El
insólito hecho de unas primarias en el PP, bien merece un repaso.
Todo comenzó, como no podía ser de otra manera, con un gigantesco
fraude: el número
de afiliados. A Rajoy, entre otros muchos, le llegó a doler la
boca de insistir en lo grande que era el PP y las grandes bases de
que disponía. De cientos y cientos de miles supuestos, se han
inscrito para realmente participar en lo más importante que ha
pasado en el partido en años, apenas 66.706,
lo que supone el 7,67% del total de afiliados. Para entendernos: los
cargos, algún primo y algún que otro cuñao colocado.
Luego
llegó lo que venían ser unas
primarias, donde los afiliados votan por sus preferencias. La
ganadora
Soraya Saez de Santa María (A), perdedor B el señor Casado,
perdedora C Cospedal y luego perdedores D, E y F. Ahí, al no obtener
nadie el 50% se da paso a una segunda fase, a elegir entre dos, y
donde como era lógico en el PP, el concepto clásico de Primarias se
hace estallar y al final no se decidiría de forma directa sino a
través de unos compromisarios (que viene de compromiso).
Con
todo lo que el PP había largado, especialmente Casado y Cospedal, de
que debía gobernar quien más votos saque y no entrar en “pactos
de perdedores” (siglas PP), había esperanzas de que se
respetase a Soraya. Pero no, en el PP, gobernará
el perdedor B, perdedor que seguramente sea el candidato para
gobernar España en su día. ¿El resto de responsables? Bueno, pues
serán aquellos y aquellas que señalen los dedos de los perdedores
B, C, C, C, C, C, C, C, D, E y F; porque lo que es claro es que ni a
la ganadora A ni a su gente se les va a dar agua.
En
algunos sitios, solo deseamos “lo mejor” para la perdedora C, y
que sus nuevas responsabilidades la mantengan lejos de Castilla-La
Mancha.
A
todo esto, cabe decir que el Perdedor B, finamente victorioso
presidente, está siendo investigado por indicios
de delito. Lo mismo Soraya cae ahora en la cuenta de que, más
que demostrada cierta tendencia cleptomaniaca en los votantes del PP,
debería haber hecho público algún desliz, alguna deshonestidad…
¡quién sabe! ¡Qué tiempos aquellos en los que los conservadores
gritaban que la trama Gürtel es una conspiración
contra el PP!
Y
ahora nos queda lo que nos queda: el regreso de la
FAES de Aznar. Nunca pienses que la caspa se va con el viento:
vuelve a salir y el champú no acaba con ella. La ola de
ultraderechismo con posibilidad de gobernar que recorre algunos
países de Europa, es preocupante, y en España tener a dos partidos
y responsables
gemelos compitiendo por ello, es algo inédito.
O
en la izquierda vamos espabilando, o lo que se avecina va a ser muy
(más) duro: los dos años que el PSOE
ha regalado al partido de la cleptocracia, son una importante
rémora.
La
sociedad se mueve. Bases socialistas, que con mucha frecuencia es
decir bases de izquierda, andan trabajando en la calle por los
derechos, y sus responsables deberían de tomar nota del camino que
les indican. Jóvenes comunistas que se la lían a la mayor empresa
del mundo y al hombre más rico del universo, y consiguen parar
Amazon,
ecologistas que van ganando batallas y lo que es más importante,
abriendo los ojos de la gente, feministas que hacen ver, ¡al fin!
que es el feminismo quien ha conseguido los derechos que hoy tiene la
mujer, y sigue habiendo tajo; pensionistas, desahuciados,
trabajadores y trabajadoras en general, … etc., andan en la calle
exigiendo lo que se les está robando día tras día.
Podemos
seguir mirándonos el ombligo mientras Casados y Riveras acaban con
la sanidad,
la educación, las libertades… y entregan todo a los poderosos;
pero sinceramente, no nos parece muy buena opción.
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