domingo, 21 de mayo de 2023

UNIDAS SIN DUDA PODEMOS



Bueno, pues ya solo falta una semana para las elecciones municipales y autonómicas. La cosa está un poco chunga, para qué nos vamos a engañar. Pese a estar realizando la campaña más necrófila y repugnante de toda su historia, que ya es decir, las derechas más o menos extremas avanzan en las encuestas. Es increíble. Es increíble que una persona tan inepta (es decir, tan poco apta para una responsabilidad) como Díaz Ayuso, que, por otro lado, negó la asistencia médica a miles de ancianos durante la pandemia y que está convirtiendo los servicios públicos en una piltrafa, esté a punto de conseguir la mayoría absoluta. Es increíble que un patán como Feijoo, que cada vez que habla la caga (con perdón), sea el líder de la oposición. Es increíble que el PP de Castilla-La Mancha no haya encontrado nada mejor que Núñez, un charlatán que parece recién salido de una película de Paco Martínez Soria. Y, fundamentalmente, es increíble que tantos trabajadores y trabajadoras se dejen encandilar por una bandera de España y terminen votando a sus explotadores. En serio, todo es como un esperpento, pero sin gracia.

Ante tal panorama, claro, se pueden adoptar diversas actitudes. Una de ellas, la pasividad, es decir, la abstención. Es el sueño húmedo del capitalismo (el mundo como una masa apática y acrítica de consumidores). Nosotros, desde luego, no la compramos. El progreso no cae del cielo como las brevas. Por lo menos hay que estirar el brazo para coger el fruto. Otra opción es la resignación, consistente en votar con una pinza en la nariz para evitar el hedor de la papeleta que se introduce en la urna. Pero no hay por qué votar una candidatura si nos provoca náuseas. La democracia no es una enfermedad. Una persona feminista no tiene por qué votar a alguien que reproduce en sus discursos todos los tópicos del machismo más casposo. Una ecologista no tiene por qué votar a quien tiene las Tablas de Daimiel como un auténtico rastrojo. Una laicista no tiene por qué votar a quien se salta la aconfesionalidad del estado cada vez que ve pasar una sotana. Y una defensora de la sanidad y la educación públicas no tiene por qué votar a quien mantiene, después de ocho años, desbordadas las listas de espera y congestionadas las aulas. No, para ese viaje no hacen falta alforjas.

En nuestra opinión existe una tercera posibilidad que consiste, precisamente, en no quedarse al margen ni resignarse, sino en luchar, en desafiar al sistema, en no conformarse con lo existente, y esa vía alegre y rebelde la representan, desde el punto de vista electoral, Unidas Podemos y el resto de confluencias que han surgido por toda España. Y sí, sabemos cómo está el pampaneo, no nos hemos caído de un guindo. Llevamos muchas derrotas y muchos fracasos a nuestras espaldas. Pero por eso mismo asistimos con esperanza a experiencias como la que estamos viviendo en Albacete. Aquí se presentan juntas Podemos, Izquierda Unida y Verdes-Equo. La lista la completan personas independientes procedentes del mundo de la cultura, la universidad y el activismo. El programa plantea 278 medidas ambiciosas y a la vez realistas para hacer de nuestra ciudad un espacio habitable, creativo, solidario. Y, lo más importante, militantes y simpatizantes de las tres formaciones están trabajando codo con codo, sin ruido (es decir, sin broncas), como compañeros y compañeras a quienes une mucho más de lo que les separa. Y así se crea unidad. Así se generan las energías necesarias para transformar la realidad. Así se genera confianza e ilusión en la ciudadanía. Así se avanza. ¡Ya pueden ir tomando nota muchos y muchas responsables políticos estatales!

En consecuencia, pedimos encarecidamente el voto para la candidaturas municipales y regionales de Unidas Podemos, encabezadas en Albacete por Nieves Navarro y Carmen Fajardo respectivamente, y animamos a que, en el resto de territorios, los votantes y las votantes de izquierda apoyen las confluencias que mejor se ajusten a sus planteamientos.

Unidas sin duda podemos. ¡Claro que podemos!



@CPuenteMadera


 

domingo, 7 de mayo de 2023

NOS LA REFANFINFLA LA CORONACIÓN


Nos la refanfinfla la coronación porque es el enésimo ejemplo de que seguimos viviendo en una sociedad medieval y caduca, donde la familia en la que naces marca tu futuro. Da igual lo que hagas, tendrás que empeñar un riñón para pagar el alquiler, como te ocurre a ti, o podrás irte con el yayo a Abu Dabi cobrando 7000 euros a vivir la vida, aunque seas un inepto como Froilán, si tienes la suerte de apellidarte Borbón.

Nos la refanfinfla la coronación, pero nos preocupa la millonada en fastos mientras se escatiman recursos sociales en un país en el que casi el 20% de la población se encuentra en riesgo de pobreza.

Nos la refanfinfla la coronación porque es una anomalía democrática obsoleta en pleno siglo XXI. La coronación del nuevo jefe de los Windsor es la reminiscencia de un imperialismo de una élite, que ha aumentado su poder y privilegios a costa de la explotación, del esclavismo y de esquilmar al pueblo, es decir, a sus propios súbditos.

Nos la refanfinfla la coronación de Carlos III y Camila porque nosotros somos republicanos por principios y convicción, porque imponer la jefatura de un estado por derecho de bragueta es una aberración que rompe con los avances democráticos de los pueblos.

Nos la refanfinfla la coronación porque no nos impresionan unas liturgias y unos boatos que se crearon para marcar distancias con el resto de mortales y simbolizar una desigualdad que en realidad no existe.

Nos la refanfinfla la coronación porque es un espectáculo hortera, pretencioso, ridículo y trasnochado.

Nos la refanfinfla la coronación porque no somos vasallos ni vasallas de nadie.

Nos la refanfinfla la coronación porque “ni en dioses, reyes ni tribunos está el supremo salvador”.

Nos la refanfinfla la coronación porque no admitimos que ningún cardenal ni ningún clérigo de ninguna religión ni mitología transmita el poder ni simbólica ni realmente en nombre de ningún dios, entre otras cosas porque los dioses no existen.

Nos la refanfinfla la coronación de Carlos y Camila, y de todos los supuestos reyes de toda la bolica del mundo, incluyendo a los Reyes Magos, a los reyes de la baraja, a los reyes del mambo, a Juan Carlos el Bribón, a Sofía la Malquerida, a Felipe el Preparao y a Letizia la Raspa.

O sea, que pasamos olímpicamente, que nos importa un pepino, que nos la trae fresca, que nos resbala, que, para carnaval, ya tenemos el de Tarazona o Villarrobledo…

Y a ti, querida lectora, querido lector, ¿por qué te la refanfinfla la coronación?

 

@CPuenteMadera