jueves, 31 de octubre de 2019

REIVINDICACIÓN DEL MIEDO

Bueno, a ver, nosotros sabemos que el voto fetén es el que se hace a partir de ideales, de proyectos ilusionantes y de esas cosas tan bonitas… No somos nuevos. Nos conocemos la literatura al respecto. Pero estamos en un momento histórico tan delicado que no podemos despreciar otros factores movilizadores. Y una de ellos es el miedo. Porque sí, lo confesamos: tenemos miedo. Mucho miedo.
Tenemos miedo de que gane el trifachito y amordace los derechos y las libertades. Nos produce verdadero pavor que se pongan en entredicho los derechos de las mujeres, ganados a base de luchas interminables, y que se consideren enfermas o depravadas las personas LGTBI.
Tenemos miedo de que se intenten llevar a cabo deportaciones masivas de inmigrantes, como si fueran ganado. El simple enunciado del propósito nos evoca los peores tiempos de la humanidad. Nos da miedo pensar en un país sitiado por sus propias concertinas. No entendemos cómo se pueden criminalizar acciones humanitarias como las del Open Arms. Estamos estupefactos. Estamos descompuestos.
Tenemos miedo de que en las próximas elecciones ganen los ultranacionalistas ibéricos, arrojen más gasolina al fuego catalán y terminen incendiando definitivamente una situación que, si tiene alguna solución, requiere de diálogo, de flexibilidad en las posturas, de búsqueda de territorios intermedios…
Tenemos miedo de que esta gente se empodere y desarrolle su temible agenda neoliberal y privatizadora. Lo hacen cada vez que pueden. En cuanto tienen ocasión privatizan hasta los palos del sombrajo, empezando por la sanidad, la educación, los servicios sociales, las pensiones… Nos estremece pensar que un día nuestros hijos, nuestras hijas, nuestros nietos y nietas… se puedan ver abocados a vivir una vida de mierda en un mundo de miseria y desigualdad.
Sí, tenemos miedo. Pero no es el miedo de los cobardes. No nos asustan ni lo más mínimo los fachas en ninguno de sus formatos o presentaciones. Se trata más bien de una hondísima preocupación por el futuro. Se trata de mezcla de desazón y rabia que nos impide inhibirnos. Por eso, el próximo 10 de noviembre no nos quedaremos en casa. Saldremos y votaremos, como siempre, a nuestra gente, que ahora está en Unidas Podemos. Quién sabe, a lo mejor con un poco de suerte el miedo empieza a cambiar de bando.







domingo, 27 de octubre de 2019

Nuestros amigos, los turcos

De que los turcos, el pueblo turco, los ciudadanos turcos, puedan ser nuestros amigos, no tenemos ninguna duda. No nos dejamos engañar por el nacionalismo, no confundimos estado y pueblo, no pensamos que el gobierno de un país sea lo mismo que su gente. Pero nuestro aliado en la OTAN, en el estado turco dirigido por el gobierno de Erdogan, está llevando a cabo crímenes que no pueden admitirse en un aliado de las democracias occidentales.
Las acciones de Turquía contra el pueblo kurdo en Siria e Irak, y por supuesto en Turquía, son una mezcla de agresión injustificable, desprecio del derecho, ignorancia y ceguera. Erdogan ataca al único ejército de tierra regular que ha sido capaz de frenar las atrocidades del ISIS, a los únicos hombres y mujeres que han mirado cara a cara y han capturado y encerrado a los terroristas que con razón tanto asustan a Europa. A sangre fría, ha anunciado y llevado a cabo una ofensiva que provoca miles de muertos, decenas de miles de nuevos refugiados y la liberación de miles de combatientes del ISIS.
Cuando la Unión Europea atina finalmente a alzar la voz tímidamente criticando sus acciones, Erdogan amenaza con abrir la puerta a los millones de refugiados que retiene en su suelo, pagado por los europeos para ello… y entonces Europa calla y mira hacia otro lado. Y no se la vuelve a escuchar. Hay acciones, amparadas por el derecho internacional y Naciones Unidas, que podrían adoptarse contra Turquía. Pero es aliado militar en la OTAN, de Europa y de Washington, y es el perro guardián que la Unión Europea utiliza para mantener a raya a los que huyen de guerras y violenta pobreza. Lo tienen muy difícil, los valientes kurdos.
Paralela a la pasividad o inoperancia europea camina la ceguera de Trump, abandonando a los kurdos ante los turcos. Pero la dejadez americana ha tenido como respuesta la rápida ocupación rusa de las abandonadas bases estadounidenses. Y, entonces sí, Turquía ha detenido su ofensiva. ¿Será que la fuerza solo entiende a la fuerza?



domingo, 20 de octubre de 2019

PENSIONISTAS SOBRENATURALES

Desde siempre, en la humanidad se han buscado logros sobrenaturales, como por ejemplo el conseguir la invisibilidad. Solo la ciencia ficción se aproximó a ello con la película El hombre invisible, de 1933 dirigida por James Whale sobre la novela de H. G. Wells.
Pero ahora, gracias a los grandes medios, los pensionistas y sus justas protestas lo han conseguido. Así, de sopetón, han dejado de verse. No queman nada, no destrozan nada, respetan y se unen por una causa que beneficiará más a quienes vienen detrás que a ellos mismos, ¡pero resultan invisibles! Son miles y miles, unidos, caminando juntos y juntas, manifestándose juntos y juntas, ¡pero no los verás! Y esta invisibilidad va más allá de los grandes medios, llega también al Parlamento. Querían hacer entrega a sus legítimos representantes de sus reivindicaciones y no les dejaban. Solo Irene Montero, Ione Belarra, Alberto Garzón… la gente de Unid@s Podemos, les recibió, atendió y facilitó el acceso al resto de representantes, pero estos… ¡oh! no los vieron…ninguno… tampoco nadie del PSOE… y es que es lo que ocurre cuando a la voz de ¡que vienen! se sale corriendo a ocultarse al lado opuesto del edificio.
Igualar pensiones a SMI (900€ en la actualidad), con el objetivo de conseguir que la pensión mínima sea de 1080 euros, o subidas anuales iguales a las del IPC, parecen imprescindibles para llevar una vida digna y no perder poder adquisitivo; sin olvidar tampoco la eliminación de la brecha de género, pues es intolerable que en pleno siglo XXI muchísimas mujeres pensionistas, sobre todo las viudas, cobren una pensión un 40% menor que la de sus compañeros varones.
Apoyar a quienes han hecho posible los servicios públicos que hoy tenemos, parece más que justo. Se han rescatado bancos por cifras de miles de millones de euros, se ponen impuestos ridículos a empresas que ganan miles de millones de euros, nos han robado con su corrupción por miles de millones de euros… ¿de verdad no hay dinero? ¿no será que lo reservamos para los de siempre?
Un ejemplo concreto (habría decenas más): Antena 3 noticias, 17 de octubre, las movilizaciones de pensionistas en todo lo suyo; de los 35’ del noticiario, 28’ para Cataluña, 2’ para el Brexit, 5’ para resto de noticias incluida la de los restos de Camilo Sesto. Para las enormes movilizaciones de los pensionistas por toda España, cero segundos. Y así, en un medio y en otro y en otro.
No, la invisibilidad de los y las pensionistas no es casual ni por falta de interés periodístico. Es uno de esos hechos que asquea a cualquiera con un mínimo de rigor, y que vuelve a poner en tela de juicio si el nivel de democracia que tenemos es suficiente. Vox, PSOE, PP y Ciudadanos tan contentos, vaya y se sepa que ni de lejos sus próximos programas electorales incluirán sus reivindicaciones. Vox, PSOE, PP y Ciudadanos se seguirán preguntando ¿pensionistas? ¿dónde?, ¡yo no los veo!


viernes, 11 de octubre de 2019

NI MENTALIDADES, NI LECHES


Suele decirse (y queda muy equidistante y muy guay) que no se puede juzgar el pasado con la mentalidad del presente. Pero tal aseveración choca con dos obviedades. La primera, que nuestro cerebro sólo nos permite juzgar con los esquemas mentales de nuestro tiempo. La segunda, que en cada momento histórico existen múltiples mentalidades, diversas y, frecuentemente, contrapuestas.
Llevado el razonamiento al 12 de octubre, algunos justifican los crímenes cometidos durante la conquista de América alegando que entonces había otra mentalidad, de manera que explotar y matar a los indios y violar a las indias era lo normal y todos lo hacían y tal y tal… Curiosamente, esos mismos opinadores tienden a ignorar otras mentalidades vigentes en la época como, por ejemplo, la de los vencidos. Un canto mexica lamentaba: “(…) En las paredes están salpicados los sesos. Rojas están las aguas (…). Llorad, amigos míos”. De igual forma, por lo general soslayan la visión de innumerables personas decentes que, exponiendo sus vidas, denunciaron la masacre. Fray Antonio de Montesinos amenazó en 1511 al mismísimo Diego Colón: “Todos estáis en pecado mortal, y en él vivís y morís por la crueldad y tiranía que usáis con estas gentes”. Fray Bartolomé de las Casas relató cómo los conquistadores trataban a la población indígena como “estiércol de las plazas”, porque sólo aspiraban a “henchirse de riquezas en muy breves días”. Felipe Guamán informó a Felipe III de que los corregidores “no temen a Dios ni a la justicia”, sino que “destruyen, roban y castigan cruelmente”…
O sea, que ni mentalidades, ni leches. Aquello no fue el resultado de una cosmovisión universalmente aceptada, sino una orgía de codicias, una inmensa escabechina que redujo la población del continente de cien millones en 1492 a tres en 1650, según datos de Cook y Borah. Y celebrarlo con misas y desfiles militares es un gesto de chulería supremacista más propio del Día de la Raza que de ningún Día de la Hispanidad. Nosotros, desde luego, le haremos caso a George Brassens, y cuando arranque la fiesta nacional, “nos quedaremos en la cama igual”.









sábado, 5 de octubre de 2019

Trece votos rojos


Los partidos de izquierdas han dado muchas razones a los votantes de izquierdas para que se abstengan en las elecciones del 10 de noviembre. Pero los partidos de derechas les dan poderosísimas razones para ir a votar: que no gobierne nuestro país gente como Casado-Álvarez-Ayuso, Rivera-Aguado, y Abascal-Smith. Que no pueda gobernarnos nadie que dice que las Trece Rosas rojas, las trece mujeres asesinadas por el franquismo, eran violadoras y torturadoras, como ha dicho Vox, el socio de PP y Ciudadanos, cuando ni siquiera la vil dictadura las acusó de ello. Que no pueda gobernarnos quien alerta e inquieta con la quema de iglesias o de que ellos están aquí para que no se quemen iglesias, como han dicho PP y Ciudadanos.
Esto del voto del 10-N es como un complicado problema de matemáticas, con muchas ecuaciones y varias soluciones. Pero todas las soluciones pertenecen a un conjunto común: hay que votar para que PP-Cs-Vox no nos gobiernen.
Ahora toca que cada uno encuentre la solución en positivo, decidir cómo vamos a evitar que la ultraderecha nos gobierne, algo que ya dijimos con claridad el 28 de abril. Ayer estábamos muy enfadados tras las atrocidades vomitadas por Smith y Aguado, pero no ya solo con ellos, con su infamia, sino con los todos los partidos de izquierda que han abierto la puerta, con la repetición electoral, a que esa gente pueda dirigir nuestras vidas y la de los nuestros.
Vamos a ir a votar, votaremos, y ojalá logremos trece millones de votos contra los reaccionarios, para que el único daño que puedan hacernos sea el tener que soportar su bajeza moral, para que no puedan hacernos daño gobernándonos.
Vota por ti, vota por todos y todas, vota por las Trece Rosas.