domingo, 21 de junio de 2020

NUESTRA SANIDAD, LA SANIDAD PÚBLICA

 
Estos días se están dando por todas las ciudades de España, homenajes a nuestra Sanidad Pública, a lo que ha venido siendo, a lo que acaba de ser en la pandemia y a lo que debe ser en el futuro. Era un buen momento para la unión, para no juntarnos contra algo, sino todos y todas a favor de algo en lo que deberíamos estar de acuerdo. Momento de demostrar que la patria está mucho más en sus ciudadanos, su sistema de salud, su educación o sus estructuras sociales que en telas sacadas de contexto.
Pero no, los hay que solo responden y se unen contra algo. Lo mismo mucha gente se quedó en casa deleitándose con las noticias de cómo el Partido Popular intenta (pero fuerte y con ganas, ¿eh?, nada de tonterías) hundir a España y a los españoles en Europa. Cuanto peor mucho mejor, que cuatro votos valen más que la salud y la economía de los españoles.
En fin, mientras, cabe recordar que además del día a día de la Atención primaria, la atención hospitalaria sigue atendiendo en España, a personas con un coste medio del ingreso hospitalario de 5092€ cada una (por poner un ejemplo). Sin nuestro sistema sanitario, muy pocos se podrían permitir el derecho a la salud, algunos tendrían seguros que cubrirían parte y poquísimos, los más y muy ricos, una salud de calidad aceptable. Y sí, hay mucho que mejorar, mucho por hacer, pero la solución no pasa por dar concesiones privadas a los negocietes de amigos y/o familiares. Page no ha gestionado bien la última crisis, es más, lo ha hecho fatal, pero en memoria tenemos también los negros tiempos de Cospedal o los presentes de Ayuso. Nos negamos y negaremos a elegir entre lo malo y lo peor. Mejorar la calidad del sistema sanitario es posible, si nos lo creemos e invertimos, si ponemos los números de profesionales que existen en otro países, si dejamos de aguantar las presiones de los que solo defienden corporativismos y damos a todos los profesionales funciones para las que están más que preparados. Y todo esto, llevamos muchos años viendo que no se consigue por la vía textil, sino con implicaciones y decisión, no olvidando que la salud no tiene precio, pero tiene un coste. Ojalá así sea y se nos pueda seguir llenando la boca de decir que la Sanidad Pública española es la mejor y más justa del mundo.





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