martes, 7 de enero de 2020

VALE. Y, AHORA, ¿QUÉ?

Vale. Fenomenal. Después de muchas y controvertidas vicisitudes, por fin tenemos un gobierno plural de izquierdas cuyo programa podría suscribir, en general, cualquier persona decente. Es fantástico, en serio, pero ahora, ¿qué? Porque no estamos en la meta, sino en la línea de salida.
Los voceros del trifachito y la caverna mediática tienen muy clara su misión: mentir, tergiversar, berrear, soltar espumarajo, sembrar el pánico, amenazar con el apocalipsis… No hay que darles más importancia. Viven (literalmente) de eso. Si no lo hacen, los despiden y se quedan sin sueldo. Así que dejémoslos convulsionando como la niña de El Exorcista y centrémonos en lo importante.
Porque del nuevo gobierno y de las organizaciones que lo integran esperamos otras cosas. Esperamos coherencia entre lo dicho y lo hecho. Esperamos escrupuloso respeto mutuo. Esperamos lealtad al pacto más allá de futuras estrategias electoralistas. Esperamos inteligencia, sensatez, imaginación, prudencia y a la vez audacia… También esperamos que se articulen vías de participación democrática que generen poder popular y amplíen la base social de un ejecutivo que, desde mucho antes de formarse, está siendo atacado por tierra, mar y aire (por utilizar una inocente metáfora).
Y es que, en cierto modo, el éxito o fracaso del experimento no va a depender tan solo de un puñado de ministros y ministras, sino del grado de implicación de quienes les apoyamos. Asumamos nuestra responsabilidad en el proceso. Salgamos a la calle. Respondamos a los alaridos de la derecha con amabilidad y sosiego. No vamos a convencer a los fanáticos, pero hay una parte de la ciudadanía legítimamente preocupada a la que podemos explicarle, sin perder la sonrisa, que lo de Cataluña no se resuelve con mamporrazos, sino con diálogo; que los impuestos solo se van a subir a los ricos, no a la clase trabajadora; que se va a defender lo público (la educación, la sanidad, los servicios sociales…) frente a las privatizaciones y los fondos buitre; que se va a luchar decididamente contra el cambio climático porque la contaminación sí mata; que las reformas previstas no nos aproximan a Corea del Norte, sino a la media europea; que en las iglesias no hace falta rezar por España, sino por las víctimas de la pederastia, de la violencia machista, de la explotación, del saqueo, del imperialismo, de las guerras…
En serio, no nos quedemos mirando como pasmarotes. El futuro está también en nuestras manos. Solo es necesario sacarlas de los bolsillos y ponerlas a trabajar.


3 comentarios:

  1. 👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏

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  2. Sabemos que no habrá respeto por los 100 días de gracia, que desde el minuto uno ya están criticando, aunque es muy lógico, lo preocupante es cuando se les está tildando de ANTIDEMOCRÁTICOS....hay mucho por andar....

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  3. Ya conocemos como actúan las derechas. Ahora hay que dejar actuar a las izquierdas y no permitir que nos amargen la vida, no hay mayor desprecio que no hacer aprecio. Sigamos adelante como marca el sino de los tiempos.

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