
Malaventurados los que fabrican y venden armas, porque ellos sostienen a los tiranos que oprimen a sus pueblos y alimentan las guerras imperialistas con que los estados poderosos expolian los recursos de los débiles.
Malaventurados los que destruyen la tierra en nombre de un crecimiento indefinido, porque ellos están hipotecando el futuro de las próximas generaciones y las están condenando al hambre.
Malaventurados los que inventan dioses para asustar a la gente y justificar sus privilegios, porque ellos siempre han sido un obstáculo para la razón y la igualdad.
Malaventurados los gobernantes que mantienen leyes electorales fraudulentas y con su acción de gobierno contradicen los programas electorales que presentaron a los ciudadanos a manera de contrato social, porque ellos desnaturalizan la democracia y convierten en un teatro los órganos en que supuestamente se deposita la soberanía popular.
Malaventurados los responsables políticos que pretenden acallar las protestas pacíficas mediante la represión y la violencia, porque ellos con su brutalidad están quebrando de forma irreversible la confianza de los ciudadanos en las instituciones que supuestamente los defienden.
Malaventurados los que mantienen sepultados en fosas comunes a más de cien mil españoles fusilados por defender la República, porque ellos prolongan la ignominia más allá de la muerte y extienden el castigo a los descendientes de las víctimas.
Malaventurados los que aprueban leyes laborales que convierten a los trabajadores en consumibles, porque ellos están implantando nuevas formas de esclavitud.

Malaventurados los representantes públicos que criminalizan a los extranjeros, a los negros o a los musulmanes como estrategia para obtener réditos electorales, porque ellos serán algún día objeto del mismo odio que fomentan.
Malaventurados los que quieren limitar los derechos de gays, lesbianas y transexuales, porque ellos pretenden imponer sus taras mentales y emocionales al conjunto de la sociedad.
Malaventurados los que defienden la penalización del derecho de las mujeres a decidir sobre su propia maternidad, porque ellos luego disponen de recursos económicos para eludir en otros países las leyes que han implantado en el suyo.
Malaventurados los que deterioran la sanidad pública recortando servicios médicos básicos, porque ellos tienen garantizada su salud en la sanidad privada.
Malaventurados los que expulsan a las familias de sus casas dejándolas en la calle mientras se embolsan miles de millones de rescate, porque ellos, que causaron la crisis, siguen viviendo en palacios.
Malaventurados los que despiden profesores, masifican las aulas, aumentan tasas universitarias y degradan la educación pública, porque ellos dificultan las posibilidades de crecimiento personal y movilidad social de los más humildes.

No perdamos la esperanza. Sin duda algún día la justicia o la memoria pondrán a cada uno donde se merece.
Profundo.
ResponderEliminarY duele.