En
nuestros colegios e institutos se trabaja metódicamente, desde hace
ya varios años, en programas de resolución
de conflictos y mediación,
con bastante éxito, a la hora de prevenir y/o afrontar las
situaciones que dificultan la convivencia en la comunidad educativa.
Experiencias muy positivas donde la palabra, el diálogo y la
búsqueda de soluciones consensuadas para el conflicto son las
premisas válidas que hacen avanzar a los centros educativos,
mejorando las relaciones y el clima de trabajo.
Algo
tan simple, como estas experiencias educativas, apoyadas por los
gobiernos autonómicos, ¿por qué no se extrapolan a la vida
política? ¿Es tan complicado utilizar el diálogo para abordar las
graves tensiones del proceso
soberanista de Cataluña?
Estamos educando a nuestros chicos y chicas para solucionar la
conflictividad con la palabra, mientras nuestros gobernantes van por
un camino antagónico de incumplimiento de las
reglas democráticas,
falta de respeto a la otra parte, represión,
violencia verbal, decisiones de carácter partidista/electoralista,
supresión de derechos democráticos, confrontación
abierta,…
¿Quién les explica ahora a nuestro alumnado, el futuro de este
país, que los conflictos se arreglan con el desprecio, la
intolerancia, la imposición y la ausencia de diálogo?
Por
el azar de nuestro nacimiento somos manchegos de pura cepa, pero al
mismo tiempo nos consideramos ciudadanos
del mundo,
a pesar de la artificialidad de las fronteras, nuestra patria es La
Tierra entera y tenemos muy clara nuestra lucha por la libertad, la
igualdad y la solidaridad que siempre han sido tres pilares que unen
y no separan pueblos. ¿Tan complicado es caminar con estos
principios? Nuestro pasaporte es español, pero nos agrada más la
música de los Rollings que la de Lola Flores, nos reímos más con
el humor de Les Luthiers que con el de Los Morancos, nos sentimos más
cerca de Nicolás Copérnico que de Torquemada,
nos gusta más el bádminton que los toros. ¿Tan difícil es
entender que los nacionalismos de todo tipo, con banderas como vendas
en los ojos, nunca han dejado avanzar a la humanidad?
Nunca
hemos entendido ni aceptado a los nacionalismos, tanto el periférico
(catalán,vasco, gallego,..) como el nacional-centralista, que hunde
sus raíces en el
rancio franquismo sociológico
al más puro estilo fascista. Estamos convencidos que el nacionalismo
es un invento de la burguesía para dividir a los trabajadores y
trabajadoras, haciendo núcleos mutuamente intolerantes pensando más
en la propia identidad que en la solución de los problemas que ha
provocado el maldito capitalismo a la gran mayoría de la humanidad.
Los
nacionalismos se retroalimentan entre sí, pues estamos comprobando
que el centralista ejerce de pirómano del catalán y viceversa. No
se puede mirar hacia otra parte cuando surge el conflicto o
despreciar
el diálogo
como medida de acercamiento de posiciones. No es justificable, de
ninguna de las maneras, la vuelta al “todo por la patria”, a la
visceralidad, el “por huevos”, el “que se jodan”, el
“a por ellos”,
el autoritarismo,… Todo indica que ser intolerante está,
tristemente, de moda.
Tampoco
entendemos como este conflicto
de nacionalismos
lo está sanando todo. Ahora toca buscar las papeletas del
referéndum, unas papeletas que tapan los sobres corruptos del PP. En
España la precariedad laboral ha desaparecido, los brutales recortes
en la educación de Cataluña ya no existen, el rescate bancario que
pagaremos todos los ciudadanos de nuestro bolsillo se ha
volatilizado, las mordidas del “tres per cent” y el caso Palau
han pasado a mejor vida,… En una palabra, los
instintos patrioteros que albergan la estelada y la rojigualda, por
arte de magia, todo lo tapan.
A
pocas horas del 1 de octubre, deseamos profundamente que la sensatez
y la responsabilidad estén presentes en este día de movilización
ciudadana en Cataluña. Este referéndum no homologable, sin
garantías, debe abrir paso a nueva etapa, donde la política sea la
verdadera protagonista buscando entre todos una salida
democrática y negociada
al conflicto catalán y español. Después del 1O, viene el 2, y el
3…, hay que buscar soluciones encerrando los demonios que han
salido a pasear. La Constitución
del 78
no es intocable, sabemos que muchos de sus preceptos no se cumplen,
modificar las leyes si no garantizan los derechos de los ciudadanos
es una obligación del poder legislativo. ¿Lo mismo es el momento de
iniciar un proceso
constituyente
para la elaboración de una nueva Carta Magna que dé respuesta a la
actual realidad social de España?
El
derecho a decidir el futuro de una comunidad es incuestionable. Habrá
que respetar la libertad para que cada cual decida su camino.
Deseamos que Cataluña siga en España, con un modelo territorial
claro y consistente, pero los
catalanes deben decidir por sí mismos
si quieren seguir, por voluntad propia, en una España federal. ¿Para
cuándo un verdadero referéndum pactado, homologable y con
garantías?
Desde
nuestra humilde tribuna hacemos un llamamiento para que se haga
política con mayúsculas, para que, desde la madurez, se discuta y
se acerquen posturas. Es el momento del diálogo, al que nunca se
debe renunciar.
Que pena que tengamos esta política de bolsillos llenos y eslóganes maniquíes que para nada piensan en los intereses del pueblo al que representan; Para cuando una verdadera democracia que represente y atinda nuestros intereses...Listas abiertas y elección directa de los representantes...Y quien no valga a su casa.
ResponderEliminar