(Imagen
de Juan Ramón Mora)
En
plena vorágine del inicio de la campaña de vacunación contra la
COVID-19, queremos romper una lanza a favor de las vacunas, pues son
una de las herramientas preventivas más importantes de la historia
de la humanidad, ya que salvan vidas evitando enfermedades y sus
complicaciones. Las vacunas frente a la COVID-19 aprobadas por las
Agencias Reguladoras de Medicamentos cumplen con las características
fundamentales que permiten su aplicación a la población. Estamos
convencidos que dichas agencias trabajan con rigor y responsabilidad,
para asegurar que todos los medicamentos o productos sanitarios
cumplan con los estándares de calidad, seguridad y eficacia. Creemos
que la rapidez en el desarrollo de las vacunas anticovid no
compromete dicha seguridad. Los avances han sido posibles gracias a
la priorización del esfuerzo y el trabajo conjunto de todos los
implicados: científicos, administraciones públicas, agencias
reguladoras y fabricantes de vacunas.
El
dato está ahí, el 90% de la población no ha pasado la COVID-19,
por lo que aún hay muchas personas susceptibles de infectarse, y por
ello las vacunas son necesarias para protegernos. Es irrefutable que
la vacunación protege a la persona vacunada y también,
indirectamente, al resto de la población. Cuantas más personas se
vacunen, menor probabilidad habrá de que la ciudadanía más
vulnerable contacte con el virus. Vacunarse
es un acto solidario y responsable, además de una acción individual
que resolverá un problema global. Solo venceremos al virus si
apostamos por la perspectiva comunitaria. La vacunación es una gran
inversión en salud que dará un respiro al sistema sanitario,
conteniendo el gasto tan necesario como importante, que ha supuesto
esta pandemia. Las vacunas ayudarán a mejorar la asistencia de otras
enfermedades agudas y crónicas, es decir, minimizarán los efectos
indirectos de la COVID-19. La vacunación de todas las poblaciones
frente a la COVID-19 es el camino más rápido para poner fin a la
pandemia.
Pero
ante este panorama, no es que haya que vacunar los festivos, hay que
hacerlo las 24 horas del día, los 7 días de la semana. La
emergencia sanitaria lo requiere. Pero para eso hay que pagar a
sanitarios, tener refrigerantes,… y no tirar el dinero en banderas
y otras cuestiones menores. Hablamos de vidas.
Y
qué decir de los antivacunas y sus bulos que consciente e
inconscientemente se difunden día a día por las redes sociales, con
el apoyo de muchos descerebrados de la ultraderecha. El rechazar las
vacunas es una amenaza para la salud mundial, tal y como ha advertido
la OMS en varios de sus informes, pero el problema no está en una
sana desconfianza a la industria farmacéutica, a las vacunas y sus
efectos secundarios, que los hay. El problema es que esa sana
desconfianza se está utilizando para generar rechazo frontal a la
vacuna. El único camino es la vacunación porque si no esta pandemia
puede durar años con todas las consecuencias que ya conocemos
sobradamente. A pesar de todo recomendamos no discutir con los
antivacunas. Resulta inútil. Se inventan los datos y enlazan
argumentos irracionales porque necesitan desesperadamente sentirse
superiores al común de los mortales. Lo mejor es recomendarles un
buen psicólogo.
Creemos
que la única solución es información, transparencia, transparencia
y más transparencia. Pero aun así, deberíamos reflexionar como
sociedad por qué se está cultivando la paradoja de que en plena
sociedad del conocimiento haya tanta gente considerando la ciencia
como una opción cuando es la única opción, a menos que queramos
caer en la irracionalidad.
Una
vacunación que debe ser voluntaria y sin ningún tipo de registro de
las personas que la rechazan. Comprobaremos que a medida que la gente
se vaya vacunando y vea que no pasa nada, aumentará el apoyo a la
vacunación y sus detractores irán disminuyendo. Hacer obligatoria
la vacuna contra la COVID-19 sólo alimentará teorías conspirativas
y recelo, sería contraproducente y crearía un problema donde no lo
hay.
Por
último, esperamos que los Magos de Oriente hayan sido generosos con
nuestros lectores, y a nuestra clase política les hayan regalado una
buena carga de racionalidad, generosidad y unión de esfuerzos para
combatir esta maldita pandemia…, nuestro futuro va en ello.
¡Salud!
@CPuenteMadera
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¿Barrera o vehículo para la propagación de la Covid-19?
ResponderEliminarGran vídeo divulgativo sobre las vacunas.
¡¡Imprescindible!!
https://youtu.be/s9qnNHijslE