viernes, 13 de abril de 2012

¡Abajo los privilegios!


Artículo publicado en el diario La Verdad (Edición Albacete). 12/04/2012


Siempre es bueno aprender de los que nos llevan ventaja en algo, tomar como modelo a aquellos que, antes que nosotros, se atrevieron valientemente a iluminar los oscuros senderos de lo desconocido. Por eso en Castilla-La Mancha observamos atentamente los caminos que nos van mostrando desde Madrid, porque, aunque todos los españoles seamos teóricamente iguales, una madrileña de Chamberí es una española con galones.

A Esperanza Aguirre le gusta mucho que se hable de ella. El ministro Guindos, madrileño también, pensaba acaparar los titulares de la semana, pero el pobre no sabe con quién se la juega. Esperanza debió pensar: "¿Que el ministro dice que hay que pagar por la asistencia sanitaria en la sanidad pública...? ¡Pues yo digo que se acabó que la FP y el Bachillerato sean gratuítos!" ¡Muy bien, ésa es la Aguirre! ¡El que pueda, que la siga!

Bueno, lo que es seguirla no tardará en hacerlo Cospedal. En esa carrera atropellada por reformar el país hasta que nadie lo reconozca, a la secretaria general del PP (también, aunque a tiempo parcial, presidenta de Castilla-La Mancha) nadie le moja la oreja. Ya saben, lectores manchegos, la familia de aquel jovenzuelo o jovenzuela que que quiera estudiar formación profesional o bachillerato, tendrá que gastarse los cuartos en centros educativos privados (gestionados, casualmente, por... ). ¡Nada, nada, no protesten! ¡Se acabaron los privilegios! Pero bueno, ¿qué es eso de que la gente se crea con derecho a que el estado se encargue, con los impuestos de todos, de educar a sus ciudadanos más allá de los 16 años? El que pueda que se lo pague, y el que no, que se fastidie... ¡Abajo los privilegios! ¡Viva la libertad y el dinero!

Aguirre también se ha encargado, de paso, de sacar del atolladero al tertuliano y sin embargo ministro Wert: el pobre, al no saber mucho de educación, se hace un lío tremendo en las ruedas de prensa, y concluye que con-menos-profesores-trabajando-más-horas-y-con-más-alumnos-por-aula-pero-menos-dinero-para-educación-se-solucionará-el-fracaso-escolar. Ay, menos mal que Esperanza le ha servido la solución en bandeja: se acabó el fracaso porque se acaba la educación, se acabó la FP y se acabó el Bachillerato, y con ambos también se acabaron miles de plazas de profesores (de esos tan protestones y sus pancartas, y de los otros, de todos, echémoslos a todos a la calle, que ya distinguirá Rajoy a los suyos...). ¡Muy bien, sí señor, todos afuera!

Y los que todavía se aferren a las pizarras, que se avispen, que ya lo advierte Montoro: ya se sabe que un profesor de verdad, no como los de ahora, sino uno bueno que se implique en la educación de sus alumnos, enseña mejor a cuarenta estudiantes que a veinte, pero que a los mejores lo que les gusta con locura es enseñar a ciento veinte. Y viceversa: un buen alumno de primaria aprende mejor a leer y a manejar las cuatro reglas con doscientos compañeros que con cincuenta. ¿Profesores de apoyo? ¿Desdobles? ¿Especialistas? ¡Vamos, hombre, se terminaron los chollos educativos que hundieron al país!

Y ojo con aquellos que acusan a nuestros dirigentes de improvisar, porque lo que deberían hacer es restregarse la lengua con estropajo. ¿Pero tan ciegos están que no perciben la coherencia del todo a través de sus partes? ¿No ven que machacar la enseñanza primaria, asfixiar la secundaria, eliminar la FP y el bachillerato, y encarecer el acceso a la universidad está en consonancia absoluta con despeñar el presupuesto del país en investigación y desarrollo? Educarse, formarse, aprender, investigar para el bien de la comunidad..., ¡anda ya,  que inventen los alemanes! ¡Abajo los privilegios!






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