domingo, 17 de marzo de 2019

TRIPAS VERSUS CEREBRO

Viene siendo ya tradicional, que en España, izquierda y derecha se enfrenten al hecho de votar de manera bien distinta.
En el llamado centro, y en la derecha, alguien tiene en la cabeza una idea, de la índole que fuere, y le bastará que un partido la ofrezca para que vote por él. No importa el resto de cosas que diga ese partido. En la izquierda, pueden coincidir decenas de cosas en el programa, que bastará un mínimo detalle que chirríe para no votar. Hay quienes votan con las tripas por mucho que se le revuelvan aún con la nariz tapada, y hay quienes devanan sus cerebros hasta límites casi masoquistas, que acaban por volverse en contra.
Conscientes de ello, en la derecha se empiezan a disparar ideas y medidas sin el más mínimo filtro ni contención, saben que equivocarse en ello nunca les pasará factura. Hasta hace poco, había vergüenza por reconocerse de derechas y todos se autoproclamaban de centro. Luego ya vino lo de reivindicar el centro derecha, más tarde lo de proclamarse más de derechas que nadie, y finalmente, lo de soy tan de derechas que ni loco apoyaría a alguien, no ya de izquierdas, sino que no sea tan o más de derechas como yo (y sí, empleamos los clásicos términos derecha-izquierda porque… ¿a que nos entienden?).
Y así, ahí tienen a esta nueva triple A que ha surgido (Albert Rivera, Abascal y Aznarín Casado), vomitando sin filtro cuantos disparates se les vienen a la cabeza. Les basta con soltar algún improperio contra los catalanes para asegurarse los votos, y lo demás ya son complementos que quedan a la libre imaginación de propios o asesores.
Se descuelga el Partido Popular, con el tema de los hijos dados en adopción por migrantes sin papeles. Luego, comprobada la metedura de pata hasta el garrón, pretenden corregir y culpar a todos los demás. De guinda, Casado pasa a hacerse de una manera vergonzosa, víctima de las fake-news, quejándose de que se le tacha de mentiroso por… ¡todas sus mentiras! ¿Qué hemos hecho en España? ¡Qué pena de candidatos que tenemos!
En la triple A, el señor Rivera, cada vez más desdibujado y arrastrado por la estela pepera, se ha convertido en un “lo que diga Pablo y también dos huevos duros” siendo conscientes ambos, de que la tercera pata de la alianza, antes o después, hará sonar su bocina para pedir que “en lugar de dos huevos duros, pongan tres”. ¡Ah! Qué clarividencia la de los Marx.
Mientras seguramente unos y otros anden nostálgicos lamentando no hallar para fichar a alguno de aquellos de la leche en polvo americana, Albert, tan moderno y actual él, el famoso presentado es una tal De Quinto, 36 años trabajando para la Coca-cola y ahora dice, lo va a hacer por España. ¡Eso sí es una imagen de emprendedor moderno! ¡Eso sí que es un elemento diferenciador con las otras dos patas rancias del tridente!
Así, mucho nos tememos que entre propuestas contra los que menos tienen, Casado ya esté buscando algún directivo de La Casera para fichar (¡eso sí es un refresco y eso es sí es español!), y los otros a alguno de Gaseosas El Vesubio o Sodas La Bandera. Esto va a ser una carrera de sandeces de aquí a las elecciones, les sale gratis… y lo saben. La otra cosa estará en cómo ande la izquierda de abstención y lo cómodos y cómodas que estemos ese día en casa.










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