viernes, 9 de marzo de 2012

¿NOS BASTA CON LA IGUALDAD LEGAL?


 
Artículo publicado en el diario La Verdad (Edición Albacete). 08/03/2012
  Una colaboración para el Colectivo Puente Madera de Cari Cano (Lic. en Humanidades y Autora del libro 8 de Marzo. Ed. Altabán)



      Un año más conmemoramos con más reivindicación que fiesta el Dia Internacional de las Mujeres y, una vez más, debemos reflexionar acerca de cuál es la situación en la que nos encontramos la mayoría de las ciudadanas.

Lo cierto es que los avances tanto legislativos como institucionales (leyes, Instituto de la Mujer, asociaciones de mujeres, …) que se han venido realizando desde la llegada de la Democracia, han conseguido que las españolas hayamos dado pasos de gigante durante este período (no podemos olvidar que, por ejemplo, la primera mujer jueza no llegó hasta 1970); pero también es cierto que dichos avances no tienen el mismo impacto en todos los ámbitos ni se producen con la celeridad que sería de desear, aunque a menudo se nos dé desde los poderes una imagen “ideal” de haber conseguido elevadas cotas de igualdad. Si echamos un vistazo a las cifras que nos arroja la realidad (INE, 2011), podemos comprobar que existe una desigualdad real entre mujeres y hombres. En el campo educativo, por ejemplo, podemos ver cómo en el colectivo del profesorado, las mujeres suponen la mayoría en los niveles básicos de la enseñanza y cómo su presencia disminuye conforme se avanza en el nivel académico hasta llegar al cuerpo de  catedráticos. Por otro lado; un dato igualmente esclarecedor es que sólo el 14,6% de los rectorados de nuestras universidades están ocupados por mujeres.

Del mismo modo, la presencia de mujeres en nuestras Reales Academias, con un 9,6%, supone una sensación verdaderamente estremecedora y hasta podría decirse escandalosa, ya que mientras las mujeres ofrecen unos elevados niveles de preparación, su presencia en los considerados más altos círculos del saber académico, sea realmente escasa, cuando no prácticamente nula.

Si miramos el ámbito laboral, la situación tampoco se presenta muy halagüeña, ya que las mujeres ocupamos de forma abrumadoramente mayoritaria  los trabajos peor cualificados y, por lo tanto, peor remunerados: somos el 82,58% de los/as trabajadores/as no cualificados/as. Y la brecha salarial entre mujeres y hombres se mantiene en un 22%.

En cuanto a la presencia femenina en el mundo de la política, las cosas tampoco parecen mejorar, ya que en ninguno de los niveles de la representación las mujeres alcanzamos la igualdad. En la legislatura 2004-2008, antes de la tan debatida medida de la paridad por tramos en las listas electorales, las diputadas suponían un 36% del total de la cámara. Hoy, aplicada la medida, nos mantenemos en ese mismo 36% ¡qué curioso!.

 Este repaso a la situación de las españolas, nos sigue dejando un poso de preocupación al ver la evolución de la situación de nuestra sociedad. Sin ir más lejos, en nuestra región estamos viendo que derechos conquistados durante tantos años, como son la creación de los centros asesores y casas de acogida para mujeres maltratadas, están siendo prácticamente desmantelados al reducir drásticamente sus presupuestos y por ende, los/as profesionales que atienden estos servicios. A la vez, se amplían las áreas geográficas que deben atender; por lo que no hace falta hacer muchas cábalas para llegar a la conclusión de que la situación supondrá un retroceso de gigante en un problema tan grave.

Podemos apuntar como resumen a todo lo anterior dos cuestiones. La primera es que las leyes por sí solas no bastan (sólo hay que ver lo que dice la Ley de Igualdad y la realidad que tenemos) si no se acompañan de medidas concretas. Y dos: los recortes comienzan por aplicarse a la población más  débil y por desgracia, las mujeres nos llevaremos la peor parte de los ajustes que ya hace años comenzaron con la intención de liquidar nuestro Estado del Bienestar.












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