Malos tiempos para la razón.
Malos tiempos para el razonar. Malos tiempos para que, intentando dar
argumentos, se ocupen unos segundos o unas líneas más de lo que lleva extender
una bandera en un balcón, soltar un improperio o compartir un meme.
Que Rajoy se ha convertido en una
máquina
de fabricar independentistas, ya nadie lo duda. Viene de lejos y ahora se
ha puesto el modo turbo. Que los independentistas son factorías de derechización,
tampoco parece ofrecer discusión.El PP viene (viene, sigue y va) de una corrupción insufrible y escandalosa; y en el independentismo, hubo quienes hasta tuvieron que cambiar el nombre, porque el clásico atufaba a robo y desvergüenza.
¿Por qué no retroalimentarse los unos a los otros? Además, de no subir unos, lo harán los cercanos, que siempre harán de palmeros. Ciudadanos ha encontrado el chollo de lo que le va cayendo. Los Hernandos, Maíllos, Aguirres y Albioles, dejan taponado el escape de votos hacia la extrema derecha. En Cataluña, la CUP le pide a Mas que designe con su dedo y proclame quién será el líder que guiará la trascendental misión para la que han venido al mundo, y la gente de ERC, se sienta bajo el árbol mientras otros mueven las ramas. Mucho ruido, pocas palabras; mucha bandera y pocos argumentos. ¡Todos ganan!
Los diarios, las televisiones, las radios, internet y los memes (obsérvese que lo colocamos ya como parte de un todo que es la transmisión de la información que crea opinión), estaban llamados a estar colapsados por el caso Lezo, las declaraciones de Francisco Correa, la evolución del caso Gürtel, la Púnica, el 3%, los Pujol… Pero no, todo eso ha quedado tapado, ha pasado a un segundo plano. Colguemos y saquemos aquellas banderas que permanecieron bien guardadas (o pendientes de fabricar en China) cuando las empresas se derrumbaban, los puestos de trabajo se perdían a miles diariamente, cuando mucha gente perdía sus casas, cuando se pasan los inviernos sin calefacción, cuando Educación y Sanidad pública se desvanecían, cuando entre todos volvíamos a hacer ricos a los banqueros, etc. etc.
Lo sabemos, volver a hablar del
tema… ¿es hacerles el juego? Les era obvio: planteado el asunto, resulta
ineludible no abordarlo ni meterse de lleno en él (aquí estamos, una vez más, y
van…). Resumiendo, que la maniobra es redonda:
se tapa la porquería que les inunda y se atraen los votos a los
polos. Ahora queda empezar a restregar
cómo quien no se polariza,
pierde respaldo social. Lo de
siempre, vamos. Pero, en fin, volvemos a hacernos la promesa. Queden (en
principio) tranquilos y tranquilas, que en lo que nos toca, en lo sucesivo
intentaremos seguir ahondando en cómo Albacete se convirtió en potencia mundial
gracias a la pesca y el comercio
del salmón.
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