sábado, 9 de abril de 2016

¡REPÚBLICA OTRA VEZ!



Dedicado a nuestro gran amigo Lucas Aguilar Bañón, un republicano de los pies a la cabeza.

Perdonen nuestros lectores habituales, pero hoy nos ha salido la vena docente y didáctica, por lo que hacemos un alto en nuestras ocupaciones y toca recordar la historia de nuestro país. Como no podía ser de otra manera, queremos rememorar la Segunda República Española, que fue el régimen político democrático que existió en España entre el 14 de abril de 1931, fecha de su proclamación, en sustitución de la monarquía de Alfonso XIII, y el 1 de abril de 1939, fecha del final de la guerra civil, que dio paso al régimen franquista.

Cabe recordar que la llamada guerra civil del 36 no fue una guerra, fue un pronunciamiento militar perpetrado por traidores contra un gobierno legítimo y refrendado en las urnas. La II República fue un corto e intenso período de esperanza, de avances sociales, de unidad popular, que terminó mediante un golpe de Estado brutal, que nos llevo a una guerra fratricida. No podemos, ni queremos olvidar que en España se llevó a cabo un verdadero genocidio ideológico y que las cunetas siguen llenas de la semilla de un pueblo que se quería libre.

Dentro de muy pocos días se cumplirán 85 años de la proclamación de la II República, donde se instauró un verdadero Estado de Derecho y se proclamó la primera constitución democrática de España. Esta Constitución plasmó el principio de igualdad de los españoles ante la ley, al proclamar España como “una república de trabajadores de toda clase que se organiza en régimen de Libertad y de Justicia”; en la Constitución de 1931 se defendía la soberanía popular, se estableció el sufragio universal para hombres y mujeres mayores de 23 años, en economía, la propiedad privada quedó sujeta a los intereses de la economía nacional; se constituyó un “Estado integral, compatible con la autonomía de los Municipios y las  Regiones” y no olvidamos que en esta ley suprema se consagraba el principio de laicidad: “el Estado, las regiones, las provincias y los Municipios, no mantendrán, favorecerán, ni auxiliarán económicamente a las Iglesias, Asociaciones e Instituciones religiosas”. Además se reconoció el matrimonio civil y el divorcio, así como la enseñanza primaria laica, gratuita y obligatoria. En pocas palabras, la II República promovió el avance en la transformación de nuestra sociedad, en la defensa de las libertades individuales y colectivas, y en la consecución de la justicia social.

De inmediato, al caer la Segunda República, en 1939, un verdadero sistema democrático, se perdieron todos los avances sociales logrados, y España cayó en un tremendo atraso político, social, económico y cultural, debiendo soportar una cruel dictadura fascista que duró 36 largos años, con decenas de miles de crímenes, asesinatos, desapariciones forzadas, torturas, persecuciones, presos políticos, fusilamientos, millones de refugiados políticos y desplazados, ante los cuales después de varias décadas aún no se ha hecho justicia. En esos pocos años que duró la II República, la razón, la ética y la solidaridad tomaron las riendas de la ciudadanía española, que luego fueron arrebatadas a sangre y fuego por las mismas fuerzas represoras que gestaron esa pantomima pseudo-democrática y teledirigida en una supuesta Transición.

Franco, el dictador, se encargó de dejarlo atado y bien atado. Su apuesta por la restauración de la monarquía fue una imposición que ha llegado hasta nuestros días. Una institución trasnochada, decadente, tocada por la corrupción y que tenemos que soportar la ciudadanía por el supremo derecho de bragueta, debe decir adiós de nuestro ordenamiento jurídico. Por eso es el momento de iniciar un proceso constituyente que nos lleve a la Tercera República, que se garanticen los derechos humanos y se sitúe la toma de decisiones políticas en el lugar del que nunca debió salir: el poder popular.

No nos resignamos, luchamos y lucharemos porque el espíritu republicano sea un germen del verdadero cambio que necesita este país, una apuesta decidida por la democracia, por la profundización en igualdad, libertad y de modernización de España.

En este 85 aniversario debemos rendir homenaje a las mujeres y hombres que soñaron que era posible construir una sociedad democrática, justa, igualitaria y que pelearon por conseguirlo. Es de justicia hacerlo. Como lo es también recordar, una vez más, a las víctimas de la represión franquista nacida del golpe de Estado contra la Segunda República. Sus deseos, valores y luchas coinciden en gran medida con los quienes deseamos esa ruptura democrática que termine con este caduco régimen.

¡No hay dos sin tres! ¡República otra vez!

¡Viva la República!

                                                                                                                        

PD.- Cuando estábamos terminando de redactar este artículo, nos hemos enterado del fallecimiento de Lucas Aguilar, un gran amigo y compañero.

Hemos perdido el don de tu palabra, el brillo de tu sonrisa, la reivindicación, la lucha y tu sentido comprometido de la vida y de la amistad...Nos hemos quedado huérfanos de un gran amigo, pero a pesar de esta congoja, de este dolor inmenso, hay algo que nadie nos podrá arrebatar, tu recuerdo y tu fuerza.




“… el hecho es que llegaste
temprano al buen humor
al amor cantando
al amor decantado
al ron fraterno
a las revoluciones
pero sobre todo llegaste temprano
demasiado temprano
a una muerte que no era la tuya
y que a esta altura no sabrá qué hacer
con
tanta
vida. “
- Mario Benedetti -

Hasta siempre, Lucas.




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