domingo, 26 de enero de 2020

CARTA A LA AFILIACIÓN DEL PP


Estimados/as compatriotas liberal-conservadores/as:
Como quizá sepáis, no somos precisamente de vuestra cuerda, pero hemos considerado oportuno escribiros para expresaros, respetuosamente, la honda preocupación que sentimos ante la deriva extremista de vuestro partido.
Nos consta que entre vosotros hay personas moderadas, dialogantes, abiertas… ¿No os chirría el tono apocalíptico de vuestros líderes? ¿No os molesta un poquito el estilo arrogante y despectivo de vuestra portavoz en el Congreso? ¿Está bien recurrir al insulto como forma habitual de interpelar al adversario? ¿Eso queréis que aprendan las Nuevas Generaciones?
Cada año hay más de 7000 embarazos adolescentes. ¿De verdad estáis todos de acuerdo con el famoso “pin neanderthal”? ¿Todos compartís el entusiasmo de Pablo Casado por este engendro de la ultraderecha religiosa? ¿Nadie va a poner un poquito de cordura en ese asunto?
Acabamos de ver lo que ha ocurrido con la borrasca Gloria. ¿Todo el mundo en el PP cree que el cambio climático es un invento de los ecologistas y que la contaminación no mata? ¿Hace falta que las olas lleguen a la Puerta del Sol para que determinados individuos/as se convenzan? Estimados compatriotas, ¿por qué no les regaláis a vuestros dirigentes aunque sea El libro gordo de Petete para que aprendan algo de ciencia y dejen de decir tonterías? Porque, entre otras cosas, su ridículo es también vuestro ridículo.
Aznar denominó Movimiento Vasco de Liberación a ETA cuando aún estaba matando. ¿No pensáis que ya está bien de jugar con el dolor de las víctimas? ¿De verdad todos creéis que el problema catalán se soluciona jugando a ver quién tiene la bandera más larga? Durante la Transición las víctimas del franquismo se sentaron a negociar con sus verdugos. ¿Nadie en vuestra organización defiende ahora la posibilidad del diálogo? Por el futuro de España, ¿por qué no intentáis centrar un poquito a vuestras cúpulas?
Verdaderamente, estamos en una encrucijada histórica. La extrema derecha machista, racista y xenófoba no sólo está creciendo electoralmente, sino que está convirtiendo a los partidos clásicos de centro derecha en sus títeres. Estimados/as afiliados/as del PP: ¿es eso lo que queréis para vuestra formación política? El viaje a la radicalidad ha situado a Ciudadanos al borde de la extinción: ¿vais a andar el mismo camino sin decir ni pío? ¿Vais a quedaros de brazos cruzados mientras se os va gente como Borja Sémper, un auténtico demócrata con un currículum y una trayectoria incuestionables? ¿O vais a poner los medios para evitar la catástrofe, ahora que aún estáis a tiempo?
En fin, vosotros/as veréis.
Un saludo.






sábado, 18 de enero de 2020

El Pinpa

Sinceramente, Casado y Arrimadas tienen razón con el establecimiento del Pinpa (Pin Parental) en Murcia y en el resto de España. Fíjense en este caso real, en lo que nos sucedió en una de nuestras clases de tutoría de 2º de ESO: por culpa del “gobierno sectario y radical” (en palabras de Casado), nuestros alumnos recibieron charlas de especialistas sobre educación sexual y prevención de drogodependencias. “Saquen sus manos de nuestras familias”, le ha dicho Casado al gobierno. Cuando nuestros alumnos recibieron esas charlas el presidente del gobierno radical y sectario era Mariano Rajoy (PP), la presidenta de Castilla-La Mancha era Mª Dolores de Cospedal (PP), el consejero de educación era Marcial Marín (más tarde secretario de estado de Educación del PP) y la alcaldesa de Albacete Carmen Bayod (PP), que además subvencionó las charlas.
Con Rajoy y con Sánchez, con Cospedal y Page, los alumnos de nuestros institutos también han asistido a charlas y exposiciones de Cáritas, de Médicus Mundi y de Médicos Sin Fronteras. Todo eso, con el Pinpa de Ciudadanos y PP, se ha terminado. Con todos los gobiernos de la democracia se ha enseñado a los alumnos la evolución humana, como se hace ahora en Ciencias Sociales de 1º de ESO: eso también se ha acabado, porque los padres partidarios del “creacionismo” podrán vetar que se enseñen a sus hijos los contenidos de la Teoría de la Evolución de Darwin. Y esto será así porque Vox y PP y Ciudadanos dicen expresamente que la aplicación del Pinpa incluye a las “asignaturas con contenidos curriculares”. Toma Pinpa.
Nadie podrá enseñar a niños y jóvenes que no deben consumir drogas o que no se debe beber cuando se conduce, si sus padres no quieren. Si los padres no lo quieren nadie podrá enseñarle a un niño que pegarle a una mujer por el hecho de ser mujer es violencia de género. Nadie podrá impartir a un niño un taller sobre acoso escolar si sus padres no quieren. Gracias a los liberales de Ciudadanos y al PP, nadie podrá enseñar a los niños aquellos artículos de la Convención de los Derechos Humanos o de los Derechos del Niño que no gusten a sus padres.
Gracias, conservador Casado; infinitas gracias, centrista Arrimadas. Gracias a vosotros los niños y jóvenes españoles viajarán al pasado y recibirán la educación más retrógrada de Europa. Pinpa.




lunes, 13 de enero de 2020

CHILE DESPERTÓ… Y CONTINÚA DESPIERTO

Uno lee, escucha o ve los noticiarios, y pareciera que nada pasa en Chile. Saltó todo en los medios al inicio de la revuelta popular que surgió, y ya sabemos, las noticias pasan de moda como lo pueden hacer unas campanas o unas hombreras. El problema es que en este caso hablamos de una lucha por la justicia social, y de una represión que, aunque cueste creerlo, está alcanzando los niveles de la era de Pinochet.

Nos comentan amigos de allá cómo se las están gastando la policía (los carabineros), y mandan imágenes cuya dureza sobrepasa los límites humanos. Si cuando aquel asalto criminal a la Casa de la Moneda, un periodista rodó su propia muerte a manos del soldado que le disparó, hoy en día, que toda la gente lleva un móvil y por tanto una cámara, la documentación del terror es mucho más precisa e igualmente indigerible.

No podemos dejar de preguntarnos cómo estaría el ambiente el pasado 6 de octubre para que una subida en el billete del metro de 30 pesos (unos 40 céntimos de euro) haya acabado en esto. Claro, esa no ha sido la causa, sino el detonante. La rebelión viene comandada por los estudiantes de Enseñanza Secundaria desde 2011. Se convive con una Constitución en la que nadie cree. Una educación privatizada en todos sus niveles, que necesariamente aboca a los ricos a ser cada vez más ricos y a los pobres a ser cada vez más y más pobres, aparece en el frontal del problema. A partir de aquellas revueltas, todo han sido altibajos e irse sumando causas, como ya se ha dicho. Lo último, una ley que iba a devolver el uso público del agua ha sido tirada para atrás a pesar de tener 24 votos, porque hubo 12 en contra. Parece curioso, pero lo es más aún cuando se sabe que el voto de 4 senadores que impidieron que el agua se haga pública ¡son accionistas de las compañías privadas de agua! Mientras tanto, los carabineros campan a sus anchas, como cuando Pinochet. Asesinatos, torturas, violaciones, desapariciones… todo les vale. Se declara toque de queda y estado de emergencia días después y en base a unos incendios simultáneos en varias bocas de metro que, a pesar de estar todas con videovigilancia, nadie, ni los servicios de inteligencia del Estado, han podido aportar ni una sola prueba. Ejemplos por decenas y no exageramos: torturas y abusos sexuales documentados acaban con los acusados liberados, la carabinera que pateó a una mujer embarazada hasta hacerla abortar, quedó liberada, carabineros grabados causando destrozos para acusar a manifestantes, atropellos a viandantes, arrestos (secuestros) sin registrar y por personas de civil (como los autos) están ocurriendo estos días en Chile y nadie es responsable. Pero no pasa nada, no está de moda, ya no es noticia. 27 muertos (reconocidos) y más de 4000 personas hospitalizadas​. Continúan los vergonzosos salarios mínimos, las ridículas pensiones que llevan a ancianos enfermos a seguir trabajando, y mientras, los privilegios en todas las áreas para los adinerados.

La frase de "El pueblo unido jamás será vencido", se popularizó en Chile a primeros de los 70’ y hoy, casi medio siglo después, sigue tan vigente como entonces. Vaya desde aquí nuestro más modesto apoyo y solidaridad con el pueblo chileno y su lucha por la justicia.








martes, 7 de enero de 2020

VALE. Y, AHORA, ¿QUÉ?

Vale. Fenomenal. Después de muchas y controvertidas vicisitudes, por fin tenemos un gobierno plural de izquierdas cuyo programa podría suscribir, en general, cualquier persona decente. Es fantástico, en serio, pero ahora, ¿qué? Porque no estamos en la meta, sino en la línea de salida.
Los voceros del trifachito y la caverna mediática tienen muy clara su misión: mentir, tergiversar, berrear, soltar espumarajo, sembrar el pánico, amenazar con el apocalipsis… No hay que darles más importancia. Viven (literalmente) de eso. Si no lo hacen, los despiden y se quedan sin sueldo. Así que dejémoslos convulsionando como la niña de El Exorcista y centrémonos en lo importante.
Porque del nuevo gobierno y de las organizaciones que lo integran esperamos otras cosas. Esperamos coherencia entre lo dicho y lo hecho. Esperamos escrupuloso respeto mutuo. Esperamos lealtad al pacto más allá de futuras estrategias electoralistas. Esperamos inteligencia, sensatez, imaginación, prudencia y a la vez audacia… También esperamos que se articulen vías de participación democrática que generen poder popular y amplíen la base social de un ejecutivo que, desde mucho antes de formarse, está siendo atacado por tierra, mar y aire (por utilizar una inocente metáfora).
Y es que, en cierto modo, el éxito o fracaso del experimento no va a depender tan solo de un puñado de ministros y ministras, sino del grado de implicación de quienes les apoyamos. Asumamos nuestra responsabilidad en el proceso. Salgamos a la calle. Respondamos a los alaridos de la derecha con amabilidad y sosiego. No vamos a convencer a los fanáticos, pero hay una parte de la ciudadanía legítimamente preocupada a la que podemos explicarle, sin perder la sonrisa, que lo de Cataluña no se resuelve con mamporrazos, sino con diálogo; que los impuestos solo se van a subir a los ricos, no a la clase trabajadora; que se va a defender lo público (la educación, la sanidad, los servicios sociales…) frente a las privatizaciones y los fondos buitre; que se va a luchar decididamente contra el cambio climático porque la contaminación sí mata; que las reformas previstas no nos aproximan a Corea del Norte, sino a la media europea; que en las iglesias no hace falta rezar por España, sino por las víctimas de la pederastia, de la violencia machista, de la explotación, del saqueo, del imperialismo, de las guerras…
En serio, no nos quedemos mirando como pasmarotes. El futuro está también en nuestras manos. Solo es necesario sacarlas de los bolsillos y ponerlas a trabajar.