Hoy
es 14 de Abril, se cumplen 86 años de la proclamación
de la II República española, una experiencia democrática
abruptamente interrumpida por el golpe franquista y a la que
siguieron casi cuatro décadas de dictadura y una más que
cuestionada transición, ya que fue una falsa y desleal transgresión
a los principios éticos y morales de lo que significa la verdadera
democracia. Una transición que provocó que las marcas del sistema
franquista perduraran y se enquistaran en ese modelo perverso que nos
vendieron como el único que garantizaría un “cambio
tranquilo” y que cada día se revela más como nuestra condena.
Fueron unos años, que todavía estamos sufriendo, de manejos para
dar a la dictadura y sus integrantes el marchamo de demócratas de
toda la vida, engañaron y maniobraron para que aceptáramos las
migajas de una falsa democracia que perpetuó los intereses de la
oligarquía, el silencio de los vencidos y la impunidad de los
asesinos.
Nadie
nos puede cuestionar que es imposible construir una democracia plena
sin
democratizar la jefatura del estado
y las altas esferas del país, para lo que resulta imprescindible
garantizar los derechos constitucionales. Ante un panorama
desolador de corrupción institucionalizada, de clientelismo, de
sumisión a los poderes fácticos, -económicos o eclesiales-, de un
poder judicial nostálgico, nada independiente,… que condena a la
democracia española a tener una bajísima calidad, hoy la
defensa de la república
está más vigente que nunca.
La
república es una forma de vida, es un régimen de participación
colectiva de mujeres y hombres, donde priman valores como la
libertad, la igualdad, la solidaridad, la defensa de lo público, la
laicidad, la austeridad, la responsabilidad, la justicia, la
tolerancia,… principios de un republicanismo
radical
al que debemos encaminar nuestra lucha diaria.
Hoy es 14 de abril y no olvidamos el drama de los republicanos que fueron vilmente asesinados, cuyos restos andan esparcidos por las cunetas de nuestros caminos o en nichos colectivos. Hoy somos conscientes de lo insostenible que resulta que en un rincón de la Europa, teóricamente democrático, pervivan impunes los integrantes de una dictadura fascista jamas condenada.
Es
tiempo de exigir, en este día de la república, que desaparezca para
siempre todo lo relacionado con la abyecta
dictadura,
y se podría empezar por el cierre de la
basílica del valle de Cuelgamuros –o de los caídos para la
terminología del régimen que la mandó construir-, un monumento
franquista que ensalza
y glorifica a su inspirador.
Urge que desaparezca este
gigantesco mausoleo en honor del genocida Francisco Franco y del
dirigente falangista José Antonio Primo de Rivera,
un horrible lugar donde los cadáveres de sus miles de víctimas
están ocultos en los muros de este monumento fascista. El único
monumento de exaltación del fascismo que queda en Europa no puede
seguir en pie, es necesaria la
reparación para las víctimas del franquismo,
y que se retire la cruz porque no es una referencia del cristianismo
sino del poder franquista. Los restos de Franco y Primo de Rivera
deben se exhumados y depositados en los panteones privados que
determinen sus familiares; al mismo tiempo extraer los restos de los
más de 12000 combatientes republicanos que yacen en la cripta que
están sin identificar y entregárselos a sus allegados. Después
vendrá el gran dilema, ¿reconvertir Cuelgamuros en un espacio de
Memoria Democrática o simplemente realizar una demolición
controlada? ¿Ustedes qué piensan?
En
este 14 de abril expresamos nuestro reconocimiento a todos los
españoles y españolas que lucharon por la libertad y la igualdad,
que dieron
su vida por la república. Ya es hora de la verdad, de la
justicia y de la reparación.
¡A
por la tercera! ¡Viva la república!
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