sábado, 19 de octubre de 2024

El punto de apoyo del mundo


Llevamos tiempo viendo cómo las calles del país se van quedando desiertas. Las movilizaciones sociales suelen entrar en letargo en ciertos períodos políticos, no porque no existan motivos para salir, sino porque quizá no queremos culpar a los nuestros de que las cosas no vayan bien. Con total seguridad hay y ha habido muchos motivos para protestar en los últimos tiempos, pero solo hemos visto pequeños movimientos por parte de colectivos feministas, movilizaciones puntuales como la que hace pocos meses llenó las calles de Canarias pidiendo un modelo sostenible o la que hace pocos días se realizó en Madrid por una solución al mal que impide la independencia de los jóvenes en España: los alquileres. En Castilla-La Mancha también existen zonas especialmente “tensionadas”, como se califica ahora a los barrios o localidades donde vivir es un privilegio de ricos. Encontrar casa es un auténtico privilegio en ciudades ahogadas por el turismo como Toledo o Cuenca, o en ciudades universitarias y de servicios como Albacete. ¿Hasta cuándo aguantaremos sin reprocharle a nuestras autoridades regionales y locales su inacción en materia de vivienda? ¿Hasta cuándo sufriremos los castellanomanchegos nuestras estrecheces en la intimidad, como si, encima, los culpables del fracaso político fuésemos nosotros y nosotras?

Quizá ya no creemos que saliendo a la calle se consigan cosas, quizá nos hemos acomodado detrás de una pantalla, de un tweet donde vomitamos nuestra rabia que no se materializa en nada.

Hace apenas una semana, los jóvenes (otra vez ellos y, si no, ¿quién?) nos dieron la enésima lección tras las cargas realizadas por parte de la policía nacional contra adolescentes que protestaban reclamando su derecho a conocer los nuevos exámenes PAU. En respuesta, el resto de jóvenes y adolescentes se organizó, a través del Sindicato de Estudiantes, en solidaridad con sus compañeros murcianos y para reclamar conocer los modelos de la nueva prueba de acceso a la universidad. Amenazaban con continuar con las protestas y movilizaciones mientras no se les escuchase, mientras siguiese dependiendo su futuro de una decisión política. Dos días tardaron los gobiernos autonómicos en anunciar que se publicarían los ejemplos de dichos exámenes. Y, qué casualidad, en Castilla-La Mancha los primeros modelos se publicaron el 11 de octubre, es decir, el mismo día de la huelga. El consejero de Educación, Amador Pastor, se mostró satisfechísimo de anunciar algo que se tenía que haber anunciado como mucho en el mes de junio. Quien no se conforma es porque no quiere.

Todo ello es un ejemplo de cómo la movilización social puede conseguir cambios reales. La lucha desde las calles es y será la gran herramienta del pueblo para reclamar sus derechos y la única que parecen entender algun@s gobernantes. Mientras los jóvenes salen a la calle gritando por sus derechos, los adultos seguimos detrás de un alias, detrás de una pantalla…

Arquímedes dijo: “Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo”. Nosotros decimos: “Dadnos jóvenes con ideas y moverán el mundo”.



@CPuenteMadera


sábado, 5 de octubre de 2024

UNA PREGUNTITA INCÓMODA


Vamos a ver. O sea, o sea…

Si estamos viendo cosas que recuerdan a lo peorcito del siglo pasado.

Si estamos asistiendo a genocidios televisados en directo.

Si tenemos a EEUU y sus países vasallos aplaudiendo al genocida o mirando para otro lado.

Si los neonazis están llegando al poder en media Europa (o más) tan campantes.

Si el cambio climático amenaza con acabar con la vida en gran parte del planeta.

Si cientos de millones de personas se ven obligadas a abandonar sus hogares como consecuencia del hambre, la persecución o la guerra.

Si aquí en España seguimos aguantando una monarquía impuesta por un dictador.

Si, encima, los miembros más putrefactos de la familia real se cachondean de los españoles paseando su corrupción con la desfachatez de quien se sabe impune.

Si existe todo un entramado judicial para desacreditar a líderes y lideresas de izquierdas, a imagen y semejanza de lo que ha ocurrido en otros países como Portugal o Brasil.

Si la extrema derecha está más fuerte que nunca.

Si sus mierdas sobre menores no acompañados o migrantes están teniendo más éxito que nunca gracias a sus altavoces mediáticos y a su masivo uso de las redes.

Si están consiguiendo imponer entre los jóvenes su agenda machista, racista, clasista y negacionista basada en el odio y el miedo, como buenos fascistas que son.

Si parece claro que de unas hipotéticas elecciones saldría un gobierno de derechas salvajes, valga la redundancia.

Si, por lo tanto, están en peligro los servicios públicos, los derechos y las libertades, particularmente los de las mujeres, los de los trabajadores y las trabajadoras y, en general, los de las personas más vulnerables.

Si, aquí en Castilla-La Mancha, a Page se le ha puesto la lengua azul, como a las ovejas, de tanto despotricar del gobierno de coalición y de tanto hablar como un político de derechas.

Si en nuestra región la educación sigue infrafinanciada.

Si no se han recuperado las ratios ni las horas lectivas previas a los recortes de Cospedal.

Si el personal sanitario está en pie de guerra reclamando más contrataciones.

Si aquí las mujeres no pueden interrumpir su embarazo en hospitales públicos.

Si nuestros cargos públicos siguen en plan nacionalcatólico zampándose todas las misas y procesiones que pillan en nombre de todos los castellanomanchegos y castellanomanchegas.

Si la derecha y la extrema derecha regionales parecen sacados de La escopeta nacional.

Si una victoria suya supondría convertir Castilla-La Mancha en un territorio esperpéntico de señoritos, toreros y señoronas con peineta como doña Finiquito.

Si sabemos todo eso y mucho más que no cabe en este modesto artículo, entonces, ¿por qué los responsables de las organizaciones de izquierdas no anteponen el interés colectivo al de sus pequeñas tribus y al de sus grandes egos, dejan ya de una puñetera vez de pelearse como niñatos en un patio de un colegio, se sientan a dialogar sin prejuicios ni victimismos ni paranoias, consensúan un programa electoral transformador verde, rojo y violeta e implementan un procedimiento de trabajo democrático, horizontal y participativo en el que todos y todas, provengan de donde provengan, puedan sentirse cómodos y útiles, de modo que surja un nuevo sujeto político que nos permita reavivar la poca ilusión que nos queda y mantener la esperanza en un mundo mejor, entre otras cosas porque si perdemos esa mínima esperanza estamos muertos?

@CPuenteMadera