Es triste, es preocupante y es
indignante que los partidos de la derecha clásica estatal asuman sin
desmelenarse el discurso de la nueva extrema derecha. Pero no es
raro. El PP fue fundado por un ministro de Franco y ha representado
la única posibilidad de voto útil para muchos nostálgicos de la
dictadura. Casado está intentando refundar
el partido devolviéndolo a sus esencias carpetovetónicas.
Y no es por casualidad. Sabe muy bien lo que hace. Lleva toda la vida
viviendo de los designios de Génova y conoce bien el percal. Por su
parte, la histeria españolista de Ciudadanos encaja como anillo al
dedo con el patriotismo
de “charanga y pandereta”
que tanto gusta en los ambientes ultras. Desde luego, la prensa
extranjera tiene claro dónde situar a la formación naranja, y no es
precisamente en el centro del tablero. O sea que el conocido como
“trifachito” no es otra cosa que una especie de “santísima (es
un decir) trinidad” compuesta por tres personas electorales y una
sola naturaleza política. De hecho, este mismo domingo se
manifiestan juntos,
“prietas las filas”, por la cosa esa del relator…
Tampoco vemos nada raro, la
verdad, en que García Page ande por ahí disputando el voto a las
huestes reconquistadoras de Abascal. El actual presidente de
Castilla-La Mancha creció en el regazo populista y beaturrón de
José Bono. Ha mamado su regionalcatolicismo. No se pierde ni una
misa ni una procesión. Y no se ensarta en el cogote una peineta
porque los del PP le llamarían copiota. No nos extraña, por lo
tanto, escucharlo defender la caza y los toros como si en ello le
fuese la vida, aunque nunca habríamos imaginado que la calentura le
llegara al punto de pretender crear un
canal exclusivo de televisión para cada una de estas actividades.
Es flipante, pero, bueno, es Page… En el fondo, nada nuevo bajo el
sol de mojigatería y paletismo con que ha gobernado esta región
durante los últimos años.
Ahora bien, lo que nos tiene
últimamente algo desconcertados es la deriva de Pedro Sánchez. No
es que esperásemos mucho. Todo el mundo sabe que era el candidato
del aparato en las primarias de 2014. “No
vale, pero nos vale”,
parece que dijo Susana Díaz. O sea que… Pero, en fin, recuperó la
secretaría general con un discurso netamente de izquierdas. Parecía
que de su mano el PSOE podía reorientar el rumbo hacia sus propios
principios y reencontrarse consigo mismo… Por eso nos cuesta mucho
entender que el gobierno de Pedro Sánchez se comporte como la
extrema derecha europea en materia de inmigración. Nos parece
alucinante, por decirlo de alguna manera, que la administración
prohíba zarpar a los barcos de rescate Aita Mari y Open Arms. Según
el contador de esta última organización son ya en torno a 350
las personas ahogadas en el Mediterráneo por denegación de auxilio.
El mismo Salvini, uno de los gobernantes más inhumanos de los
últimos tiempos, ha felicitado
a Pedro Sánchez
por bloquear estas embarcaciones.
Y tampoco entendemos que
Pedro Sánchez se haya echado en brazos de Donald Trump para
desestabilizar Venezuela y situarla al borde de la guerra civil. Cada
vez que EEUU ha intervenido en otro país ha sido para provocar una
tragedia.
¿Está realmente nuestro presidente preocupado por la situación de
los derechos humanos y la democracia en el mundo? Entonces, ¿por qué
le sigue vendiendo armas a un estado totalitario como Arabia Saudí?
¿Cuánto tiempo le va a conceder al rey Salmán para que deje de
masacrar a la población del Yemen? ¿Cuándo va a lanzar un
ultimátum al gobierno de Israel para que cumpla con las resoluciones
de la ONU y libere los territorios ocupados? ¿Cuándo va a reconocer
la legítima autoridad del Frente Polisario en el Sáhara Occidental?
¡Se nos ocurren tantas posibilidades! ¿Qué plazo le impondrá a
Donald Trump para que cierre Guantánamo, respete los derechos de los
migrantes o desmantele las bases estadounidenses en territorio
español? Le damos ocho días a Pedro Sánchez para actuar. Si no lo
hace, pensaremos que no es más que un cínico, un pusilánime y un
vulgar vasallo más del imperialismo yanqui.
habláis con sabiduría y hasta me hicisteis reír ¡ocho días! por el perro que sí
ResponderEliminar¿Ocho días?... ¡Le damos 24 horas! Ni una más.
ResponderEliminarpobre socialismo,empezando desde los principios, esta panda de besa culos del poder, lo han llevado al desastre y a cuanta gente han desengañado
ResponderEliminarHace mucho que desengañaron a toda la gente con un mínimo de decencia y espíritu crítico. Ya no son más que gestores de la oligarquía financiera.
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