*Una
colaboración de JUAN CARLOS MUÑOZ RIESCO
para Colectivo Puente Madera
Viendo
cómo determinados sectores autodenominados apolíticos están
reaccionando ante la no aprobación de Podemos de los presupuestos
del PSOE y su repercusión en los Servicios Sociales de Castilla-La
Mancha, se me ocurren una serie de reflexiones que no quiero que
queden en el ámbito de lo personal, como hacen ellos.
Antes
de nada: el “ahora contigo y después sin ti” de Podemos, que lo
explique Podemos. Ellos verán.
No
me sorprende que quienes sólo levantan la bandera de los recortes en
los Servicios Sociales y fijan el comienzo del desmantelamiento del
Sistema Público de Servicios Sociales en la llegada de Cospedal al
poder regional sólo protesten contra el PP, pero los recortes
comenzaron mucho antes y el desmantelamiento también.
Hay
quienes dicen no ser políticos desde un puesto de responsabilidad en
la Junta de esos que se ocupan por ser “de confianza” del
responsable político de turno. Pero ellos se consideran técnicos
sin más. Por supuesto, aún no he encontrado a casi nadie que
directamente admita que está allí porque asume a pies juntillas la
política del partido político en el poder en ese momento; así
pueden criticar a quienes les apadrinan cuando hablan con los demás,
pero mantener el puesto porque como bien mandados, cumplen a la
perfección su tarea de cortafuegos, aplicando sin dudar cada
directriz venida de Toledo. Lo de dimitir por verse obligados a hacer
algo que vaya en contra de sus principios lo dejamos para una
historia de ciencia ficción.
Otros,
dirigentes de colegios profesionales, asociaciones profesionales y
ONGs, se jactan de no tener carné de ningún partido político.
Subidos en sus atalayas en las que se sienten expertos dirigentes
(pero no políticos), lamen sin rubor las manos de quienes les
subvencionan, acuden a todas las convocatorias donde haya prensa y
palmaditas en la espalda y venden sus apariciones como algo
altruista, ya que ninguno de ellos es del PSOE, por supuesto, aunque
lo defiendan directa e indirectamente siempre que se les necesite.
Unos
y otros lanzan sus lamentos por todas esas pobres personas y familias
a las que ellos conocen y tratan a diario y que no van a poder llegar
a disfrutar (según ellos) de las maravillas de los presupuestos del
PSOE este año. Todo con la experiencia de quienes llevan muchos años
haciendo trabajo de base y saben mejor que nadie cómo está la gente
y lo que necesitan. Olvidan estos prepotentes demagogos que no son
ellos los únicos que trabajan en los Servicios Sociales y que el
conocimiento o no de cómo están las personas y familias o lo que
necesitan no está en unos cuantos iluminados, si no en esa misma
gente a la que de manera bastante déspota (más o menos ilustrada)
les dicen lo que deben hacer, incluido lo de protestar contra el PP,
ya que los suyos lo hacen muy bien.
Todos
estos defienden al mismo partido que modificó, junto al PP, el
artículo 135 de la Constitución para priorizar los intereses de los
bancos sobre los de las personas. Pequeño detalle que haría
aparecer en los presupuestos mucho más dinero para esas cosas que
quieren.
No
protestan contra un sistema que no soluciona los problemas, si no que
se basa en el pan para hoy asistencial y olvida que mañana sólo
habrá más hambre. Esta élite que se autoproclaman expertos y
únicos moralmente capaces de opinar sobre los problemas sociales,
reclaman mejoras en las ayudas económicas limosneras que desde los
tiempos de Bono tan buenos resultados electorales han reportado para
el partido que los ha puesto en el sitio que ocupan para no hacer
política. Olvidan que son tan responsables como los políticos de
carné de las políticas sociales. La Ley de Servicios Sociales de
Barreda que ellos idearon es algo intocable y perfecto: tanto que
Cospedal pudo acelerar brutalmente el ritmo del desmantelamiento sin
despeinarse. Esa Ley que han venido a desarrollar y aplicar se basa
en la iniciativa privada como nunca, abre las puertas al mecenazgo en
Servicios Sociales y no garantiza figuras profesionales, entre otros
grandes avances. Sólo eso es para mandarla lejos. Pero nos la
tragaremos igual que el hecho de llamar “público” a todo lo que
se paga con el dinero de todos; es decir, que los negocios privados
de tantas empresas más o menos disfrazadas de ONGs están dentro del
Sistema Público de Servicios Sociales porque se paga con dinero
público y hay un convenio por medio en el que la Administración
competente se quita la responsabilidad de atender una necesidad a
base de pagar a un privado para que lo haga. Todo un avance de lo
público.
Es
la gente que en poco tiempo ha conseguido que la marea naranja sea un
recuerdo y ahora no tenga ni el más mínimo oleaje. Justo desde que
está su partido mandando. Quizá tenga algo que ver que cuando
empezaron las movilizaciones (PSOE en el poder), se crearon las
asociaciones profesionales y se convocaron las primeras
movilizaciones y manifestaciones ellos jamás dieron la cara. Nunca
dieron la cara porque defienden otra cosa. Su cosa. Y esperaron el
momento y la infraestructura que sus mentores pusieron a su
disposición para asaltar el poder en aquellas movilizaciones y
controlarlas para transformarlas en algo contra el PP y desactivarlas
convenientemente cuando el PP desapareciera del poder regional. Ese
trabajo de fontanería política tan bien hecho suele estar también
muy bien pagado y reconocido. Esa es su pelea altruista y su
demagogia utilizando las necesidades de la gente.
No
esperemos de ellos que pretendan cambiar el sistema. Que denuncien de
manera radical el origen de las desigualdades y los problemas
sociales de los que tanto saben. Nunca irán contra el capitalismo
que llaman light o salvaje dependiendo de a cuanta gente deja
excluida, olvidando que es esta forma de organización de la sociedad
la que genera toda la desigualdad y la injusticia social que tienen
delante de sus narices. Pidamos pan para hoy, que el hambre de mañana
ya lo justificaremos.
* Una
colaboración para Colectivo Puente Madera de
Juan
Carlos Muñoz Riesco
Trabajador
Social
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