domingo, 22 de enero de 2017

LA JUSTICIA NOS ARRUINA


Había una vez un lejano país en el que Rodrigo Ratón Morgan y su banda se habían especializado en el robo a gran escala. Pero al igual que la banda amiga, Marian and Robers, jugaba a dos barajas: ocasionalmente daban grandes golpes, pero su pan de cada día lo ganaban estafando a miles de pequeñas víctimas.
Luego, R. R. y M. R. y sus secuaces, como casi todas las bandas mafiosas, invertían parte las ganancias procedentes del robo en negocios legales: blanqueaban su dinero comprando acciones de bancos, comprando acciones de grandes empresas industriales o de eléctricas y petroleras, terrenos urbanizables, factorías en países que explotan a sus trabajadores... y así hasta el infinito (puntualización: para ellos el infinito no existía… porque el mundo terminaba geográficamente en los paraísos fiscales y temporalmente en los plazos de la amnistía fiscal de Hacienda).
De tal forma contribuían a la riqueza de aquel país… bueno, más que de todo el país del gran capitalismo con banderita de aquel país en la correa del reloj y con sede fiscal en otro país fiscalmente distante. Sus fondos, obtenidos ilícitamente, quedaban así entrelazados con la riqueza nacional.
Pero un día unos jueces que cumplían con su trabajo atendieron las demandas de unos ciudadanos vejados por los mafiosos. Esos jueces dictaminaron que aquellas bandas habían cometido irregularidades y delitos… y que debían pagar por ello y devolver el dinero a aquellos a quienes habían vilmente estafado. No pasó mucho tiempo hasta que alguien puso el grito en el cielo: si las bandas tenían que devolver el dinero robado… ¿qué pasaría con la economía del país? ¿No se hundirían las empresas eléctricas, las fábricas, las inmobiliarias, los fondos de pensiones y las aseguradoras en las que los mafiosos habían invertido sus ganancias? ¿No llevaría la Justica, con mayúsculas, al país a la ruina solo por el capricho de que los delincuentes pagaran por sus delitos? Hubo, incluso, quien escribió que los jueces habían declarado la guerra a la banca. ¿Sería alguien a sueldo de los delincuentes?
De la misma forma en otro cercano país, llamado España, la Banca se ha dedicado a expoliar a todos los ciudadanos, con el beneplácito del poder político y la complicidad de los poderes económicos: así, comenzaron por desahuciar a ciudadanos y dejarlos tirados en la calle durante la crisis que ellos habían provocado; así, engañaron a sus clientes con las cláusulas suelo de las hipotecas; así, les cargaron los gastos hipotecarios que debían compartir, y les cobraron comisiones sin cuento… esas y mil fechorías más con total impunidad gracias a sus buenas relaciones.
Porque estas corporaciones bancarias guardan una íntima amistad con las compañías de electricidad y gas… y con el poder político. En realidad, son todo lo mismo. ¿Quieren un ejemplo con nombre y apellidos? Allá va: Ángel Acebes, ministro del PP, vocal de Iberdrola, consejero de Caja Madrid, patrono de la FAES de Aznar. El mismo ex presidente Aznar es consejero de ENDESA, y el ex presidente Felipe González de Gas Natural… y así hasta el amargo infinito y más allá.
En los fríos días en los que el país tirita y los empobrecidos se congelan, las empresas de energía ganan y ganan y ganan subiendo el precio de productos básicos… y con ellas ganan y ganan y ganan los bancos… y con todos ganan sus consejos de administración.
Por eso hay que aplaudir la valentía de algunos jueces: siempre parecerá que han actuado tarde, que hace ya muchos años que en esta democracia los grandes pisotean y roban a los pequeños. Un caso ejemplar: el encarcelamiento de los directivos de Caixa Galicia. Con la Justicia por delante, que vengan muchos ejemplos más.

@CPuenteMaderaAB




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