Ahora que acaba el curso escolar, es justo reconocer que la Junta de Comunidades ha obrado verdaderos milagros en materia de educación. Para corroborarlo, nos hemos dirigido a un instituto de Secundaria y hemos entrevistado a unos cuantos miembros de la comunidad educativa.
Lo primero que nos ha llamado la atención es que los profesores y profesoras se encontraban verdaderamente compungidos. “No sé si podré soportar las vacaciones. ¡He sido tan feliz en clase!”, nos ha confesado entre lágrimas y mocos un joven docente. Una compañera que también se mostraba muy afectada ha añadido: “Es que con 35 alumnos en el aula nunca te aburres. Es como si vivieses permanentemente en la feria de Albacete. Y todo el mundo sabe que la feria de Albacete es la mejor del mundo”. “Además”, ha opinado un tercero, “cuando llegó el calor y todos empezamos a sudar como pollos, se creó una atmósfera muy humana y muy cercana. Compartir miasmas une mucho”.
Poco a poco se han ido acercando más enseñantes que querían expresar su entusiasmo. Un varón enjuto entrado en años ha opinado sobre la carga horaria: “Somos una de las comunidades autónomas con más horas lectivas. Hay gente que se agobia porque dice que no tiene tiempo para preparar sus clases, pero realmente preparar clases es cosa del pasado. Ya está todo en internet. Lo importante es que los alumnos sean felices”. Enardecido por sus propias palabras, el profesor en cuestión ha concluido cantando La felicidad de Palito Ortega.
En el ambiente se respiraba una mezcla de emoción contenida y nostalgia. Una joven, con la mirada perdida en el horizonte por el éxtasis del deber cumplido, nos ha confesado: “Acabo de subir a la plataforma la tabla de evaluación del proceso de enseñanza-aprendizaje, los informes individualizados, los planes específicos personalizados, los consejos orientadores, los informes del nivel de adquisición de competencias, los programas de refuerzo que luego mutarán en planes de recuperación… Ahora me siento vacía. ¿Qué voy a hacer yo con mi vida este verano, cuando no tenga que rellenar cientos de papeles? La burocracia es como una droga dulce y embriagadora. Y yo creo que soy adicta”. “Te entiendo”, ha explicado una señora de sonrisa beatífica, “le he dedicado tanto tiempo al Cuaderno de Evaluación, he puesto tantos miles de notas a tantos criterios de evaluación, que ya forma parte intrínseca de mí misma. Si me lo quitan, es como si me extirpan una víscera. Sin él no soy nada. Lo amo”. En verdad, en verdad os decimos, queridas lectoras, queridos lectores, que no hemos podido evitar enternecernos hasta el infinito y más allá.
Tras esta motivadora conversación, nos hemos dirigido a los despachos del equipo directivo para contar con alguna opinión más institucional. Casualmente, nuestra presencia ha coincidido con la implementación del denominado Banco de Libros. “Apenas hemos tenido unos días para ponerlo en práctica. Ay, ha sido ¡tan emocionante!”, ha declarado la directora del centro, “ha sido como estar dentro de una película de Indiana Jones. ¡Siempre corriendo! ¡Siempre al borde del abismo! Le estoy muy agradecida a la Consejería porque, sin este tipo de retos, la existencia no sería más que un aburrido tránsito”. “Estoy completamente de acuerdo con mi compañera”, ha comentado el jefe de estudios, “a mí ayer me dio una taquicardia y tuve que ir a urgencias, pero uno se siente ¡tan vivo! en esos momentos, sintiendo que tu corazón galopa como un potro por un verde prado…”.
En resumen, queridos lectores y lectoras, no queremos exagerar. No todo es de color rosa en el sistema educativo de Castilla-La Mancha. Por ejemplo, hemos podido comprobar en nuestras propias carnes que el papel higiénico era de ese que se despizca. Pero realizar este reportaje ha sido como pasear por el cielo. No es de extrañar que CCOO, STE y CSIF hayan convocado una huelga el 11 de septiembre para celebrar los éxitos de la administración regional. ¡Es todo tan bonito y tan competencial! Según nos han dicho, la manifestación correspondiente se abrirá con las figuras de un cura, un cazador y un torero para regocijo personal de García-Page. Ese día, sin duda, nuestro presidente recibirá el homenaje que se merece.
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