domingo, 9 de abril de 2017

REIVINDICACIÓN DEL PCE

Cuentan que, el día en que Santiago Carrillo salió por primera vez en la televisión como si tal cosa, un conocido personajillo de Albacete no pudo contenerse, agarró la escopeta y le pegó un tiro a la pantalla. La anécdota, que está documentada, da idea de cómo estaban las cosas tras la muerte del tío Paco. Aún hoy, todo lo relativo al PCE y a sus líderes más conocidos suele despertar reacciones más viscerales que razonables, aunque ya nadie le dispare al plasma o estampe el iphone contra el suelo. Por ello mismo, y aprovechando que se celebra el 40º aniversario de su legalización, queremos exponer algunas de las razones para reivindicar la actualidad y la necesidad de un partido que siempre ha estado del lado del pueblo y que siempre ha luchado por que en España hubiese democracia en su sentido más profundo.
El PCE estuvo con el pueblo y defendió la democracia cuando en febrero de 1936 se sumó a otras fuerzas progresistas en el Frente Popular para derrotar a una derecha, la CEDA, que desde su fundación venía coqueteando con el nazismo y había contribuido a desmantelar todas las reformas que habían llevado un mínimo de esperanza a los sectores más desfavorecidos. En esa época fue diputada Dolores Ibárruri, la Pasionaria, que en El único camino, su autobiografía, cuenta cómo estando en el Congreso se enteró de que iban a echar de su casa a una familia de trabajadores, se presentó allí al instante, se plantó “en jarras” delante de la policía y detuvo el desahucio. Y ahora nos creemos que hemos descubierto la pólvora…
El PCE estuvo con el pueblo y defendió la democracia cuando, una vez estallada la Guerra Civil, se convirtió en la columna vertebral que sostuvo la República hasta los últimos momentos, mientras otros salían corriendo o la traicionaban intentando negociar la paz con militares sanguinarios que sólo reclamaban venganza.
El PCE estuvo con el pueblo y defendió la democracia cuando sus militantes se jugaron el tipo enrolándose en el maquis, infiltrándose en los sindicatos verticales, dinamizando el movimiento estudiantil, difundiendo propaganda clandestina, auxiliando a los presos y presas políticos, generando redes de solidaridad en barrios y fábricas… Esa gente fue la que realmente trajo la democracia a España, por mucho que nos hayan querido vender la moto de que todo fue cosa del rey y unos cuantos políticos majetes.
Aunque sabemos que su papel en la Transición está siendo revisado, el PCE también estuvo con el pueblo y defendió la democracia en la Transición, porque no podemos olvidar la gravedad de aquel momento y, sobre todo, la amenaza inminente de involución. En cualquier caso, quienes estaban allí y se vieron entre la espada (de los militares) y la pared (de la monarquía y su entorno) no fuimos nosotros, los de ahora, sino aquellos y aquellas que habían sido perseguidos, apresados y torturados por la dictadura. De modo que su decisión por lo menos merece un respeto.
Y hoy, aunque no aparezca en los medios, quizá porque no interesa, la gente del PCE sigue junto al pueblo, comprometida con las Mareas, las plataformas antidesahucios, los movimientos vecinales, la acción sindical… Y sigue luchando, en el seno de Izquierda Unida, por una democracia real, es decir, por la III República y por el socialismo. El pueblo no es realmente soberano si no detenta la soberanía sobre los sectores económicos estratégicos. Por eso reivindicamos, hoy más que nunca, al PCE y a IU. Porque necesitamos a gente que se comprometa más allá de un click en una web o una red social. Y porque si nos tragamos la trola de que el capitalismo es compatible con la democracia, nos habrán vuelto a engañar como a niños.
De modo que… ¡feliz aniversario a los amigos y amigas del PCE! Esperamos veros en las calles, las plazas y las instituciones construyendo poder popular, confluyendo con otras fuerzas políticas y sociales, como habéis hecho tantas veces, y mirando al futuro con la misma cordialidad y generosidad que reivindicó Marcos Ana:

Mi casa y mi corazón

nunca cerrados: que pasen

los pájaros, los amigos,

el sol y el aire.







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