Como
todo el mundo sabe, María Dolores (de) Cospedal, también conocida
como Nuestra Señora de los Recortes, también llamada Doña
Finiquito, fue nombrada hace unos meses ministra de Guerra (perdón,
de Defensa) por Mariano Rajoy, también conocido como don Tancredo,
también llamado el Presidente del Plasma. En el acto de toma de
posesión, la lideresa albaceteña afirmó que ejercería su
responsabilidad “con
la ayuda de Dios”. De momento, ya ha dicho que va a
aumentar
un 30% el presupuesto para pagar a la industria
armamentística. También ha quedado claro que España seguirá
vendiendo material bélico a países como Arabia Saudí, que no es
precisamente un modelo de respeto a los derechos humanos. A veces da
la impresión de que el Dios de la gente como Cospedal y el de los
fundamentalistas islámicos son primos hermanos.
La
verdad es que aquí en Castilla-La Mancha sabemos muy bien lo que es
capaz de hacer Cospedal con la ayuda de Dios.
Con
la ayuda de Dios recortó
el presupuesto de educación en un 31’5%, expulsó
de los centros educativos públicos a 5300 profesores, cerró 65
escuelas rurales, acabó de un plumazo con la gratuidad de libros de
texto y favoreció en cuanto pudo a la enseñanza privada.
Con
la ayuda de Dios recortó
el presupuesto de sanidad en casi 2000 millones de
euros, despidió a 2781 profesionales del personal sanitario,
suprimió 668 camas, intentó cerrar los servicios de urgencias en 21
municipios rurales y no llegó a malvender unos cuantos hospitales
públicos porque la movilización ciudadana se lo impidió.
Con
la ayuda de Dios recortó
el presupuesto dedicado a los Servicios Sociales en
1500 millones de euros, dejándolo prácticamente en la mitad
respecto al de 2011, con lo cual quedaron sin trabajo unos 25000
trabajadores y sin la necesaria atención cientos de miles de
personas y familias. Por todo ese cúmulo de méritos, por “su
insensibilidad” y “su obsesión por desmontar políticas
sociales”, la Asociación Estatal de Directores y Gerentes en
Servicios Sociales le concedió en 2014 el premio
Corazón de Piedra.
Con
la ayuda de Dios recortó
el presupuesto de cooperación al desarrollo ¡¡en un
95%!!, jibarizándolo hasta el 0,004% del total. Castilla-La Mancha
se convirtió en uno de los territorios más insolidarios del mundo.
Con
la ayuda de Dios recortó
un 30% el presupuesto destinado a cultura. Las
bibliotecas se quedaron prácticamente sin fondos para adquirir
novedades y se cerraron 42 centros. A cambio, la Junta de Comunidades
organizó en Albacete el I
Congreso Internacional de Tauromaquia, cuyo coste
nunca se hizo público, aunque sí sabemos que sólo la televisión
regional gastaba 900.000 euros anuales en retransmisión de corridas
de toros.
Con
la ayuda de Dios aprobó una Ley
de Caza que hizo de las salidas al campo una actividad
de alto riesgo y convirtió la región en un gigantesco coto donde se
podía disparar a cualquier bicho viviente, incluyendo perros, gatos
y demás animales domésticos.
Con
la ayuda de Dios apoyó entusiásticamente la instalación del ATC en
Villar de Cañas, cuya construcción, según denuncia la Plataforma
contra el Cementerio Nuclear en Cuenca, ha sido adjudicada
por Enresa en un 67% a Iberinco, una empresa de la que
curiosamente es consejero un tal Ignacio López del Hierro, a la
sazón maridísimo de la flamante ministra.
Y es
que hay que ver cómo Dios le ha echado un cable a este señor, no
sabemos si en diferido o en forma de simulación. Pero el caso es
que, según informan los medios, durante los años que gobernó
Cospedal en Castilla-La Mancha su empresa Hilo
de Inversiones multiplicó sus beneficios por 19. A lo
que habría que añadir, entre otros conceptos, los 7000
pavos mensuales que le ha venido pagando Liberbank,
conglomerado bancario al que fue a parar Caja Castilla-La Mancha, por
“trabajos” de asesoramiento inmobiliario. En estos últimos días,
toda esa madeja de intereses más o menos oscuros se ha enredado aún
más porque la
policía judicial ha vinculado a López del Hierro con el caso Pujol…
En
fin, que nadie se puede extrañar de que, mientras exista el Dios de
Cospedal, en nuestro país aumente
imparablemente el número de ateos.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarEste Dios, ¿No se conoce con el nombre de Mariano?
EliminarEs que leer esto hace que te salga urticaria,pero hay que leerlo,saberlo,compartirlo y hasta gritarlo...
ResponderEliminarEs muy fuerte!!!