
Por otro lado, el pueblo palestino parece que dará un paso importante en el camino hacia un fututo en paz, a pesar del empeño del Estado israelí y EEUU porque eso no ocurra. Bueno, aunque el gobierno español ha dicho que si que apoyará tal hecho, ya ha asomado el Sr. Aznar a avisar a sus sucesores que comenten un error. Ya saben, la ignominia no descansa ni se jubila.
En otro ámbito, la sanidad vive regiones en huelga por los derroteros que está tomando. La privatización no cesa, se ha convertido causa de guerra, y ya saben que además, como en toda guerra, el PP tiene claro que la primera sacrificada debe ser la verdad. ¡Qué campañas, puf!
Y el día Internacional del SIDA se acerca y sólo escucharemos promesas porque lo que son hechos… O se toman en serio la prevención secundaria (el diagnóstico precoz que evite más su expansión) y la prevención primaria (evitar nuevos casos) o estos “ahorros” que creen estar haciendo en no poner ni un duro, a la larga se pagan muy caros: en décadas de sufrimiento y también de ingresos hospitalarios, urgencias y fármacos.
Pero sin duda, el grueso de la semana se lo llevan las elecciones catalanas. Artur Mas, consciente del fiasco del gobierno que estaba desarrollando gracias al apoyo y beneplácito del PP, se inventó (en cuanto al momento, el concepto tiene ya algunos años) la historia soberanista, que a la postre haría olvidar a la ciudadanía las políticas antisociales que venían desarrollando. Los grandes beneficiados deberían de ser los dos polos nacionalistas: el catalán en su región, y el españolista en el resto. Una idea de dualidad (¡qué cruz, qué cruz!) que llevaría a los catalanes a arrimarse a CIU y a los “españoles de bien” a engrosar las huestes del PP. Una vez más, el pueblo ha hablado, y les ha dicho a ambos que tururú.

Ahora nos tocará sufrir los chantajes de la derecha nacionalista al resto de nacionalistas sobre que si no se vota la autonomía es por su culpa, y la respuesta de los otros diciendo que no apoyan con las políticas antisociales al todo, pero sí sacarían la cara por una votación pro-autonomía; al tiempo que el nacionalismo españolista intenta engordar a costa de las invenciones de aquéllos. ¿Y nosotros que juraríamos que esto es más de lo mismo, es decir, más de los mismos?