domingo, 17 de abril de 2016

Gracias, Soria



Muchas gracias, Soria. Todo el país debe postrarse a tus pies. Nos lo han recordado los dirigentes del PP: lo que de verdad importa no es lo que has hecho para tener que ser el primer ministro en funciones de la historia de la democracia que tiene que dimitir. Lo que de verdad importa, y por lo que hay que juzgarte según la vara de medir del PP, es que has dimitido. Eso sí, un poco después de decir eso el PP ha eliminado a Soria de su página web. Ojos que no ven…

¿Veis, españoles? Todo solucionado. Si alguien os da lecciones durante años y años de cómo hay que sufrir la pobreza energética, de cómo en tiempos de zozobra hay que subir la factura eléctrica, no importa si te ha estado engañando escondiendo dinero en paraísos fiscales para no pagar los impuestos que a ti te exigen: lo que importa es que si esa persona lo admite cuando ya está acorralada y se ha mostrado que mientes, entonces ese ministro  merece tu respeto y agradecimiento.

Vamos, como para votarle otra vez. Por eso Rajoy anda tranquilo, confiado con la inminente convocatoria de elecciones, que tendrá que agradecer a la incapacidad de la oposición para ponerse de acuerdo. Un presidente de gobierno al que “se le dimiten encima” ministros y que no dice nada, absolutamente nada sobre ello, no merecería seguir en el puesto ni un minuto más. Si Rajoy tuviera que reservarse los sábados por la tarde para, como obra de caridad, visitar a todos los compañeros de partido a los que él les ha expresado su confianza en público y que  ahora están en la cárcel, no habría tenido suficiente con todos los sábados de la legislatura. Y si a eso sumamos los imputados, los que han cometido faltas fiscales, los que han regularizado con Hacienda sus fraudes a precio  de saldo, entonces tendría que remontarse a los sábados en los que después de comer nos ponían a Marco por la tele para que lloráramos a moco tendido.
Por cierto, Marco viajó de los Apeninos a los Andes para buscar a su mamá, pero hoy, con Rajoy, su tierna historia nunca podría haberse producido: Mariano habría contratado a una patrullera turca para que devolviera al niño a un puerto italiano al pie de las montañas. Pero ahí sigue, como presidente en funciones, tomando decisiones gravísimas que no le corresponden, huyendo de los micrófonos, huyendo del congreso, burlando la separación de poderes, callando sobre la dimisión de un ministro. Rajoy, tu gobierno y la corrupción de tu partido son insoportablemente dañinos para la democracia.

Y si no se va, ¿cómo es que sigue ahí, si solo tiene 122 diputados? ¿Cómo es que los demás partidos de este país no son capaces de acordar unas mínimas medidas de higiene democrática, las imprescindibles para que dejar de ser el hazmerreir de Europa? ¿Alguien va a creer que la nueva política se comporta de forma distinta a la antigua? ¿No están mirando los partidos más su ombligo que a las necesidades del país? ¿No andan algunos diciendo lo contrario de lo que decían hace pocos meses, como cuando Pablo Iglesias dice que ahora quiere contar con Izquierda Unida, solamente porque las encuestas le auguran una caída ganada a pulso? ¿No es un fracaso tremendo de todos, un éxito descomunal de Rajoy, que este hombre siga siendo presidente en funciones durante más de medio año? Y que tenga posibilidades de volver a ser presidente durante cuatro años, ¿no es descabellado?

Quedan menos de tres semanas para que los partidos de la oposición nos libren del capitán de las termitas de la democracia. Si esto no sucede, ya veremos cuál es la reacción de los votantes el 26 de Junio. Y que cada cual asuma su responsabilidad. Pero, por favor, no como Soria.





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