El
pasado 24 de septiembre publicamos un artículo que advertía sobre
las verdaderas
intenciones de la LOMCE. En resumen, lo que pretende el PP con
esta ley es inocular su modelo social autoritario y capitalista en la
médula de nuestro sistema educativo. La derecha no quiere
ciudadanos, es decir, gente piense y actúe con criterio propio, sino
productores, o sea, seres amorfos y obedientes que acaten órdenes y
soporten mansamente situaciones de explotación laboral. La realidad
es así de cruda, así de obscena y así de bastarda.
Una
de las herramientas ejecutivas de ese proyecto son las reválidas,
exámenes de final de etapa que ya se realizaron el curso pasado en
3º y 6º de Primaria y ahora se van a llevar a cabo en 4º de
Secundaria y 2º de Bachillerato.
Lo
peor de las reválidas no es que procedan como concepto del
franquismo, aunque fuese el
mismo franquismo el que las abolió en 1970 como algo
pedagógicamente obsoleto.
Lo
peor de las reválidas no es que impongan un sistema de evaluación
puntual, aunque todo el mundo sepa que la evaluación continua es la
única que refleja realmente el progreso del alumnado y los objetivos
conseguidos.
Lo
peor de las reválidas no es que los chavales se jueguen todo su
futuro a una carta, aunque pueda ser que ese día se sientan mal,
estén nerviosos o, simplemente, se queden en blanco.
Lo
peor de las reválidas no es que los estudiantes no reciban el título
de Secundaria o Bachillerato si no la aprueban, aunque hayan
superado el curso perfectamente y, por lo tanto, hayan demostrado sus
conocimientos más que de sobra.
Lo
peor de las reválidas no es que trasladen la mentalidad de la PAEG
(última denominación de la selectividad) a todas las etapas del
sistema educativo, aunque ello suponga convertir a maestros y
profesores en entrenadores, más preocupados en adiestrar para la
superación de una prueba que en formar personas.
Lo
peor de las reválidas no es que se perpetrasen con “veraneidad”
y alevosía mediante un Real
Decreto publicado el 30 de julio, aunque eso signifique que los
centros han empezado el curso sin tener ni idea de qué contenidos
van a abarcar esas pruebas y en qué van a consistir exactamente, con
lo cual toda la comunidad educativa vive en una incertidumbre
desesperante.
No,
lo peor de las reválidas no es nada de lo anteriormente mencionado,
por muy antipedagógico o desconcertante que pueda resultar. Lo peor
es que en esa carrera de obstáculos en que se ha convertido el
sistema educativo, unos, los más ricos, tendrán todo tipo de apoyos
extraescolares (academias, profesores particulares, acceso a recursos
bibliográficos, informáticos, etc.), y otros, los más pobres,
deberán afrontar la superación de esas pruebas decisivas con lo
puesto, porque en los centros públicos con los recortes, la
disminución de las plantillas y la masificación
en las aulas no se puede hacer más. Eso es lo peor de las
reválidas: que profundizan las desigualdades, segregan al alumnado y
obstaculizan la movilidad social de los más desfavorecidos. De
nuevo, así de crudo es todo.
Y
frente a ello nos encontramos, básicamente, dos actitudes. Por un
lado, tenemos a una inmensa mayoría del profesorado, perdida en un
laberinto kafkiano de estándares y rúbricas, que se dedica a
lamentarse en los corrillos y a lloriquear por las esquinas, sin
mover ni un dedo por cambiar la situación. Por otro,
afortunadamente, vemos a los alumnos y alumnas movilizados, tomando
las aulas y las calles para decir no a la LOMCE, no a las reválidas
y no a los recortes. Como es bien sabido, las organizaciones
estudiantiles han convocado, para el próximo miércoles
26 de octubre, una huelga que nosotros aplaudimos y apoyamos con
todas nuestras fuerzas. No cabe duda de que, en esta ocasión, el
alumnado ha dado una lección de dignidad a sus profesores.
Además
de la jornada de huelga, hay una concentración
a las 11:30 en la puerta de la Delegación de Educación. Y por
la tarde, la Plataforma Regional por la Escuela Pública ha convocado
otra
a las 19:00 en el Altozano.
Cuánta razón!
ResponderEliminarCuánta razón!
ResponderEliminarPerdon pero yo he dejado parte de mi sueldo en decir no a la lomce, mucho antes de que se implantará porque todo lo que está pasando ahora lo veíamos venir sin el apoyo de la sociedad o ya no nos acordamos de las mareas verdes de las camisetas verdes ahora de que nos lamentamos? de que?
ResponderEliminarPerdon pero yo he dejado parte de mi sueldo en decir no a la lomce, mucho antes de que se implantará porque todo lo que está pasando ahora lo veíamos venir sin el apoyo de la sociedad o ya no nos acordamos de las mareas verdes de las camisetas verdes ahora de que nos lamentamos? de que?
ResponderEliminarExacto Teresa. Toda la legitimidad al texto y mis felicitaciones por la claridad. Pero el mismo cae en el graso error de enfrentarse al profesorado que lucha y ha luchado siempre por el alumnado (los que no luchan no son profesores, son funcionarios de marca blanca). El enemigo es el estado dictador en el que vivimos. Se olvidan de que los profesores también llevan años y años siendo victimas del mismo sistema. No os dejéis engañar y despistar y adelante con fuerza. Luchando todas las generaciones juntos. Y sin partidos que ejerzan de padre que ya os digo que todos.buscan solo su bienestar y su sillón. Todos parte de este apestoso sistema
ResponderEliminarMuchos profesores hemos participado en las mareas verdes. La implicación de los estudiantes contra la LOMCE es la misma que la del resto de la sociedad frente a otras barbaridades que decretan los gobiernos. Casi nula. Ya veremos cuántos estudiantes participan realmente en las manifestaciones y cuántos se quedan en casa, felices de perder un día de clase. ¡Que se lo digan a los representantes de alumnos, que no consiguen que sus compañeros se interesen por el tema! La LOMCE no es la solución pero el sistema educativo heredado de la LOGSE y de una sociedad que no valora realmente la educación es un fiasco.
ResponderEliminarPensemos en que hay esperanza en esa juventud critica y comprometida.
ResponderEliminarMás de 800 euros me habrán costado las huelgas, manifestaciones a más de 100 km de distancia y charlas a padres para explicar el sinsentido de la lomce. Pero entonces estaba la revalida muy lejos e interesaba vender más la idea de que los vagos de los profesores solo protestaban por la bajada de sueldo. Ahora son los demás los que se lamentan. Disfruten de lo votado
ResponderEliminar