Imagen cedida por Albacete al Día |
El próximo fin de semana se constituirán las corporaciones municipales en todos los ayuntamientos de nuestro país y el 22 de junio iniciará su andadura la XI Legislatura en las Cortes de Castilla-La Mancha. Emiliano García Page, con su renovada mayoría absoluta, iniciará una nueva presidencia regional, después de los sudores, angustias y alguna que otra convulsión, que en la noche del pasado 28 de mayo, recorrieron su cuerpo, pues unos pocos votos han dictaminado que PP y la ultraderecha no accedieran al Palacio de Fuensalida. El susto fue tremendo, tan es así que ya ha anunciado el señor Page que una de las primeras medidas, de su nuevo gobierno, será la modificación del Estatuto regional y de la Ley Electoral castellanomanchega, ampliando el número de diputados y diputadas. Mucho va a tardar en deshacer el desaguisado que hizo Mari Loli de Cospedal, pero es que ahora ha visto las orejas al lobo debajo de su almohada.
Los resultados de las elecciones autonómicas en Castilla-La Mancha han sido buenos para el PSOE, pero Page no puede estirar mucho el cuello sobre lo ocurrido en las cinco capitales de provincia y en Talavera de la Reina, donde los socialistas dejarán de gobernar en estas ciudades, excepto en Cuenca, si Darío Dolz logra pactar en los próximas horas con otras formaciones políticas ¿El presidente Page ha tenido algo de culpa en ésto o solo es de otros?
La mayoría absoluta, por los pelos, se le ha subido a la cabeza a García Page, que sigue sacando los pies del tiesto, pues el pasado sábado dio plantón a Pedro Sánchez no asistiendo a su Comité Federal, para manifestar su disconformidad con la confección de las listas electorales. El líder castellanomanchego, en un acto de cobardía y deslealtad, prefirió quedarse en su casa antes de ir al máximo órgano del PSOE, donde hubiera podido ejercer su crítica interna y expresar sus reflexiones sobre este importante proceso ¿Será Emiliano ese “tonto útil” que hace el caldo gordo a la derecha, al que se refirió Milagros Tolón? Pero ya conocemos a Page y su hipocresía, que fue capaz de decir en 2017, en las primarias socialistas, que ligaba su futuro al de Susana Díaz y no cumplió su palabra de irse cuando ganó Pedro Sánchez. Él no tendrá memoria, otros muchos no lo olvidamos.
Por otra parte, parece ser que los partidos a la izquierda del PSOE han hecho algo útil, pues su integración en la coalición de Sumar abre una esperanza al optimismo, para poder reeditar un gobierno de progreso en los próximos años. Ha costado mucho lograr esta coalición (demasiado ruido), ha faltado discreción y disciplina en su gestación, pero al fin se ha implementado un instrumento válido que dé respuesta a las necesidades de jóvenes, trabajadores, pensionistas, … ¡Tenemos voto útil!
Se ha aprendido muy rápido la lección de lo ocurrido el pasado 28 de mayo, donde la dispersión de siglas y partidos de la izquierda, cada uno por su lado, provocaron unos desastrosos resultados. Sumar ya está en marcha, ahora toca elaborar, en muy pocos días, unas candidaturas conjuntas que ilusionen a la mayoría de las gentes de izquierdas, pero en este trabajo colectivo cabemos todas y todos, no se pueden admitir injusticias y errores, los vetos y exclusiones han de desaparecer, pues en este camino se necesitan todas las voces y todas las manos.
En Castilla-La Mancha, dada la Ley Electoral que tenemos, será muy complicado que Sumar obtenga algún escaño, pero nada es imposible y quién nos dice que no se den los resultados de 2016. A cinco semanas de la cita electoral, toca explicar a la población detalladamente el contenido del programa de gobierno y que las urnas el 23 de julio se llenen de ilusión, justicia y progreso para todas y todos.
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