domingo, 17 de enero de 2016

Ilusiones para después de Navidad


Nosotros somos como niños: ni los años ni los desengaños han podido arrebatarnos nuestra candidez, nuestra bendita ignorancia, nuestra ilusión, nuestra esperanza… recién pasada la navidad tenemos que confesar que nosotros, republicanos, a pesar de Manuela Carmena seguimos creyendo ingenuamente en los Reyes Magos y, sin mayor interés, hasta creemos en sus competidores Santa Claus y Papá CocaColaNoel.

De la misma forma que creemos en que los Reyes Magos entran por los balcones para traernos regalos, a pies juntillas nos creemos que… el mismo Rajoy que nos quitó derechos sociales con el PSOE es capaz de presidir un gobierno que blinde el estado de bienestar. ¡Faltaba más!

Al igual que con ilusión hemos dejado pan para que lo engullan los camellos, con ilusión nos tragamos que… las declaraciones que se cruzan Pedro Sánchez y Susana Díaz siempre se hacen por el bien del país, nunca por moverse los sillones entre ellos. ¡Por supuesto!

Estamos encantados con que los renos sobrevuelen nuestra ciudad… y también nos entusiasma saber que algunos líderes políticos son capaces de corregir lo que vota mal la gente y hacer que, aunque los ciudadanos voten a unos candidatos que se presentan por un partido, ese partido pueda después prestarles sus diputados y senadores a otros partidos que se presentan con otro programa absolutamente opuesto, y estamos encantados de que el mundo sea bonito y todos los diputados y senadores sean amiguitos y felices, y que un diputado anticapitalista pueda ser diputado de un partido burgués conservador, y que un senador de un partido nacional pueda convertirse en senador de un partido independentista… ¡Qué mágica es la democracia!

Tenemos la certeza de que los Reyes Magos saben cómo se recompone la ventana tras desmontarla, la misma certeza que tenemos sobre que… Rivera puede seguir aspirando a ser presidente de un gobierno de concentración nacional aunque salte de una metedura de pata a otra y quiera esconderse en la indefinición.  ¿Quién puede dudarlo?

Con una sonrisa y cerrando los ojos hemos escuchado cómo los Reyes Magos trajinaban en el salón, y con sonrisa asentimos cuando escuchamos a… Pablo Iglesias decir que sin un referéndum de autodeterminación en Galicia no debemos aspirar a quitarnos de encima la LOMCE, la amnistía fiscal a los amigos del PP, la ley mordaza, los desahucios, la privatización de la sanidad,… ¡Efectivamente, claro, Pablo!

Los que nos vamos pronto a acostar la noche del cinco de enero y cerramos los ojos apretándolos para intentar dormirnos cuanto antes, también creemos a pies juntillas… que el autoproclamado presidente de Cataluña, el convergente Puigdemont, podía recibir subvenciones púbicas mientras era diputado, porque todo lo hacía siempre por el bien del pueblo de Cataluña, incluyendo a los votantes anticapitalistas de la CUP. ¿Alguien lo dudaría?

También tenemos mucha fe en los pajes de sus Majestades, fe que extendemos a… la buena voluntad con la que los diputados y periodistas más recalcitrantemente conservadores se quejan, con cierto asco y reparo y frunciendo un poco la nariz, de que las piojosas rastas y las sudorosas camisetas entren en el congreso, total, solo porque los ha votado la gente. ¡Claro, si se lo dicen solo por su bien!

Pero para terminar este cuento tan bonito tenemos que confesar que, a pesar de nuestra inocencia, hay una cosa en la que no creemos: no creemos que los problemas de la mayoría de la gente que vive en este país puedan resolverse sin que de una vez por todas se superen las actitudes excluyentes dentro de la izquierda, buscando una fórmula que, desde el respeto a la pluralidad política, pueda construirse una alternativa global a este sistema. ¿Conseguiremos que se cumpla esta ilusión, que unos reyes nunca nos traerán?





No hay comentarios:

Publicar un comentario