¿Alguien duda de que si los deshaucios no hubieran comenzado a provocar muertes PP y PSOE no se hubieran puesto de acuerdo para detenerlos? ¿Es que no sabían esos dos partidos que casi 400.000 familias ya habían sido arrojadas a las calles? ¿Cuál es el umbral de sensibilidad social y humana de PSOE y PP, inmunes durante años al sufrimiento extremo de cientos de miles de personas?
Por supuesto que nos
alegramos profundamente de que puedan paralizarse en nuestro país los
deshaucios. Realmente, sólo las familias que están viviendo esa pesadilla
pueden sentir lo que los demás intuimos. Pero, al mismo tiempo, tras la alegría
nos asalta una indignación rayana en la ira, casi en el asco, ante la
hipocresía de PP y PSOE. Imaginamos que la piel de un gusano apenas tendrá unas
micras de espesor. Todo lo contrario sucede con la piel de un elefante, cuyo
espesor hace necesaria una bala de buen calibre para asegurar su perforación,
como bien sabe Juan Carlos de Borbón ¿Cuál es el grosor de la piel del PSOE y
del PP? ¿Cómo es que no se dieron cuenta de que a su alrededor el drama
atenazaba a miles de familias?
¡Por supuesto que se
dieron cuenta! Se dieron cuenta, lo provocaron con sus leyes, escucharon los
gritos de los deshauciados y de los que los acompañaban, vieron las caras
llorosas y los cuerpos desmadejados por la impotencia, arrastrados por la
policía... pero no sintieron nada. Igual que un multimillonario que, desde el
interior de su vehículo de lujo, contempla impasible las chabolas mientras se
dirige hacia su avión privado. Debe ser verdad esa leyenda que cuentan: que el
contacto continuado con los billetes de 500 euros, debido a su baño en una
especial pócima del Banco Central Europeo, termina provocando una hipertrofia
cutánea que penetra hasta el mismo corazón. Es algo natural: para garantizar su
propia supervivencia, los ricos y sus protectores políticos han de desarrollar
una insensibilidad que les permita disfrutar de la vida, aunque estén rodeados
de empobrecidos.

Lean ustedes cómo el
representante del PSOE, el diputado Higinio Almagro Castro, expone las tres
razones con las su partido justificó su voto en contra. Ahí va la primera: “es la propia seguridad jurídica la
que impide aplicar la reforma propuesta con efecto retroactivo, ya que los
préstamos ahora impagados se suscribieron bajo unas condiciones y en un marco
jurídico que ahora no puede verse alterado”. No se pierdan la segunda: “admitir
la dación de pago de la vivienda familiar daría lugar a un problema aún mayor,
habría que encontrar una vivienda para la gente que se ha quedado sin vivienda
y tiene que entregarla”. ¿Lo han
entendido ustedes? Y ahora viene la tercera, la de verdad: “las medidas
propuestas agravarían la situación económica en la que nos encontramos por
cuanto las entidades financieras verían disminuida su garantía”.
Sabía bien el PSOE lo que hacía, sabía a quién tenía que
proteger. ¿Hay algo más que añadir?
PD: Hoy no hablamos de
la huelga porque ayer estábamos en huelga.
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