El
hecho de que un juez imputara
a 50 concejales y asesores del PP
en Valencia por blanqueo de capitales (todos los concejales del PP
del ayuntamiento de Valencia), calificándolos de banda criminal (hay
quienes afirman que en el PP de
Valencia
no se hacen ruedas de prensa, sino de reconocimiento), y que la
persona que los lideraba y seleccionó quedara al margen, conllevó
que muchos militantes peperos creyeran que Dª Rita Barberá era
verdaderamente una santa: Santa Rita. Y claro, como santa ya había
una, la de Cascia, pues las comparaciones entre ambas se hicieron
inevitables, hasta poder describirse un marcado paralelismo de vidas.
Margarita
Lotti, verdadero nombre de la
santa original nació en 1381, en RoccaPorena(Italia). Aunque por
mentalidad política y social pudiera parecer también de aquel año,
la Barberá nació 567 años después.
La
santa italiana fue conocida por la efectividad de sus plegarias. Por
ejemplo, pasó años rezando para que su marido y dos hijos, los tres
extremadamente crueles y malvados, se convirtiesen. El marido murió
asesinado un día que regresaba a casa y los hijos murieron de peste.
No es que a la santa se le fuese la mano en las plegarias, puesto que
hay quien afirma que un rato antes de morir los tres se volvieron
buenos. Por su parte, la santa valenciana rezaba y rezaba porque las
concesiones de proyectos millonarios se le concediesen a los amigos,
¡y también siempre surtían efecto las plegarias!
La
santa italiana fue reconocida en su convento agustino de Casciacomo
un referente por sus mortificaciones. La valenciana, como alcaldesa
de Valencia, también se mortificaba por el bien de su pueblo: por
ejemplo, en tres años, solo en comidas y bebidas, hoteles y viajes
de lujo, 278.000
euros en comidas.
¿Verdad que cada vez les encuentran más parecidos?
Pero
atentos y atentas, que la cosa no acaba ahí: a los 61 años, la
santa italiana recibió en la frente el estigma de una espina de
madera(así es representada), y nadie puede explicar por qué le
salió. Pues miren por dónde
justo a los 61 años, la
santa valenciana, nuestra Rita Barberá, también recibió un
estigma, pero en su brazo y en forma de bolso
de Louis Vuitton,
y tampoco nunca nadie pudo explicar el porqué
de su aparición.
Pero
esperen, hay más. Santa Rita es conocida como santa de lo imposible.
La italiana porque hizo brotar del jardín del convento, rosas en
pleno invierno; la valenciana porque tras sus plegarias, hizo que al
señor Fabra
le tocara innumerables
veces el gordo de la
lotería.
¡No había imposibles en Valencia!
El
día de la santa italiana se celebra el 22 de mayo, siendo también
un 22 de mayo un día especial para la valenciana, ya que
parece que pagó un 43%
de su campaña electoral en dinero
negro.¡Increíble
tanto paralelismo!
Por
último, la italiana pasó a la historia por una frase con la que se
le quejó una doncella casadera que pidió un novio y después el
novio se arrepintió, por lo que se dirigió a la santa italiana
diciéndole: Santa Rita Rita, Rita, lo que se da, no se quita.
El
caso de la valenciana aquí es el contrario: ante la queja de los
españoles y españolas solicitando que abandone su puesto de
senadora (para el que nunca fue votada, sino designada a propuesta
del PP), es Rita, con la connivencia de la ausencia de Rajoy en el
tema, la que ha venido a afirmar: “Santa
Rita RitaRita, lo que se blanquea
no se quita, “Santa Rita RitaRitaRita, lo que trinco de la Gürtell
y la Taula no se quita”, “Santa Rita RitaRita, el aforamiento que
me regaló Rajoy
no se quita” y “Santa Rita RitaRita, el escaño regalado por el
PP no se quita”.
Al
menos, algunos en el PP han hecho un disimulado ademán de
escandalizarse,
pero una prócer ha salido a defender
a la imputada
a capa y espada. ¿A que no imaginan a qué Cospedal nos estamos
refiriendo?
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