Eran
las 12 del mediodía del pasado martes. Sonó el teléfono del jefe
de gabinete de Mariano. Sin mucho entusiasmo cogió el móvil. Erá
el abogado de Luis, el
exgerente-tesorero
de la calle Génova, que quería instrucciones a seguir para la
comparecencia del jefe.
-
Lo siento, en estos momentos no puede ponerse. Está reunido en la
sauna del sótano con Arenas, Angelito Acebes, Rafa Hernando y unos
pocos letrados del partido. ¡Ya sabes cómo es ésto! Pero no te
preocupes, no hay ninguna variación, todo debe hacerse según lo
acordado hace unas semanas. El
silencio es el que manda,
no lo olvides. Le diré que has llamado. Un abrazo y muchos recuerdos
para LB.
Mientras
tanto, en la sauna, entre vapores y sudores, Rafa daba unas recetas
para que el tono, la actitud y las respuestas a dar por “el presi”
fueran las más propicias, pudiendo salir airoso el 26J.
-
“Mira, Mariano, tú no te arrugues. Cuestiona la inteligencia de
las preguntas de los abogaduchos de la acusación particular y
mirándoles a los ojos repite
las frases que estuvimos ensayando
toda la tarde de ayer, pero sin hacerte ningún lío: “las cosas
son como son”, “no recuerdo”, “no se acierta siempre en la
vida”, “no sé si se ha confundido de testigo”, “jamás,
sería ilegal”… ¿vale? No des muchas explicaciones más, porque
si te sales del guión la
lías, como siempre, y la cagas.
Y no olvides, paso corto, mala leche y sin guiñar el ojo. ¡Vas a
estar impecable!
Todo
parecía atado y bien atado. Los interminables ensayos dieron
resultado. Aunque parezca ficción, pudo ocurrir todo esto para que
la
ausencia de verdad
fuera la protagonista de lo dicho por Mariano Rajoy, un ciudadano muy
español y mucho español ante la dudosa Justicia de este país.
Lo
que sí constó en la declaración de Rajoy es que ha sido un testigo
privilegiado. No hizo el “paseillo” hasta la entrada de la
Audiencia Nacional, entró por el garaje, sin poderse grabar su
entrada y salida del organismo judicial, pues ya se encargó el
Ministerio del Interior de alquilar dos
camiones trailers
y colocarlos de tal forma que los reporteros gráficos no pudieran
recoger el histórico momento. El ciudadano Mariano no declaró en el
sitio habitual de los testigos, delante de los acusados, ni mucho
menos. Fue colocado junto a los magistrados del Tribunal, a su
derecha, a su misma altura, para que este testigo de “categoría
especial” se sintiera a sus anchas y recitara en lo alto del
escenario su
insolente papel plagado de falsedades
y se viera mejor como se escurría ante las cuestiones más
peliagudas, con una actuación distante de las desgracias que causa
la
corrupción sistémica del Partido Popular.
El
Presidente de la Sala, el juez Hurtado, ha sido un auténtico amigo
de Mariano, ya se encargó de evitar
cualquier pregunta incómoda
y con sus prisas parecía más una prueba olímpica de velocidad que
una declaración ante un tribunal.
¿Pasó
usted por la Gürtel?
Por
la Gürtel no pasé.
¿Vio
algún sobre?
Ningún
sobre yo vi.
Adiós,
don Mariano.
Adiós,
señor juez”.
Hablando
de televisión, ¿saben ustedes que TVE, la pública, fue la única
cadena generalista que no
emitió la declaración
del desvergonzado Rajoy? La televisión de todos consideró que lo
importante para la opinión pública eran las recetas para adelgazar
del Dr. Romero. ¡El colmo de la desinformación y de la manipulación
informativa!
Lo
cierto y fijo que el presidente del Gobierno, al más puro estilo de
Arenas y Rafael Hernando, manifestó en sus respuestas un tono de
indignante chulería, tirando balones fuera, pasando toda la
responsabilidad de la financiación irregular de su partido y los
sobresueldos a un
tesorero con demencia, y a su “amigüita del alma”, Esperancita
Aguirre.
“Él se dedicaba a las cuestiones políticas y desconocía las
cuestiones contables”. ¡Con un par! ¡Sin despeinarse!
En
la Audiencia Nacional se escenificó un sainete clásico que dejó
muchos frentes
abiertos
porque hubo ausencia de verdad, mucha prepotencia y corrupción del
PP, acreditada en el sumario, sin que el que manda en la cosa
asumiera
sus deudas.
Al
finalizar la declaración, hubo que buscar a alguien para que
acompañase a Rajoy a su casa, porque no se acordaba de nada. ¡Ay
la amnesia,
que puñaladas da!
Rajoy
tendría que comparecer de forma inminente en el
Congreso de los Diputados y anunciar su dimisión,
porque la putrefacción consentida del PP se ha desbordado y resulta
insoportable.
NO TAN LARGO COMO TU CAMARADA PERO YO TAMBIÉN HICE UN COMENTARIO Y YA DECIA QUE PARECIA LO QUE LE HIBAN A PREGUNTAR PORQUE CONTESTABA A TODO DE CARRETILLA Y ESO NO ES NORMAL.
ResponderEliminarSI TU NO SABES LO QUE VAN A PREGUNTAR PIENSAS UN POCO EN LAS CONTESTACIONES Y POR ENCIMA LE AYUDARON CUANDO TENIA LAGUNAS ¿ Y YO ME PREGUNTO? SI UN SEÑOR TIENE LAGUNAS SE QUEDA SIN TRABAJO Y NOSOTROS TENEMOS A UN SEÑOR GOBERNANDO UN PAÍS ? VERGONZOSO. SALUD Y REPÚBLICA