viernes, 29 de diciembre de 2017

SUEÑOS Y LUCHAS PARA EL 2018


A pocas horas de despedir al año viejo, de dar la bienvenida al nuevo 2018, queremos cerrar los ojos y por un momento soñar que tenemos en nuestras manos algo mágico que nos va a permitir cambiar tantas y tantas cosas que no nos gustan, que lastran nuestra convivencia. Seamos realistas, soñemos lo imposible. Vamos a dejarnos de buenos deseos, de simples felicitaciones de año…, al final solo se queda en eso. Por tanto, este año es importante que deseemos una próspera lucha y unas buenas y grandes movilizaciones para que esos deseos se materialicen. Las cosas no caen del cielo, ni tampoco por mucho que se deseen. Hay que pelearlas y lucharlas. Además, no tenemos nada mejor que hacer que seguir luchando.

Ante el desolador panorama que nos envuelve, queremos soñar con un 2018 un poco más justo y solidario. Pero vamos a dejarnos de cuestiones abstractas y de palabras huecas y vacías. Vamos a centrarnos en algunas cuestiones muy concretas que queremos que cambien o se transformen con nuestro sueño.

Puestos a soñar, ¿es posible que se acaben las guerras, que no se sigan apoyando a los dictadores y déspotas que las alimentan? ¿Las grandes potencias mirarán por el bien común y no solo por los intereses económicos inmediatos de la oligarquía capitalista y elitista? Soñemos que puede ser posible.

Seguimos en nuestra imaginaria nube. Seguro que este 2018 será el año que se trate con dignidad a los refugiados, que se cumplirán los acuerdos sobre las cifras de acogida, que no se les culpabilizará de su situación y no se les dejará morir en el Mediterráneo o en los campos-cárceles en los que se les interna. ¿Verdad que lucharemos juntos por la desaparición de las políticas xenófobas y de exclusión?

En manos de Morfeo continuamos con nuestro sueño de año nuevo. ¿Será posible que nuestro gobierno nos deje de mentir con lo de que “la crisis ya ha pasado y que el estado de bienestar está ya de vuelta para quedarse entre nosotros”? Soñamos que en el 2018 se van a desarrollar políticas para combatir el paro juvenil y el de larga duración, que coloca a estos importantes colectivos en una situación insostenible. También estamos viendo en nuestro sueño como la precariedad laboral quedará atrás, que los trabajos temporales de mala calidad y con unos sueldos de miseria pasarán a la historia y empezará a crearse trabajo digno y decente. ¿Es mucho soñar?

Y ya metidos en la montaña rusa de nuestro ansiado sueño, estamos convencidos que la corrupción se acabará, que nos dejarán de robar, que las puertas giratorias desaparecerán, que el nepotismo se esfumará... Porque ya estamos hartos que a los ricos les prescriban los delitos y a los pobres los derechos, porque no olvidamos que violentos son los que provocan la desigualdad social, no los que luchan contra ella. Y ya puestos a soñar, ¿por qué no jubilamos, de una puñetera vez, a la Ley Mordaza?

En nuestro sueño también visualizamos como en el próximo año se acabará con la violencia machista hacia las mujeres. Todos los grupos políticos y la sociedad en su conjunto harán de esta batalla un objetivo prioritario, facilitando todos los recursos y esfuerzos en esta lucha. Nos queremos vivas, basta ya de mirar hacia otro lado. ¿Se quedará en un simple sueño o pasaremos a la acción?

Los recortes en Sanidad, Educación y Dependencia también aparecen flotando en nuestro sueño. En el 2018, las tijeras y motosierras a estos pilares de la cohesión social pasarán a mejor vida. Tendremos una sanidad universal, pública y gratuita, se volatilizarán los copagos y repagos sanitarios. Soñamos que se potenciará la Educación Pública, con más profesorado y recursos, que el futuro Pacto Educativo partirá de las necesidades reales de nuestra escuela y dejará en el cubo de la basura la mercantilización de la educación. El nuevo año será en el que, de una vez por todas, se activará la ley de Dependencia, se agilizarán sus trámites para el reconocimiento y valoración de las personas necesitadas.

Nos quedan flotando en nuestro sueño tantas y tantas cosas que queremos cambiar con la entrada del 2018: lucha contra el cambio climático; potenciación de las energías renovables; eliminación del tráfico intensivo en nuestras ciudades, que contamina genera ruidos y no deja espacio a las personas; erradicación del consumismo alocado que está provocando la destrucción del planeta y generando efectos perversos para todos,… pero algunos de estos sueños los dejamos para el 2019, no sea que de tanto soñar nos quedemos atrapados entre tanta nube y se nos olvide seguir luchando en la reconquista de nuestros derechos.

Comencemos el año con mucha fuerza y ánimo, no olvidando que todas y todos somos parte de la solución contra la pobreza, y con una mirada impregnada de derechos humanos sepamos reconocer situaciones invisibles de injusticia y luchemos para que reviertan.

Seamos realistas, soñemos lo imposible. Los sueños se cumplen si peleamos para que se hagan realidad. ¡La lucha sigue!

¡¡Feliz 2018!!







sábado, 23 de diciembre de 2017

ESTAS NAVIDADES, REGALE JUSTICIA


Pues bien, ya ha pasado el 21D. Y como era de esperar, no ha habido grandes novedades, a excepción de la notable transferencia de votos que se produce desde el PP, que se hunde en su propia miseria, hacia a su hermano menor Ciudadanos. Pero todo queda en casa. Y los bloques se mantienen estables, lo cual quiere decir que unos y otros podrán seguir representándose a sí mismos para mayor alborozo de su clientela y hastío infinito del público en general. Nada nuevo bajo el sol. Los nacionalistas catalanes y españoles llevan topando unos contra otros como cabestros desde hace unos 400 años (desde 1640, por poner una fecha). Sin duda están dispuestos a seguir así unos cuantos siglos más. Por eso hoy, nosotros preferimos cambiar de tema.
Porque en vísperas de un día en que las familias se reúnen y la gente se reencuentra, no podemos dejar de pensar, precisamente, en los refugiados iraquíes, sirios, afganos… que tuvieron que abandonar a los suyos y huir de sus países como consecuencia de las guerras imperialistas promovidas por EEUU y sus satélites. Ni se nos van de la cabeza las imágenes de los migrantes que son tratados como animales en la valla de Melilla o en los mercados esclavistas de Libia. La misma Libia que ha retornado al feudalismo tras ser destruida como estado por los bombardeos de la OTAN. No, en estas fiestas tan familiares, no podemos dejar de acordarnos de que los pasajeros y las pasajeras de las pateras también tienen madres, padres y hermanos que los añoran a cada instante.
Y ya ven, se conoce que la edad nos está volviendo cascarrabias. Pero nos da la impresión de que precisamente estos días, en que se produce una inflación más bien artificial de la felicidad colectiva, son ideales para recordar a los pueblos que, como los palestinos y los saharauis, han sido despojados de sus tierras y olvidados por una comunidad internacional, empezando por España, que dejaría a Judas en mantillas. ¿Cómo sortearán los renos de Papá Noel los miles de kilómetros de muros construidos por Israel y Marruecos? ¿O Papá Noel también pasa de ellos?
De igual modo, nos acordamos de los rohingyas, masacrados por el estado birmano sin que las instituciones internacionales muevan un dedo, y de los yemeníes, diezmados por Arabia Saudí con armamento probablemente de fabricación española.
Y, claro, se nos ocurren muchos adjetivos más bien gruesos para calificar a los gobernantes occidentales, o sea… Pero no queremos decir palabrotas por si acaso se nos enfada alguien o nos castiga el Niño Jesús. Por el contrario, preferimos hacer propuestas positivas y constructivas. Nuestro artículo de la semana pasada trataba sobre cómo el sistema pretende convertirnos en consumidores compulsivos. Pues bien, ¿y si reorientamos nuestros hábitos navideños y los transformamos en acciones solidarias? ¿Y si nos compramos un chisme menos e ingresamos el importe en la cuenta de cualquiera de las organizaciones que trabajan en el salvamento, atención o acompañamiento de emigrantes y refugiados? ¿Y si adquirimos nuestros regalitos en tiendas de comercio justo? ¿Y si nos informamos sin prisas en medios independientes de los bancos y las multinacionales acerca del estado del mundo en sus diversos aspectos (cambio climático, lucha por los recursos, conflictos geoestratégicos, experiencias emancipadoras…)? Es más, ¿y si en vez de saturar a nuestros familiares y amigos con bártulos inútiles que nos apartan de la vida, los invitamos a echar juntos una mano a favor de alguna causa justa? Nada une más que una buena lucha compartida.
En fin, los gobiernos occidentales están cometiendo un auténtico genocidio por omisión de ayuda. ¿Y si nosotros, en vez de reproducir su actitud, regalamos esta navidad un poco de justicia?



@CPuenteMadera



domingo, 17 de diciembre de 2017

CON·SU·MISMO (… INTERÉS DE SIEMPRE)

Mamá y papá miraban a su hija recién nacida, y ya se imaginaban sus tartas de cumpleaños y sus despertares en el día de Reyes.
Poco imaginaban que las celebraciones, compras y regalos serían, a partir de aquel momento unos cuantos más.
Llegaron las navidades. ¿Reyes? ¡pobrecita mía! ¿cómo esperar a tan lejano día sin algunos que otros regalos? Papá Noel debería venir y poner un poco de orden en esto. Eso no quitaría, claro, para que en el día de Reyes también hubiera un buen montón de regalos, no solo encargados por los papis, sino por tooooooooda la familia.
El bautizo no se iba a celebrar, pero tras localizar la parroquia con un GPS, ¡cómo no juntar a la familia con regalos y buena comida para tan entrañable ocasión!
Y siguió creciendo. Y llegó el día de Jálogüin: disfraz, chuches y abalorios varios para tan tradicional y siempre querida ocasión.
Y llegaron los carnavales: disfraz, chuches y abalorios varios para tan tradicional y siempre querida ocasión.
La Comunión. Vuelta a echar mano del GPS que a veces las parroquias las cambian de lugar y vete tú a saber. La cosa podría servir casi como un ensayo para cuando llegue el día de su boda: la celebración debe de ser sonada y si hay que pedir un préstamo, se pide, que hablamos de la nena.
Ya de lleno en ámbito formativo, qué menos que un viaje fin de estudios en secundaria y una buena fiesta y celebración de graduación. Importante: nunca repetir traje por próximas que se encuentren las celebraciones.
Y en la universidad, cómo no celebrar y viajar en el paso del ecuador, y nuevamente en el fin de curso y la graduación. Recordemos: los trajes nunca se repiten. Los lugares de cena y fiesta, tampoco.
Y le llegaron las bodas de los amigos, de las amigas y de los familiares. ¿recuerdan lo de los trajes?
También llega la boda propia. En la lista de invitados aparecen unas 120 personas que los novios no conocen, y es que los padres también tienen sus derechos de invitación. Este tipo de celebraciones, es importante que muevan mucho dinero los organizadores, pero también los invitados. Y la boda no puede ser como aquella de Maripuri que a las 5 de la mañana quitaron la barra libre de primeras marcas, ¡por dios, qué cutrerío!
Otras navidades. Además de Papá Noel y Reyes, está la cena de empresa, la cena de familia, la cena de la otra familia, la comida de los amigos, la comida de los otros amigos, el amigo invisible, el amigo demasiado visible… y algunas cosillas más.
Durante el año surgen los Out lets, que, ¡cómo no compras! Luego también las rebajas, que ¡cómo no aprovechas! Llega el Black Friday, que, ¡cómo dejarlo pasar! Por no hablar del Cyber Monday… ¡qué bueno! ¡cuánto entre lo que elegir!
A todo esto, menos mal que la gente que organiza el macrocomercio son unos demócratas activos y esto ya no es como antes, que por poner un pequeño ejemplo, solo se podía elegir sal gorda o fina, no, ahora tenemos la libertad de elegir entre más de 783 tipos de sal expuestos en estanterías de no menos de 15 metros. Y es que siempre han velado por la democracia y la libertad.
De verdad que no somos nada esaboríos, aburridos ni aguafiestas, pero nos preguntamos si todo tiene que ser a golpe de consumo. Que el encuentro y la celebración es buena, pero ¿de esta manera?
En fin, queridos activistas del capitalismo, como os vemos algo lentos y despistados, os vamos a echar un cable: aún queda libre el Blue Tuesday, Yelow Thursday, Fever Saturday y unos cuantos days más. Luego, podemos empezar con el francés y el alemán. También interesante la “puesta de largo de las señoritas a los 15 años”. Pero por favor, por favor, no se olviden que estaríamos encantados de celebrar el Thanksgiving Day (día de Acción de Gracias), ¡cómo es posible que aún no sepamos en qué gastar dinero en un día tan tradicional y tan nuestro como ese! Están tardando.



domingo, 10 de diciembre de 2017

DE SIOUX, OSOS POLARES, SEMITAS E IMBÉCILES



Según el Diccionario de la lengua española de la RAE, sioux es un adjetivo que puede ser usado también como sustantivo, y un oso polar es un nombre referido a una especie de oso. La RAE nos dice que semita es un adjetivo que se usa más como sustantivo. Lo mismo sucede con imbécil, que es un adjetivo que se usa también como sustantivo y como insulto.
O sea que decir imbécil equivale a decir imbécil, un enigma que desentrañaremos rápidamente. Diciendo semitas nos referiríamos a pueblos con un mismo origen lingüístico, que comprende tanto a los palestinos como a los hebreos. El oso polar es, según la RAE, “buen nadador y, aventurándose sobre los témpanos de hielo, persigue y devora las focas, morsas y peces”. Y un sioux es un miembro de las naciones nativas de Norteamérica.
Y, cerrando este círculo, como quizá ustedes ya suponían, volvemos al imbécil. Según el Diccionario universal no homologado del Colectivo Puente Madera decir imbécil es decir Donald Trump, como sustantivo. También podemos decir que Donald Trump es imbécil, con lo que adjetivaríamos el nombre propio que ya antes hemos definido como imbécil. Vaya, un lío, pero un lío que está muy claro. Los ciudadanos de los Estados Unidos, con la ayuda de una ley electoral un poco tramposilla (que no se lo tomen a mal: en España sabemos un montón de leyes electorales dudosamente democráticas) nos eligieron a todos un presidente planetario que ha demostrado, como se suponía, ser un perfecto imbécil (según la RAE, tonto o falto de inteligencia).
Si uno es imbécil, pero simplemente es un imbécil de andar por casa o por su barrio, puede meter un poco la pata en la tienda de la esquina, enfadar a los vecinos o a su parentela. Pero cuando uno es un imbécil presidente del país más poderoso del planeta, la cosa es más seria. Lo saben los sioux, los osos polares y los semitas.
Los sioux lo saben y padecen, porque Trump acaba de aprobar la construcción de oleoductos petrolíferos que atraviesan sus reservas en Standing Rock y que amenazan tanto su patrimonio cultural como parques nacionales de insólita belleza. Parece que Trump, en línea con los supremacistas blancos que lo apoyan, no consideran a los miembros de las naciones indígenas ciudadanos estadounidenses, aunque lo fueran mucho antes de los blancos que llegaron allí.
Que el imbécil de Trump es tonto lo saben también, con su inefable sabiduría animal, los osos polares, unos seres vivos que padecen que Trump haya retirado a EE.UU. de los acuerdos de la cumbre del clima de París, para que su país pueda contaminar sin límite ni conocimiento. Las últimas imágenes de National Geographic sobre esos preciosos seres muriendo famélicos debido al cambio climático encogen el corazón de cualquier ser humano que no sea un imbécil.
Que el imbécil de Trump está falto de inteligencia lo sufren muchos semitas y otros que no lo son. Lo saben los semitas palestinos, algunos semitas hebreos y los no semitas de todo el mundo. ¿En el zurrón de quién, sino de Trump, hay que cargar el peso de las muertes violentas ocurridas en Palestina e Israel en los últimos días? ¿A qué irresponsable sino a Trump habrá que acusar de la violencia que acaba de desatar a las orillas del Mediterráneo su decisión de reconocer a Jerusalén como capital de Israel? ¿Quién sino un imbécil desoiría los consejos al respecto de la Unión Europea, de todos los países árabes, de su aliada Turquía, del Papa, de casi todo el planeta?
Conjurémonos: formemos una alianza indestructible que responda a esta conjura de los imbéciles, una alianza de humanos semitas y no semitas, caballos sioux y osos, que no descanse hasta que los faltos de inteligencia abandonen los gobiernos del planeta.   


sábado, 2 de diciembre de 2017

OTRA CONSTITUCIÓN ES POSIBLE



Han pasado ya casi cuatro décadas desde que se aprobó, en referéndum, la Constitución Española. El próximo miércoles, 6 de diciembre, con motivo del aniversario del texto constitucional, en la madrileña carrera de San Jerónimo se verán desfilar bandejas de canapés junto con copitas de cava deslocalizado y se llenarán las bocas de muchos políticos de palabrería rimbombante, nos hablarán de la “modélica transición”, de una democracia hueca y de unas libertades que no se respetan.

El 6D debemos recordar que para esta Constitución no hubo debate previo ni, por supuesto, consulta popular, sobre qué tipo de régimen político se quería: monarquía o república. Se jugó en el referéndum a “o lo tragas todo o no hay nada”. Tampoco podemos olvidar que la CE no nació desde una deliberación surgida desde “abajo”, fue escrita por siete varones (ni una sola mujer), y “amañada” en pactos entre las fuerzas  post-franquistas. Han pasado ya 39 años, y el “régimen del 78” se vive agotado y anacrónico con los tiempos actuales, que únicamente ha sido capaz (¡qué casualidad!), gracias al pacto secreto PP-PSOE, de cambiar el artículo 135 para poner el pago de la deuda por encima de las necesidades sociales de la ciudadanía.

Algunos datos actuales nos deben hacer reflexionar. Hoy menos del 30% de la población española ha votado esa constitución. Solo un 15,8% de los ciudadanos reconocen haberla leído entera, un 35,1% dice haber leído algún artículo suelto, y casi la mitad, el 48,9%, admite que no la ha ojeado nunca, según datos del CIS. Reflejo de esta falta de conocimiento es que sólo un 36,4% acierta si se les pregunta el año en que se aprobó la Carta Magna, el 1978. Un 46,5% desconoce el año de su promulgación y un 9,7% cree que se aprobó entre 1975 y 1977.

Pero más que su desconocimiento, lo más grave es el incumplimiento. El actual texto constitucional sigue siendo incumplido de forma reiterada por los poderes económicos y políticos que, pese a su teórico apoyo, en la práctica es utilizado de manera partidaria en beneficio propio por esos mismos partidos que se autodenominan “constitucionalistas” a bombo y platillo. Si la Constitución es la Ley de leyes y está para cumplirla, cuesta trabajo entender por qué los artículos que tienen que ver con la justicia social y la redistribución de la riqueza, con el derecho al trabajo (art. 35) o a una vivienda digna (art. 47), son menos defendidos por nuestros patriotas gobernantes que los que hablan de banderas y entelequias metafísicas. Hasta la fecha no conocemos que el Gobierno español haya interpuesto algún recurso ante el Tribunal Constitucional por el incumplimiento de alguno de esos artículos, por lo que es triste constatar que hay mucho de hipocresía. Suena todo a fraude, a mentira, a charlatanería política de un régimen injusto e impostor.

El miércoles hay muy poco que celebrar. Durante 24 horas ensalzarán esta caduca Constitución, mientras la convierten en papel mojado los 365 días del año. A estos políticos hipócritas no les importa que la CE se utilice en beneficio de unos pocos, lo que en la práctica supone alimentar los dramas sociales de este país, aquejado de un alarmante aumento de la precariedad, de pérdida de derechos laborales y sociales, de un grave desempleo y de falta de trabajos de calidad, de pobreza energética o con la ausencia de una efectiva lucha contra la corrupción o de avances significativos en la regeneración democrática.

Ha llegado el momento de construir un proceso constituyente hacia una república federal debatido previa y ampliamente por toda la ciudadanía, para superar las grandes carencias del actual texto constitucional con cuatro décadas de vida. Anhelamos una nueva Constitución al servicio del pueblo y debatido por él hasta la saciedad, para definir un nuevo marco de convivencia, construyendo un nuevo país donde se blinden los derechos sociales para todas y todos. Tenemos derecho a un futuro claro, a un empleo decente, a unas pensiones dignas, a unos servicios públicos universales y gratuitos y a que nadie se le arroje a la exclusión social. También es necesario que, en pleno siglo XXI, nuestra futura Constitución destierre fueros y privilegios de territorios, porque la esfera pública de la participación exige que todos los ciudadanos tengan los mismos derechos, vivan en el lugar que vivan, anteponer territorios a ciudadanía es una manera de volver y vivir en pleno feudalismo.

No sirven reformas parciales y cosméticas de la Constitución, es la hora de un debate democrático para redactar un texto nuevo a partir de un proceso constituyente participativo de abajo a arriba. ¿Seremos capaces de asumir este gran reto, o los poderes fácticos perpetuarán una Constitución inservible?






domingo, 26 de noviembre de 2017

MANUAL DE PATRIOTISMO PARA PATRIOTEROS

No hace falta decir, pues salta a la vista se mire por donde se mire, que últimamente venimos padeciendo una severa inflación de patriotismo que no se producía desde el “glorioso” (por los cojones) Alzamiento. Pues bien, antes de que las banderas, banderines y banderolas de los balcones sean sustituidos por los papánoeles cocacolos anunciadores del consumismo navideño, nos gustaría ofrecer una serie de sencillas y humildes recomendaciones a los nacionalistas nacionales:
  1. Si de verdad amáis tanto la patria, teniendo en cuenta que esta palabra literalmente alude a la tierra en que vivieron y murieron nuestros padres (y madres), deberíais reclamar inmediatamente la exhumación de los más de 100.000 compatriotas que desde la guerra permanecen en zanjas y cunetas como si fueran alimañas. España no puede, no debe seguir siendo una fosa común durante más tiempo.
  2. Si de verdad amáis tanto la patria, no consintáis que ninguna potencia extranjera mantenga bases en suelo nacional. Os esperamos en las manifestaciones para gritar “¡OTAN no, bases fuera!”. España no puede ser el patio trasero de ningún otro país.
  3. Si de verdad amáis tanto la patria, recordad, y recordad a quienes os rodean, que se sostiene mediante impuestos, y que cualquier elusión o evasión fiscal es un acto de traición. Recordadlo también cuando vayáis a votar por si tenéis la tentación de hacerlo por algún partido que haya decretado alguna amnistía fiscal para beneficiar a los evasores. España no está en un banco suizo, o en una sociedad de las Bahamas, o en la caja de seguridad del banco de la esquina.
  4. Si de verdad amáis tanto la patria, no aceptéis que una llamada telefónica emitida desde Alemania imponga a nuestros gobiernos reformas clandestinas de la constitución que antepongan el pago de la deuda al pago de las pensiones de nuestros mayores. Es decir, oponeos con todas vuestras fuerzas a los partidos que apoyaron o apoyan la reforma del artículo 135. España no puede sacrificar a su población más vulnerable en el altar del capitalismo más salvaje.
  5. Si de verdad amáis tanto la patria, no debéis votar a partidos corruptos que han financiado sus campañas con sobornos y han esquilmado los recursos públicos con su rapacidad. España no puede ser el botín de nadie.
  6. Si de verdad amáis tanto la patria, defended con uñas y dientes lo público; es decir, lo del pueblo; o sea, lo que es de la nación, de toda la nación, no de unos pocos privilegiados. Dicho de otro modo, oponeos a todas las privatizaciones, externalizaciones, conciertos y demás artimañas usadas por los denominados “partidos del régimen” para vender los servicios públicos al mejor (o peor) postor. España es lo que tenemos en común, no lo que disfrutamos en privado.
  7. Si de verdad amáis tanto la patria, deberíais considerar que sólo la libre aceptación del contrato social que somos como país garantiza una unión real y duradera. El artículo 155 garantiza la unidad jurídica del estado pero provoca su ruptura desde el punto de vista emocional y político. No estamos más unidos los catalanes y el resto de españoles desde que se aplicó. España no puede ser un “trágala”.
  8. Si de verdad amáis tanto la patria, no podéis tolerar que la jefatura del estado dependa de las leyes de Mendel, en vez de la voluntad popular. Os esperamos en las manifestaciones del 14 de abril. España no puede ser el coto de ninguna dinastía.
  9. Si de verdad amáis tanto la patria, no le pongáis límites, no cerréis las ventanas, no levantéis murallas, no sembréis nuestras fronteras de concertinas. Somos porque los demás son. El mundo es un tejido y nosotros formamos parte de él. Nos necesitan y los necesitamos. España no puede ser un castillo, ni una jaula.
  10. Si de verdad amáis tanto la patria, y no queréis pecar de patrioteros, en fin, haced lo que queráis, pero os sugerimos que no la manoseéis tanto, no la sobéis, no la utilicéis de forma oportunista, ni para agredir a los que no comulgan con vuestras doctrinas. España no es ninguna “falsa moneda”, ni tampoco un arma arrojadiza.
Y ya.







domingo, 19 de noviembre de 2017

Polariza, que algo queda



Malos tiempos para la razón. Malos tiempos para el razonar. Malos tiempos para que, intentando dar argumentos, se ocupen unos segundos o unas líneas más de lo que lleva extender una bandera en un balcón, soltar un improperio o compartir un meme.
Que Rajoy se ha convertido en una máquina de fabricar independentistas, ya nadie lo duda. Viene de lejos y ahora se ha puesto el modo turbo. Que los independentistas son factorías de derechización, tampoco parece ofrecer discusión.

El PP viene (viene, sigue y va) de una corrupción insufrible y escandalosa; y en el independentismo, hubo quienes hasta tuvieron que cambiar el nombre, porque el clásico atufaba a robo y desvergüenza.


¿Por qué no retroalimentarse los unos a los otros? Además, de no subir unos, lo harán los cercanos, que siempre harán de palmeros. Ciudadanos ha encontrado el chollo de lo que le va cayendo. Los Hernandos, Maíllos, Aguirres y Albioles, dejan taponado el escape de votos hacia la extrema derecha. En Cataluña, la CUP le pide a Mas que designe con su dedo y proclame quién será el líder que guiará la trascendental misión para la que han venido al mundo, y la gente de ERC, se sienta bajo el árbol mientras otros mueven las ramas. Mucho ruido, pocas palabras; mucha bandera y pocos argumentos. ¡Todos ganan!

Los diarios, las televisiones, las radios, internet y los memes (obsérvese que lo colocamos ya como parte de un todo que es la transmisión de la información que crea opinión), estaban llamados a estar colapsados por el caso Lezo, las declaraciones de Francisco Correa, la evolución del caso Gürtel, la Púnica, el 3%, los Pujol… Pero no, todo eso ha quedado tapado, ha pasado a un segundo plano. Colguemos y saquemos aquellas banderas que permanecieron bien guardadas (o pendientes de fabricar en China) cuando las empresas se derrumbaban, los puestos de trabajo se perdían a miles diariamente, cuando mucha gente perdía sus casas, cuando se pasan los inviernos sin calefacción, cuando Educación y Sanidad pública se desvanecían, cuando entre todos volvíamos a hacer ricos a los banqueros, etc. etc.


Lo sabemos, volver a hablar del tema… ¿es hacerles el juego? Les era obvio: planteado el asunto, resulta ineludible no abordarlo ni meterse de lleno en él (aquí estamos, una vez más, y van…). Resumiendo, que la maniobra es redonda:  se tapa la porquería que les inunda y se atraen los votos a los polos.  Ahora queda empezar a restregar cómo quien no se polariza, pierde respaldo social. Lo de siempre, vamos. Pero, en fin, volvemos a hacernos la promesa. Queden (en principio) tranquilos y tranquilas, que en lo que nos toca, en lo sucesivo intentaremos seguir ahondando en cómo Albacete se convirtió en potencia mundial gracias a la pesca y el comercio del salmón.


domingo, 12 de noviembre de 2017

Niños yunteros


Nuestro mundo es hijo de la esperanza y del sufrimiento, de la lucha y el esfuerzo y la inteligencia, pero también de la explotación y la crueldad. Entre las crueldades que nos parecen más indignas sobresalen casi siempre aquellas que padecen los niños.
Niños y niñas de occidente y del resto del mundo levantaron sobre sus débiles hombros el mundo que nació en Europa durante la Revolución Industrial y que, con la fuerza del fusil, se extendió al resto del planeta gracias al colonialismo y el imperialismo capitalista.
En la Europa de 1842, la del esplendor de la burguesía, la niña Sara Gooder, de ocho años, trabajaba catorce horas en las minas inglesas. Un tercio de los obreros ingleses, como media, eran niños y niñas.
En España, la primera legislación efectiva prohibiendo el trabajo a menores de diez años se aprobó en 1900. Hasta ese momento, exceptuando la fugaz e insuficiente legislación de la I República, niños de seis u ocho años podían trabajar jornadas sin límite horario en cualquier sector, en la minería, la industria, la agricultura… A partir de 1900 era todavía legal que un niño de once años trabajara once horas en la industria o la agricultura.
El libro editado por José Mª Borrás Llop, El trabajo infantil en España (1700-1950), contiene diferentes estudios que remueven las entrañas, además de impresionar por la seriedad concienzuda de los historiadores españoles que se han ocupado de la triste vida de los niños (nuestros abuelos y sus mayores) en esos siglos. Niños en las minas de azufre de Murcia y Hellín, descritos en 1886 como “criaturas de seis y ocho años, agobiadas de continuo con diez o doce horas diarias de rudo penosísimo trabajo… las excesivas cargas (unos 20 kg) han sido transportadas por niños anémicos, sobre sus costillas, caminando con el cuerpo encorvado por tortuosas galerías (…) parecen antes espectros que hermanos de los hombres…”. Uno de esos espectros acarreaba más de 1.000 kg de mineral en un día.
Niños que en 1914 son admitidos para trabajar en las minas de Peñarroya por los médicos, que certifican: “admisible, o mejor dicho, aprovechable, es organismo raquítico, cargado de espaldas, anémico por paludismo…”.
Jóvenes cuyas tallas, en toda Europa, descienden durante la Revolución Industrial debido a la explotación laboral y la miseria. Niños de las minas de azufre de Hellín que, a principios del siglo XX, miden de media 1,60 cm, diez centímetros menos que las tallas de los estudiantes, quienes normalmente provenían de familias pudientes.
Niños africanos explotados por Europa, como Mark Twain describió con amarga ironía en su Soliloquio del Rey Leopoldo, explicando cómo Bélgica llevaba a cabo el genocidio de la población del Congo, incluyendo a sus niños, para explotar el caucho y otros cultivos.
Y a Mark Twain le siguieron muchos, muchos maestros, alguno tan singular como otro niño trabajador, muerto en la cárcel. Ese niño, luego poeta, escribió que sufría con el hambre del niño yuntero, el que tiraba hambriento del arado en la España de principios del siglo XX. Miguel Hernández, el niño pastor y poeta, muerto en las cárceles franquistas, no pudo sufrir viendo cómo a finales del siglo XX las grandes multinacionales empleaban a niños en sus fábricas de países empobrecidos.
Hoy, a principios del siglo XXI, no tenemos niños yunteros en España, ni niños mineros. Pero, además de la lacerante pobreza que sufren los menores en muchos hogares españoles, tenemos a jóvenes de 16 años en adelante que no pueden votar, pero sí pueden trabajar en condiciones de precariedad absoluta y sueldos irrisorios, y que si siguen así nunca, nunca, podrán llegar a ser adultos independientes ni ancianos con pensiones dignas, pues laboralmente sus condiciones son peores que las de sus padres.
Niños, niñas, jóvenes españoles del siglo XXI: preguntaos por qué tenéis que estar condenados a la precariedad y la explotación… y si encontráis la respuesta, estaréis más cerca de encontrar la solución.




viernes, 3 de noviembre de 2017

La Educación Pública: silencios y falsos pactos

En las últimas semanas en España se está perpetrando un ataque a lo Público, a lo de todos y todas, por parte del gobierno del Partido Popular, que está siendo silenciado por el conflicto catalán. Las banderas y las vísceras están tapando todo lo relacionado con el devenir de la Educación Pública, un pilar básico y fundamental para el avance social de la ciudadanía, que sigue olvidada y maltratada por Rajoy y sus afines.


El reprobado ministro Montoro ha enviado a las instituciones europeas su previsión de gasto público en Educación para 2018. Se alcanza el mínimo histórico, el 3,8% del PIB será la cifra de la vergüenza, pasando esta barbaridad desapercibida entre la DUI, el 155 y el enfrentamiento sin diálogo en Cataluña. Se constata, una vez más, que se profundiza en la austeridad, que la Educación Pública no es una prioridad, ni una inversión de futuro para el gobierno del PP, muy al contrario es un gasto a recortar. Atacar a la Educación Pública es atacar la convivencia y la cohesión social en nuestro país, un ataque a la mayoría social y a las clases trabajadoras que somos las principales beneficiarias de su existencia. Este desolador panorama de reducir la inversión en Educación va a producir mayor exclusión social, desigualdad y una fractura alarmante en la equidad.

Mientras los recortes educativos se consolidan y avanzan, con el silencio más que sospechoso de la mayoría de los medios de comunicación, la contrarreforma educativa elitista y segregadora de la LOMCE sigue su curso, con un escenario social de aumento descomunal de la desigualdad, que hace imposible un falso “Pacto de Estado por la Educación”, trabajándose en la actualidad en la Subcomisión del Congreso de los Diputados, que únicamente quiere una ligera capa de barniz a la Ley Wert, para que el sistema educativo siga lastrado por la desigualdad, el mercantilismo y la falta de inversión en la Educación Pública, no abordando los problemas estructurales educativos.

Después de casi un centenar de comparecencias en la subcomisión parlamentaria, flota en el ambiente un cierre en falso de sus trabajos, pariendo próximamente un oportunista pacto político entre el PP y sus fieles aliados, dando recetas cosméticas y consensuando, entre unos pocos, medidas técnicas que no van al fondo del retroceso educativo en nuestro país, donde la ignorancia y la manipulación de la ciudadanía seguirán siendo las señas de identidad un sistema educativo retrógrado y caduco.
No nos sirve un pequeño arreglo, el objetivo no puede ser un pacto educativo a cualquier precio. La idea fundamental es lograr un Pacto Social por la Educación, que vaya más allá de un pacto entre partidos políticos, que sea ante todo un pacto con la Comunidad Educativa garantizando el derecho a la educación, poniendo en el centro a la Escuela Pública.

Las movilizaciones sindicales, de la Marea Verde y de toda la comunidad educativa de estos últimos años contra los recortes educativos han sido muy importantes, pero no se han quedado en unas numerosas reivindicaciones en la calle y en los centros educativos, también se han elaborado propuestas y alternativas en el “Documento de bases para una Ley Educativa”, suscrito por más de cuarenta organizaciones sociales y políticas, a las que este humilde colectivo se suma.

El “Documento de bases para una Ley Educativa” es un trabajo riguroso y serio, donde se indica que el Pacto Social y Educativo solo será posible si se piensa en el bien común, no en el mercado. No se puede pactar renunciando a la igualdad y la equidad, cediendo frente a quienes prefieren una determinada excelencia para unos pocos. No se puede pactar renunciar a la libertad de conciencia, frente a la imposición del dogma y la religión en la escuela. No se puede renunciar en ningún pacto a una escuela pública, democrática, participativa, que trata de conseguir la equidad para todos y todas, en la que su alumnado desarrolle el pensamiento con libertad y de una forma crítica y la educación sea un derecho universal. Debemos partir, por tanto, para poder llegar a un Pacto Educativo de unas ideas comunes o consensos de mínimos en torno a la educación como un bien común, un derecho básico y que solo se puede garantizar para todos y todas en una educación pública. Después de la falta de consenso que consiguió la LOMCE y el acuerdo que consiguió su derogación, debemos trabajar por un “pacto” desde abajo con las fuerzas políticas progresistas y con los sectores de la comunidad educativa que defiendan este consenso.

Nuestro modelo educativo, que también es el de mucha gente, se basa en una escuela democrática, inclusiva, laica, pluricultural, para la vida, no competitiva, ecológica, adaptada al contexto social y que potencie el conocimiento abierto y compartido. Modelo que debe venir recogido en ese verdadero pacto educativo, en el que se recoja la inversión del 7% del PIB para la educación, garantizado constitucionalmente como suelo de gasto. 
Nuestra clase política debe dar respuesta a estos retos educativos. El silencio, la desidia, el olvido y un falso pacto educativo no nos sirve.


La Educación Publica se defiende, gobierne quien gobierne”. ¡La lucha sigue!


 



martes, 31 de octubre de 2017

ESPAÑA, UN PAÍS DE CHIRIPA

Nuestros libros de texto siguen llenos de gloriosos episodios nacionales, pero realmente España es lo que es y como es de pura chiripa.
       Veamos algunos ejemplos. Si no hubiese muerto en 1500 Miguel de Paz, hijo de Manuel el Afortunado e Isabel, la primogénita de los Reyes Católicos, igual actualmente España incluía a Portugal (aunque luego lo conquistó Felipe II por las bravas). Y si en 1509 no hubiese muerto a las pocas horas de nacer el príncipe Juan, hijo de Fernando el Católico y su segunda esposa, Germana de Foix, quizás Aragón, Cataluña, Valencia, etc. hoy serían territorio extranjero, y nuestros estudiantes dirían: “Me han dado un Erasmus en Barcelona” o “Me voy a buscar la vida en Valencia, porque en España está la cosa imposible...”
       De chiripa sobrevivió la monarquía hispánica a la pelotera que se lió en torno a 1640, ya que de los movimientos secesionistas que estallaron por aquellos años y que afectaron a Andalucía, Vizcaya, Aragón, Cataluña y Portugal, sólo triunfó este último. Por cierto, Cataluña se proclamó república independiente mientras cantaba Els segadors (“Bon cop de falç!-¡Buen golpe de hoz!”) y las tropas de Felipe IV no entraron en Barcelona hasta 1652. ¿Les suena de algo? ¿Cuánto tardará Felipe VI en entrar triunfante en Barcelona? ¿Qué piensan? ¿Más o menos de doce años?
       A finales de ese mismo siglo reinó en España Carlos II, un monarca flojucho y estéril. Aprovechando la ocasión, las potencias europeas decidieron repartirse nuestro súper imperio como si fuera un pastel. Según dichos planes, Guipúzcoa pasaría a Francia. Y de chiripa no fue así porque al final los mismos estados que tramaron el expolio se enredaron a partir de 1701 en una larga guerra que concluyó con la instalación de los Borbones en España. Por cierto, hasta 1714 las tropas de Felipe V no entraron en Barcelona. El nuevo rey le aplicó a Cataluña, como al conjunto de la Corona de Aragón, “el artículo 151” (entonces denominado Decretos de Nueva Planta). ¿Sirvió para algo? ¿Ayudó realmente a la consolidación de la unidad de la patria y tal y tal? Digan, digan…
       En 1812 Napoleón segregó Cataluña de España y la integró en el imperio francés. Si el emperadorcito gabacho no hubiese luego sido derrotado en Waterloo, lo mismo ahora en aquella (¿región?, ¿república?) no se hablaría ni español, ¡ni catalán! Durante ese mismo siglo, la unidad nacional sobrevivió de chiripa a tres guerras carlistas (que llegaron a montar un estado propio con capital en Estella) y a una guerra cantonal que, en 1873, pretendiendo construir el estado federal “desde abajo”, casi dinamita el país en veinte mil partículas. Y al final de la centuria llegaron los nacionalismos… Por cierto, cuenta Baroja en El árbol de la ciencia que la misma tarde en que se conoció la pérdida de Cuba “todo el mundo iba al teatro y a los toros tan tranquilos; aquellas manifestaciones y gritos habían sido espuma, humo de paja, nada.”  Así era el patriotismo patrio. ¿Pasará ahora igual? ¿Se esfumará todo esta orgía de banderas ante un gol de Messi o de Ronaldo? Opinen, opinen…
       Vamos terminando, no se preocupen. Alfonso XIII, al que los españoles/as pusieron pacíficamente de patitas en el exilio, tuvo varios hijos. El primogénito, Alfonso, se casó con una plebeya y tuvo que renunciar al trono. El segundo, Jaime, renunció porque era sordo y, por lo tanto, mudo. Así, de chiripa, la sucesión recayó sobre Juan, aunque Franco, por “joder”, nombró sucesor a Juan Carlos, su hijo…
       Con todo este “rollaco”, lo que queremos decir es que en la definición de nuestro modelo de estado y nuestro marco territorial el pueblo no ha pintado prácticamente nada ni ha decidido realmente nada importante. Por eso, una vez más, nos unimos a toda la gente que desde hace un tiempo viene reclamando un proceso constituyente que sitúe al pueblo español como único protagonista de su destino. Mientras no sea así, España seguirá siendo un país de chiripa dinástica y componenda elitista en conflicto permanente consigo mismo.