producto del sistema con unas aberraciones ideológicas que provocarán la aceleración de las etapas históricas del desencanto social.

Da mucho que pensar que en el siglo XIX los reaccionarios no querían la democracia, en el XX quisieron destruirla, y en el XXI... en el XXI están encantados con las urnas. ¿Por qué? Lo cierto es que un acontecimiento planetario llamado fascismo extiende sus garras y quiere devorar todo lo que encuentra a su paso. USA se repliega y se echa al monte con la legitimidad del voto de aquellos que practican el forofismo, sacando lo peor de la América profunda: incultura, homofobia, racismo, espíritu retrogrado,...donde Trump es el máximo exponente. ¡Lo que puede hacer la desesperación y la indignación! ¿Este es el nivel de “la mayor democracia del mundo”, el país que es modelo para la derecha española? Mal camino llevamos.

Ante este triste panorama que, queramos o no, nos va a afectar en nuestras vidas, hay que buscar una ruptura con el sistema capitalista liberal que está quebrado y construir un nuevo modelo más justo socialmente, equitativo y sostenible. Urge la movilización de las fuerzas democráticas y sociales frente al avance de lo peor, frente al crecimiento desmesurado del neofascismo. Comenzamos a saber cómo podría sentirse un antifascista alemán en marzo de 1931.

Ni susto, ni muerte, Ni malo, ni peor. Nosotros y las próximas generaciones nos merecemos otro mundo mejor. La resignación debe quedar en el olvido.

¡La lucha sigue!



@CPuenteMaderaAB



domingo, 6 de noviembre de 2016

ESPAÑA NO ES CUALQUIER PAÍS


Cuentan que Don Mariano soñaba despierto con tener un gobierno con Rato, Trillo, Cascos, Bárcenas a las finanzas… También cuentan que soñaba con que un día, el mismísimo PSOE acabaría reconociendo su mayor respaldo popular y le haría posible su gobierno. Y… ¡zasca! Ante la verdadera imposibilidad del primero, el segundo se le hizo realidad. Hartos de ver películas de guerra y espías, la vieja guardia del PSOE, tramaron un inicio de ataque (autoataque realmente) al estilo de… “y cuando en Radio Libertad suenen las primeras notas de El Anillo de los Nibelungos” o la palabra “Mickey Mouse” desde Normandía, solo que ellos consideraron más oportuno pensar “Y cuando Felipe González lo diga en la SER, le caemos todos encima” vaya y alguno estuviera despistado. Y así fue como se fraguó la gran victoria de Rajoy. Y se puso a formar Gobierno, que ya era para que lo tuviera pensado, pero se tomó sus días…

En cualquier país del mundo (civilizado), un ministro de Interior grabado en su despacho y afirmando “esto te lo afina la Fiscalía” a quien ya saben y sobre lo que ya saben, hubiera sido cesado al segundo. Pero España no es cualquier país. Rajoy lo ha aguantado hasta que ya ha habido un cambio “natural”.

En cualquier país del mundo (civilizado), cuando un partido está contra las cuerdas por corrupción y alguien sale a defender el tema, y en vez de prepararse bien y convencer su defensa, dice que “la indemnización que se pactó fue una indemnización en diferido. Y como fue una indemnización indifi... en diferido, en forma, efectivamente, de simulación, de... simulación, o de... lo que hubiera sido en diferido en partes de una... de lo que antes era una retribución, tenía que tener la retención a la Seguridad Social”, habría dimitido a los dos segundos. Pero España no es cualquier país. Rajoy ha premiado tal defensa con el Ministerio de Defensa (por cierto, que se dice que Page ya está aprendiéndose el himno de Infantería y se está haciendo amigo de la cabra).

En cualquier país del mundo (civilizado), si una ministra, instando al capote de la virgen, consigue records europeos de paro y mete la mano, el codo, la axila y hasta el último pelo de su cardada cabellera en la hucha de las pensiones, sería fulminada al segundo. Pero España no es cualquier país. Rajoy la premia y la reafirma.

En cualquier país del mundo (civilizado), para dirigir la sanidad, hay que saber de sanidad. Ya saben, no es el caso ni del país ni el de la morosa y nueva ministra, aunque lo mismo a ellos les vale con que sepa los nombres de las empresas de sanidad privada a promocionar.

En cualquier país del mundo (civilizado), el ministerio de educación, o el de cultura, tienen su peso específico. Pero España no es cualquier país. Rajoy los suma y difumina con Deporte y la necesitada de mucha dedicación portavocía del Gobierno.

Pero en fin, en cualquier país del mundo (civilizado), la gente no hubiera votado (aunque no fueran mayoría) al partido implicado con más casos de corrupción de toda la historia de Europa y con las políticas menos sociales de la historia de España.

Y claro, en cualquier país del mundo (civilizado), ningún partido que se llame de izquierdas hubieran consentido con su posición favorecer que estos gobiernen. Tampoco en ningún país el principal partido de la oposición hubiera permitido que otro partido con ese bagaje llegara al gobierno. Pero amigas y amigos, España no es cualquier país, y un partido que se autoproclama de izquierdas y es el principal partido de la oposición, lo ha hecho posible: un gobierno continuista, que premia y reafirma la Reforma laboral que solo a ellos y sus amiguetes gusta, que reparte responsabilidades pensando en el partido y no en el país, que deja fuera a sus jóvenes que se han quejado de la corrupción, que … en fin, que España no es cualquier país.







domingo, 30 de octubre de 2016

El gobierno de la sospecha



Se consumó: una parte de la cúpula del PSOE y de los poderes que la sustentan, mediáticos y empresariales, han dado el gobierno al único partido imputado por corrupción en la historia de nuestra democracia. No estará de acuerdo una gran parte de la militancia socialista y lo mismo sucederá con sus votantes, pero, a día de hoy y con honrosas excepciones, la dirección socialista ha hecho presidente del gobierno al presidente del partido de la Gurtel.

A los socialistas (¿socialistas?) que prepararon la decapitación no ya de Pedro Sánchez sino de la resistencia a un gobierno del PP, les importó menos desgarrar a su partido que garantizar que, en vivo o en diferido, en este país todo siguiera siendo igual. Y ahora esos dirigentes socialistas, a los que algunos llaman golpistas, han preparado también el camino para las carteras ministeriales de Cospedal y los suyos. El socialista Page premiará con un ministerio a la especialista de la simulación en diferido. Triste, muy triste.

Ya lo ha dicho, certeramente, el secretario de los socialistas catalanes. Iceta ha afirmado, entre dolido y sorprendido, que jamás hubiera imaginado que la más grave fisura entre PSOE y PSC pudiera ser provocada por entregar el gobierno de España a la derecha. Vivir para ver.

Ahora Pedro Sánchez anuncia con la voz quebrada que intentará, con el apoyo de las bases socialistas, dar la vuelta a la tortilla que con alevosía otros le voltearon. No sabemos cuánto hay en su empeño de verdadera ideología socialdemócrata o cuánto de revancha interna, de deseo de recuperar lo que las bases democráticamente le dieron. No sabemos qué sucederá en el futuro inmediato del PSOE… pero sí sabemos que en realidad parte de ese futuro está en manos de Rajoy, porque los propios socialistas lo han entregado sin condiciones al presidente del PP. Rajoy ya ha avisado en el discurso de investidura: que se vayan olvidando de que se derriben las políticas que ha llevado a cabo el PP. Cuando él quiera, cuando le convenga, convocará elecciones y laminará al PSOE. Y ni Susana Díaz ni García Page podrán impedirlo.

Echando la vista atrás, al pasado marzo, es también procedente plantearse esta cuestión: ¿acertaron Izquierda Unida y Podemos oponiéndose a un gobierno en minoría presidido por Sánchez? Respuestas habrá para todos los gustos, y es cierto que aquella decisión se tomó en función de las circunstancias que entonces se daban… pero hoy, con Rajoy presidente, duele sobremanera que, con una mayoría de izquierdas en las cortes, el poder haya terminado en manos de la derecha de las tijeras y los billetes de quinientos. Mucho tienen que meditar todas las formaciones de izquierda sobre qué ha pasado y sobre cuáles deben ser los pasos que se deben dar para dar la vuelta a esta situación.

Se abre ahora una nueva etapa negra en nuestra reciente historia democrática. Triste, sí, no porque haya mucha gente que vote al PP, sino por las malas artes con las que se ha dinamitado la posibilidad de una alternativa de gobierno. Por eso desde las calles se ha contestado la investidura de Rajoy. Con absoluta legitimidad democrática. Y con mucha razón, pues suena a práctica mafiosa lo que ha sucedido en nuestro país en el último mes, con la destrucción del PSOE para que gobierne la derecha. Un gobierno que ha llegado a serlo, sospechosamente, gracias a una combinación de suicidio y asesinato político de su adversario. Un gobierno, gracias a González y Page y Díaz, bajo sospecha, ni disimulada, ni diferida.








domingo, 23 de octubre de 2016

LOS ALUMNOS DAN UNA LECCIÓN A SUS PROFESORES HUELGA ESTUDIANTIL 26-O



El pasado 24 de septiembre publicamos un artículo que advertía sobre las verdaderas intenciones de la LOMCE. En resumen, lo que pretende el PP con esta ley es inocular su modelo social autoritario y capitalista en la médula de nuestro sistema educativo. La derecha no quiere ciudadanos, es decir, gente piense y actúe con criterio propio, sino productores, o sea, seres amorfos y obedientes que acaten órdenes y soporten mansamente situaciones de explotación laboral. La realidad es así de cruda, así de obscena y así de bastarda.

Una de las herramientas ejecutivas de ese proyecto son las reválidas, exámenes de final de etapa que ya se realizaron el curso pasado en 3º y 6º de Primaria y ahora se van a llevar a cabo en 4º de Secundaria y 2º de Bachillerato.

Lo peor de las reválidas no es que procedan como concepto del franquismo, aunque fuese el mismo franquismo el que las abolió en 1970 como algo pedagógicamente obsoleto.

Lo peor de las reválidas no es que impongan un sistema de evaluación puntual, aunque todo el mundo sepa que la evaluación continua es la única que refleja realmente el progreso del alumnado y los objetivos conseguidos.

Lo peor de las reválidas no es que los chavales se jueguen todo su futuro a una carta, aunque pueda ser que ese día se sientan mal, estén nerviosos o, simplemente, se queden en blanco.

Lo peor de las reválidas no es que los estudiantes no reciban el título de Secundaria o Bachillerato si no la aprueban, aunque hayan superado el curso perfectamente y, por lo tanto, hayan demostrado sus conocimientos más que de sobra.

Lo peor de las reválidas no es que trasladen la mentalidad de la PAEG (última denominación de la selectividad) a todas las etapas del sistema educativo, aunque ello suponga convertir a maestros y profesores en entrenadores, más preocupados en adiestrar para la superación de una prueba que en formar personas.

Lo peor de las reválidas no es que se perpetrasen con “veraneidad” y alevosía mediante un Real Decreto publicado el 30 de julio, aunque eso signifique que los centros han empezado el curso sin tener ni idea de qué contenidos van a abarcar esas pruebas y en qué van a consistir exactamente, con lo cual toda la comunidad educativa vive en una incertidumbre desesperante.

No, lo peor de las reválidas no es nada de lo anteriormente mencionado, por muy antipedagógico o desconcertante que pueda resultar. Lo peor es que en esa carrera de obstáculos en que se ha convertido el sistema educativo, unos, los más ricos, tendrán todo tipo de apoyos extraescolares (academias, profesores particulares, acceso a recursos bibliográficos, informáticos, etc.), y otros, los más pobres, deberán afrontar la superación de esas pruebas decisivas con lo puesto, porque en los centros públicos con los recortes, la disminución de las plantillas y la masificación en las aulas no se puede hacer más. Eso es lo peor de las reválidas: que profundizan las desigualdades, segregan al alumnado y obstaculizan la movilidad social de los más desfavorecidos. De nuevo, así de crudo es todo.

Y frente a ello nos encontramos, básicamente, dos actitudes. Por un lado, tenemos a una inmensa mayoría del profesorado, perdida en un laberinto kafkiano de estándares y rúbricas, que se dedica a lamentarse en los corrillos y a lloriquear por las esquinas, sin mover ni un dedo por cambiar la situación. Por otro, afortunadamente, vemos a los alumnos y alumnas movilizados, tomando las aulas y las calles para decir no a la LOMCE, no a las reválidas y no a los recortes. Como es bien sabido, las organizaciones estudiantiles han convocado, para el próximo miércoles 26 de octubre, una huelga que nosotros aplaudimos y apoyamos con todas nuestras fuerzas. No cabe duda de que, en esta ocasión, el alumnado ha dado una lección de dignidad a sus profesores.

Además de la jornada de huelga, hay una concentración a las 11:30 en la puerta de la Delegación de Educación. Y por la tarde, la Plataforma Regional por la Escuela Pública ha convocado otra a las 19:00 en el Altozano.



                                                                                                                           @CPuenteMaderaAB




domingo, 16 de octubre de 2016

DE RATAS, ALBONDIGUILLAS Y RAJOYSES

El Rata, José María Aznar, El Albondiguilla, Mariano Rajoy, Luis El Cabrón, Ana Mato y Sepúlveda, El Bigotes, Acebes, Don VitoCorrea, Rato… entre operaciones gúrteles, pokemons y pitufos,… ¡Con ellos continuó todo!

Amanece en Madrid. Cuando el conserje va a abrir la renovada sede pagada con dinero negro de Génova, se da cuenta que ya se han encendido las luces y hay alguien dentro. ¿Pero qué hace usted aquí? ¿Cómo ha entrado? ¡Toma, pues con la llave y la clave que me dio don Mariano!, digo, perdón, mi gran amigo, le espetó Don Vito Correa. Además, ese día tenía una reunión amplia e importante…

Aunque se ha hablado mucho, tal vez algún/a lector no conoce los personajes que la Fiscalía ha sentado en el banquillo, por lo que hemos intentado tener acceso a las “falsas tomas falsas” de la imaginada e hipotética, pero didáctica reunión, en la que se conocieron y presentaron los miembros de la trama Gürtel. Alrededor de una amplia mesa, 37 personas. Hizo de maestro de ceremonias Don Vito Correa, quien empezó explicando literalmente que “las dos personas del rincón, a la sombra e irreconocibles, son de plena confianza, pero no puedo dar sus nombres porque Don José María y Don Mariano prefieren quedar así“.

Y comenzó a hablar, presentar y repartir funciones: Antes de nada, quiero decir que estamos aquí gente de muchos partidos… ¿cómo? Interrumpió Pablo Crespo. ¡Claro! Tú por ejemplo eres secretario de organización del PP Gallego, pero también hay otros del PP valenciano, del PP de Madrid, PP andaluz… palabras que sin duda tranquilizaron al (no, nada, cero) respetable. Por comenzar por alguien, este de aquí es Arturo, pero todos podéis llamarle El Albondiguilla, e incluso los dos de la sombra, El Almondiguilla, que siempre ha habido clases. Creedme, nos dará muchas alegrías.

Al otro lado está El Bigotes, sobra con decir que él y F Camps se reconocen como “amiguitos del alma“. Reconocible seguramente, la ministra Ana Mato, en paquete con su esposo Jesús. Necesitaremos a gente con claridad de mente, capaz de explicar cómo repentinamente crecen Jaguars en los garajes sin que una se dé cuenta y Ana es una fiera.

También tenemos aquí a Guillermo El Rata. Fundamental porque se va a hacer con unos 255.076 euros limpios… ¡y porque ha puesto de jefa de su Gabinete a mi esposa! Jejejej.

Para los que creen que Andalucía es un nido de rojos, les presento a Ricardo Galeote, de Estepona, que se nos va a especializar en viajecitos, ya sabéis.

También lo conocéis, porque más de un sobre os ha dado, es Luis El Cabrón, colocado en lugar de Álvaro Lapuerta, que quedará fuera de esta causa por "demencia sobrevenida". Fue entonces cuando de la sombra salieron vítores de "sé fuerte Luis, pero sobre todo sé generoso, sé generoso repartiendo que tú siempre has ido muy sobrado". Mientras, en el despacho vecino se oía como unos ordenadores eran machacados.

Al fondo, José Luis Izquierdo, ¡que no os engañe su apellido!: será nuestro contable. Ya le hemos dado un (puto) pendrive de galleta para que se lo pueda comer llegado el caso, que ya hemos aprendido que no es metáfora que los discos duros de El Cabrón se llamen duros.

A Isabel Jordán no la puedo presentar, no ha venido porque está en protección especial. Nos ha denunciado a algunos y le han debido sentar mal algunos mensajitos que le hemos hecho llegar sobre su integridad física.

Mi amigo Nombela, quien fuera asesor del Ayuntamiento de Madrid y Alicia, que harán posible que hasta facturemos.

Y qué decir del incombustible, Ángel Sanchís, puro currículum, ya tesorero con Alianza Popular e imputado en el "caso Naseiro" que se archivó al anularse las claras grabaciones judiciales que lo probaban todo.

Cuando iba a continuar, de la sombra salió una voz entusiasmada… ¡Madre mía! ¡Cuánto chorizo junto, pero eso sí, yo no sé nada ni conozco a nadie! Con tanto chorizo, mucho chorizo y muy chorizo, en las próximas lo peto en las urnas, jejeej.

Y a su lado, la otra sombra finalizaba una llamada por móvil: que no, Anita, que no os podéis ir de viaje de novios a las Azores, que la liamos otra vez… luego hablamos. Y tras cortar se dirigió en voz alta a la sala: No sigáis, se hace tarde y ya está bien por hoy. Ahora, ya sabéis, de aquí a la boda de mi guacha, que estáis todos invitados, pero por dios, no os llevéis también los cubiertos.







domingo, 9 de octubre de 2016

Los años cafres


Bárbaro, cruel y zafio. ¿Podría ser esa una definición de Donald Trump? Si así fuera, según la Real Academia Española de la Lengua, Trump sería un cafre. Si, según la RAE, bárbaro es inculto, grosero y tosco, Trump lo es. También es Trump cruel, pues se complace en los padecimientos ajenos. Zafio es alguien grosero, tosco y carente de tacto en sus modales, y el candidato republicano lo es también. O sea que, según la RAE, Trump es un cafre con todas las de la ley.

Estos años del siglo XXI nos están regalando cafres internacionales de tomo y lomo. El primero de ellos sería Donald Trump por la trascendencia que tendría que un sujeto así pudiera llegar a ser presidente de la primera potencia mundial. Aunque no fuera así, da mucho qué pensar que este tipo haya obtenido ya el apoyo de millones de votantes republicanos. ¿Qué defecto le falta a este personaje? Parece salido de un chiste: racista, machista, xenófobo, islamófobo… No sabe uno por dónde comenzar con él.
Pero, ¿qué nos dicen del estreñimiento mental muestran otros cafres políticos de la vieja Europa? El patético Nigel Farage, fundador del eurófobo partido británico UKIP, dice que el hecho de sus eurodiputados se golpeen hasta casi la muerte es un hecho normal cuando discuten hombres. Una frase que encantaría a Hitler, Mussolini y Millán Astray. Muera el diálogo, viva la violencia. Mientras, la Primera ministra británica toca el cuerno para que comience el acoso a los inmigrantes comunitarios, entre los que se encuentran casi 200.000 españoles.

Cruzando el Canal de La Mancha se multiplica el número de cafres: la extrema derecha es la primera fuerza política en Holanda, Marine Le Pen sueña con ser la presidenta de Francia agitando el miedo y el odio. En Dinamarca se comportan como matones requisando el dinero a los refugiados que huyen de una guerra. Y en Alemania, el líder de Pegida ha sido juzgado por llamar públicamente “chusma” y “ganado” a los refugiados y, aunque parece que su movimiento se estanca la triste realidad es que ha sido absorbido por uno más fuerte y peligroso, Alternativa por Alemania

Mientras, en la última hornada de socios comunitarios, que tanto se han beneficiado de la solidaridad dentro de la UE, los cafres se extienden como la gangrena: en Polonia se repiten las manifestaciones contra refugiados e inmigrantes, a pesar de que es un país con un índice bajísimo de inmigración y que al mismo tiempo tiene a casi un millón de compatriotas en Reino Unido… que a su vez son odiados por la extrema derecha británica; en Hungría el presidente que levantó alambradas contra personas agotadas e indefensas ha intentado ahora, mediante un referéndum, eludir sus compromisos con la UE para acoger a… ¡1300 refugiados! En Macedonia (ARYM) el gobierno ha ordenado a soldados y policías que maltraten vergonzosamente a civiles indefensos.

La Europa del capital se ha demostrado un fracaso, y la Europa de los burócratas también. Pero ese fracaso no pueden aprovecharlo los líderes cafres. No tan llena de odio y desconfianza, Europa sí está llena de millones de personas, especialmente de jóvenes, que se han acostumbrado a relacionarse, a cruzar fronteras, a hacer turismo, a estudiar, a aprender idiomas, a valorar sus libertades… El pasado de nuestro continente y del planeta está lleno de guerras y dolor, pero el presente es diferente y el futuro no está escrito. Tenemos que hacer que estos años cafres llenos de líderes gañanes sean un paréntesis, no un punto y final.



@CPuenteMaderaAB