viernes, 10 de agosto de 2018

Aborto legal, seguro y gratuito



No fue posible. En los albores de la madrugada del pasado jueves, tras más de dieciséis horas de intenso debate, los legisladores argentinos dijeron “no” a la legalización del aborto. A pesar de lo ocurrido el pasado mes de junio, cuando la Cámara de Diputados del país transandino aprobó inicialmente la legalidad de la interrupción del embarazo, el proyecto legislativo ha sido rechazado por una mayoría patriarcal antiabortista en su sanción definitiva en el Senado. Han sido 38 votos en contra y 31 a favor a una norma que garantizaba la posibilidad de abortar hasta la semana catorce de gestación, dentro del sistema público de salud argentino, de manera gratuita, algo que actualmente está permitido solo en casos de violación y de riesgo para la embarazada.
 
Todo tiene su origen en la Campaña Nacional, lanzada en mayo de 2005, por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, una plataforma argentina de organizaciones y personalidades que ha realizado acciones comunes en favor de la legalización del aborto en dicho país. La campaña se ha articulado en torno al lema: «Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir». Se han propuesto modificaciones en el sistema educativo argentino, a partir de la elaboración de programas de educación sexual, e iniciativas de salud, a partir de la garantía de acceso a métodos anticonceptivos en forma fácil y gratuita. También, esta plataforma ha reivindicado, y seguirá luchando en el futuro, por el acceso al aborto legal en función de su contenido democrático y de justicia social, que busca asegurar el ejercicio de los derechos humanos a las mujeres argentinas, hoy privadas de ellos.

Estaban puestas muchas esperanzas en Argentina, a nivel nacional e internacional la “ola verde” de apoyo a la legalización del aborto se había multiplicado con mucha gente en las calles. En América Latina solo Cuba, Uruguay y la Ciudad de México tienen despenalizado el aborto, y habría sido muy importante que Argentina, por su papel de dinamizador regional, se hubiera sumado con una norma que contemplara el aborto legal, seguro y gratuito. Pero una vez más, como en muchos países, han primado los intereses y las creencias personales de la mayoría de los senadores argentinos que, influidos por unas iglesias evangélicas fanatizadas y por una Iglesia Católica anclada en el pasado y el “pecado”, han terminado por subordinar el destino de las mujeres de todos los credos, o de ninguno, al suyo personal.

Desde aquí, una vez más, rechazamos los discursos de las jerarquías religiosas que obstaculizan el avance de las mujeres como ciudadanas en cualquier parte del mundo. Resulta insoportable la sumisión de gobiernos, diputados, senadores... no solo ante los más rancios sectores de la Iglesia Católica, mayoritaria en nuestro mundo incivilizado, sino también ante el coro de pastores y reverendos que vociferan contra la libertad de las mujeres.

Somos partidarios del aborto legal como derecho de todas las mujeres a decidir sobre su primerísima propiedad: sus cuerpos. En Argentina, en España o en Sebastopol hay que respetar los tratados y convenciones internacionales para que se garantice a las mujeres el máximo nivel posible de salud física y mental, la igualdad y no discriminación, la intimidad y la autonomía reproductiva, la libertad de conciencia y religión, y a verse libre de tratos crueles inhumanos y degradantes.

Un aborto no es una acción frívola o alegre, sino una decisión que cada mujer debe reflexionar en torno a su realidad concreta. Incluso cuando ésta se realice dentro de los márgenes que establecen las leyes. El derecho a abortar de las mujeres debe ser público, libre (sin estar regulado por ninguna ley restrictiva) y gratuito, solo así se podrá asegurar la libre decisión de las mujeres con respecto a su cuerpo. ¿Tan complicado es reconocer el derecho de las mujeres a decidir como quieren vivir sus identidades sexuales, placeres, deseos y su maternidad? Existen demasiados políticos reaccionarios y curas con sus rosarios que quieren imponer sus ideas medievales en los ovarios de las mujeres. ¡Basta, ya!

Mujeres argentinas, estamos con vosotras. Vuestra lucha es nuestra lucha, y más pronto que tarde conseguiréis un aborto legal, seguro y gratuito. Estamos convencidos.

¡La lucha sigue!





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