En
la última semana el PSOE está viviendo una de las mayores crisis de
su historia, es un capítulo más para seguir con el viraje a la
derecha, con el agravante del ruido de navajas por la lucha de poder
en la sede de la calle Ferraz. La deriva del PSOE hacia la derecha no
es una cosa reciente, viene de lejos. Todo empezó en el Congreso
de Suresnes
con la falsa espantada del macho alfa, de Felipe González, para
luego agravarse en la etapa final de su gobierno de la nación. En
los últimos años se ha agudizado la derechización con episodios
como la reforma laboral, el recorte
social de Zapatero en mayo del 2010
o la reforma express de la Constitución Española, en el verano de
2011, por la que el pago de la deuda a los insaciables acreedores
está por encima de los derechos básicos de la ciudadanía. Fueron
hechos difíciles de olvidar para algunos históricos socialistas,
que se han mordido la lengua una y otra vez por la tremenda traición
de algunos dirigentes a las convicciones
y valores de la izquierda.
Los
dinosaurios, antiguallas, barones territoriales bonistas, lideresa
del sur,... encabezados
por Felipe González,
con el apoyo de casi todos los medios de intoxicación - perdón, de
comunicación-, quieren otra dirección política del PSOE, más
próxima a los intereses del IBEX35, por lo que han iniciado una
rebelión contra Pedro Sánchez
que está abriendo en canal a este histórico partido. Se está
poniendo de manifiesto que la deslealtad es un valor en alza,
preparando el terreno a un nuevo gobierno del PP. La intención es
que se perpetúe este caduco sistema, que no cambie nada el viciado
bipartidismo, que siga gobernando el capo de la corrupción con la
complicidad de un partido socialista, que estaba al borde del abismo
y que ahora está dando un paso hacia delante.
Lo
más triste es que el PSOE es capaz de luchar más por echar a su
secretario general, que por echar a Rajoy de la Presidencia del
Gobierno. Están intentando dar un
golpe de estado en toda regla,
cargarse a Pedro Sánchez, eliminar el lastre que impide avanzar a
los intereses de la oligarquía económica que, queramos o no, son
los que mueven los hilos de todo. No quiere este grupo de iluminados
“críticos” que se intente un
gobierno alternativo
de progreso, no se desea que Unidos Podemos sea parte de la solución,
hay mucho miedo al cambio y que se pueda mirar debajo de las
alfombras.
Algunos
y algunas, falsos socialistas, ya se han quitado las máscaras de
falsa izquierda, deberían desaparecer del mapa político o
reformularse en un partido neoliberal de centro-derecha. Es de un
cinismo sin límites encabezar la operación para derribar a Sánchez,
dividir en dos el PSOE y luego ofrecerse a “coser”
el destrozo.
Los
militantes que estaban ayer, desde primera hora de la mañana, en las
puertas de la sede pesoista manifestando su indignación por esta
traición, por este golpe, mayoritariamente defendiendo el “no es
no” de Sánchez, coreaban
algunas consignas
cuando llegaban algunos miembros “críticos” del Comité Federal,
incluso les indicaban que se podían haber equivocado de calle al
decirles “¡esta no es la sede del PP!”. Algo que muchos
deberían hacerse ver, pues lo mismo es cierto y han confundido la
calle Ferraz por la calle Génova.
Al
final en la sede nacional del PSOE con los cristales tintados, en la
reunión caótica de su Comité Federal con más recesos que debates,
después de unas horas muy tensas e intensas, con intentos de
agresión incluídos, se ha perpetrado la siega de la hierba a
los pies de Pedro Sánchez,
que ha dimitido después de perder la votación sobre dar la voz a la
militancia en unas primarias y celebrar un Congreso Extraordinario de
forma inminente. Han ganado los “críticos”, la derecha
socialista, por lo que el gobierno de Rajoy está mucho más cerca.
El PSOE queda roto, partido en dos con demasiadas heridas abiertas.
La nueva gestora empezará a dar sus pasos en las próximas horas. Al
final ni siquiera hizo falta el sorpasso de Podemos para que el PSOE
se fuera a tomar viento, ellos solos se han metido en un
pozo de difícil salida.
Se abren muchos interrogantes de futuro y pronto se despejarán:
¿refundación?, ¿via libre al Pasok español?,...
Los
verdaderos socialistas no pueden quedar huérfanos, se merecen tener
un referente, un partido de izquierdas que defienda sus principios.
Esto hace ya bastante tiempo que se veía venir y se confimó en la 2ª legislatura de Zapatero.--
ResponderEliminarEl que se mueve no sale en la foto.
ResponderEliminarEsta todo atado y bien atado.
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