Hace cinco meses se hablaba de
unos fallecidos en el pasillo del hospital. Y ahora, cuando todavía parecían
escucharse los ecos de que la muerte en el Hospital de Toledo de Jeaneth
Beltrán, una joven nicaragüense, se trataba de “un
caso único”, acontece otra nueva muerte, la de Faustino Legazpe, ya denunciada
en los Juzgados por sus familiares.
Podría pensarse que las muertes
son por casusas diferentes en procesos claramente diferentes, pero cuesta creer
que no tengan un factor de inicio común: unos recortes cutres. Frecuentemente
se carga contra los trabajadores y las trabajadoras cuando lo habitual, es que
éstos estén absolutamente sobrepasados de trabajo, desbordados y viviendo
situaciones límite diariamente. Saben que una baja no les sería sustituida, se
les recortan sus derechos día tras día al tiempo los políticos del gobierno de Rajoy
o Cospedal les somete a situaciones con un nivel de estrés difícilmente
soportables en algunos momentos. Pero los efectos de los recortes no llegan
sólo a los trabajadores, también lo hacen, y mucho, sobre algunos pacientes.
Jeaneth Beltrán, no
tenía tarjeta sanitaria, como otros más de 150.000 inmigrantes desde hace
dos años en este país, que quedaron obligados al pago de una, impagable para
ellos, póliza de seguros (¿recuerdan aquello de que la atención a la salud
contempla el criterio de universalidad? pues ya es mentira). Así, ante el temor
de que tras ser asistidos en urgencias, les puedan hacer llegar una factura, retrasan
hasta límites peligrosos su asistencia a los centros, donde con frecuencia poco
podrán hacer ya los profesionales.
El caso de Faustino y sus
diferentes traslados, y cambios de traslados, tendría más que ver con todo lo
primeramente expuesto sobre los recortes en medios y personal.
Cospedal y Rajoy, nos han metido
en una dinámica de una supuesta austeridad, que ya todos y todas hemos tragado
en llamarla así, cuando de lo que se trata es una cutrez. Austeridad tiene un
concepto sobre el que Enrico
Berlinguer ya elaboró un memorable discurso sobre el que a su vez Julio Anguita, hace ya 15
años, reconstruyera otro
aún hoy mucho más que vigente: “Austeridad
no es miseria. Austeridad significa vivir dignamente, normalmente, no malgastar
los recursos naturales, poseer uno cosas, y no que las cosas le posean a uno.
No ir constantemente atentando contra la naturaleza en un consumismo feroz. Austeridad significa tiempo libre para discutir y dialogar con los
demás, para jugar, para hacer
posible el amor entre seres que se conocen, para convivir en la calle, en la
plaza, en el ágora griega… Austeridad que significa que la mejor manera de
vivir es tener relaciones con otro en un plano de igualdad, sintiéndose hombres
y mujeres libres en una sociedad democrática”.
Y aún nos llega la presidenta Cospedal en el Día de la Región y nos dice
que “Castilla-La Mancha será de las regiones que liderarán el cambio de modelo económico en
Europa”. Es necesario que
este gobierno que se ceba con los que menos tienen y peor lo están pasando,
este gobierno cutre, nos deje ya de gobernar.
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