Ruido. Demasiado ruido nos rodea.
Como dice la canción de Ismael Serrano, “… ruido de patriotas
que se envuelven en sus banderas, confunden la patria con la sordidez
de sus cavernas,… ruido de inquisidores, nos hablan de libertades…”
Sería muy fácil entrar en su juego, pero debemos esperar a que pase
la tormenta de cacerolas, bocinas y provocaciones para salir a las
calles en masa a defender los derechos civiles y sociales, contra el
fascismo de nuevo cuño, contra los abusos de las élites; el
esfuerzo de tantas y tantas buenas gentes no puede quedar aparcado o
en el olvido. Llegará ese día, no tenemos la menor duda, pero
ahora, en estas fases de desescalada no nos queda más que apretar
los dientes y aplicar la mejor medicina que es la de la
responsabilidad.
Frente a la mentira, el odio y la
discriminación, nosotros podemos neutralizarlos con educación,
cultura, inclusión y humildad. Tenemos que concienciarnos y hacer
pedagogía con la juventud, con el futuro de nuestro país,
argumentando que lo irrenunciable es la convivencia, que nos quieren
arrebatar, y salvar la democracia. Esa es nuestra responsabilidad.
En la pandemia del Covid19, tampoco
olvidaremos que, cuando más gente moría y todas las manos para
ayudar eran pocas, la oposición solo pensó desde el primer día en
utilizarla para tumbar al Gobierno. Esto no es responsabilidad, es
una auténtica e inmoral insensatez. Habrá memoria.
Claro que seguiremos haciendo frente
a la intolerancia y al fascismo, protegiéndonos con mascarillas
llenas de solidaridad y optimismo, así su odio no nos llegará.
Practicaremos la distancia social y nos alejaremos todo lo que
podamos de estos provocadores, y utilizaremos la mejor solución
hidroalcohólica disponible que no es otra que una buena higiene
mental para que sus mentiras no nos puedan afectar.
Es momento de apelar a la
responsabilidad individual y colectiva en todos los ámbitos, por
ello debemos exigir al Gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos
mayor cohesión, unidad y diálogo entre los partidos que lo
integran, y después con el resto de los que apoyaron la investidura.
Cuanto más resista el gobierno, más vendrán a menos los
torquemadas anacrónicos. Resulta fundamental y responsable que este
Gobierno agote al máximo la legislatura, para implementar todas las
medidas previstas en el escudo social que va a proteger a la mayoría
de la ciudadanía de este país.
En el plano internacional, si algo
han aprendido de esta pandemia sus dirigentes y los organismos
transnacionales, también debe imperar la responsabilidad y dar un
vuelco a la economía global, porque la competencia de todos contra
todos y el exclusivo lucro privado de unos pocos no podrán salvar a
la humanidad de su autodestrucción, de virus agresivos, del cambio
climático, del hambre, de la guerra,… Deben ser sensatos,
implementar políticas sociales y económicas para que los recursos
del planeta se utilicen para el beneficio de todos, y no de un puñado
de parásitos multimillonarios, aprovechando el momento para la
abolición de esta anarquía capitalista que nos lleva de pesadilla
en pesadilla. De una vez por todas, ha llegado el momento de una
mayor integración europea, con las instituciones financieras y
políticas trabajando en el mismo sentido, poniendo en el centro de
sus decisiones a las personas, ayudando urgentemente a las más
desfavorecidas y vulnerables, coordinando esfuerzos en todos los
países para construir sistemas públicos de salud bien dotados de
recursos humanos, materiales y de investigación. La responsabilidad
de los líderes mundiales en estos momentos resulta imprescindible,
conteniendo el enfrentamiento geopolítico de las grandes potencias,
transformando esa competencia sin límites por una verdadera
cooperación, sus decisiones deben ir encaminadas a que se realicen
más y mejores políticas públicas que lleve a una menor desigualdad
en nuestro planeta.
Para finalizar, volvamos al
principio de este artículo, y seamos responsables. Ante el auge del
virus del odio y del la intolerancia apliquemos la vacuna de nuestra
sonrisa y nuestra inclusión. Responsabilidad, mucha responsabilidad.
Avancemos todos juntos. Nadie debe
quedar atrás ¡Salud!
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