Un
apasionante 2016 comienza su andadura con el incierto panorama político de nuestro país.
Después de las elecciones generales del pasado 20
de diciembre, se abren tres posibles escenarios para conformar un gobierno
que dirija la política nacional. Por un lado se habla de la ”gran
coalición” PP-PSOE, con la presencia de Ciudadanos como una tercera pata de
este singular tripartito. En segundo lugar se baraja un potencial pacto de
izquierdas PSOE-Podemos-Candidaturas de convergencia (mareas)-IU, con la
colaboración de los nacionalistas vascos y ERC. Y por último, si ninguna de las
dos opciones anteriores se da, ir en primavera a unas nuevas elecciones
generales de imprevisible resultado.
No
tenemos ninguna bolica de cristal, pero nuestra apuesta, visto y oído lo que
ocurre a nuestro alrededor, es que el tripartito (PP-PSOE-C´s) tiene muchas
posibilidades de salir adelante, con la consiguiente dramatización previa que
el “interés general y de la patria” ha sido el pegamento que ha posibilitado
este “menage a trois”. Hay demasiadas presiones de la Troika, del IBEX 35 y de
alguna baronesa
pesoista, con ansias de ocupar el sillón de la calle Ferraz de Madrid, para
que esto se consume. Nosotros no deseamos que esto ocurra, sería más de lo
mismo para la mayoría de la ciudadanía, con políticas neoliberales y
austericidas que profundizarían en la desigualdad de nuestro país. Es lo que
desea la poderosa oligarquía con la complicidad
de algunos progres venidos a menos, y ya sabemos que donde hay patrón…
Sin
embargo, nuestra carta a los magos republicanos de oriente es otra. Les hemos
escrito para pedirles una España diversa y plural con un
gobierno de izquierdas, donde las prioridades sean la defensa de las clases
populares y la igualdad de todos los hombres y mujeres de este país. En pocas
palabras caminar hacia una sociedad de redistribución de la riqueza, donde la
lucha contra el paro y la precariedad sea uno de los ejes principales de ese
hipotético y querido pacto. Un gobierno que defienda con uñas y dientes los
servicios públicos, estableciéndose mecanismos de control popular de la
economía y se desplieguen políticas efectivas que garanticen la igualdad de
género.
Para
que este pacto de izquierdas deje de ser una quimera y pueda ser factible, es
necesario iniciar, sin más dilaciones, un proceso de diálogo que ponga sobre la
mesa un
programa de emergencia social que resuelva los graves problemas de la
gente, situaciones dramáticas que ha propiciado el bipartidismo con su
impermeabilidad ante la pobreza, la corrupción, el desempleo, el deterioro de
la educación y la sanidad públicas, los desahucios y un largo etcétera de
agravios que necesitan una urgente reparación.
La
necesidad del pacto
de izquierdas para gobernar este país se hace patente también en la
elaboración de una reforma electoral, donde todos los votos valgan lo mismo,
donde la proporcionalidad auténtica sea el eje vertebrador y donde, de una vez
por todas, se aborde el tema de las circunscripciones electorales que tanto
priman al PP-PSOE y tanto castigan al resto de partidos. Este frente de
izquierdas tampoco puede olvidar que se pongan las bases para conseguir la
ansiada independencia del poder judicial y que el laicismo presida todos los
ámbitos públicos del Estado. ¡Casi “ná”!
La
“gran coalición” seguro que no propiciará una reforma estructural de la
Constitución Española, sólo un gobierno de izquierdas sería capaz de iniciar un proceso
constituyente que cambie la configuración de los derechos fundamentales de
la ciudadanía, la organización territorial del Estado y sus poderes y,
consecuentemente, su jefatura. Por eso nuestro deseo es que este potencial
pacto de izquierdas sea una realidad.
Se
tendrán que eliminar obstáculos, aparcando
algunas líneas rojas que Podemos tiene establecidas sobre el derecho a
decidir del pueblo catalán y manifestarse al respecto en un referéndum. Este problema habrá que abordarlo con la máxima inteligencia posible y resucitando
el federalismo como una de las posibles salidas a esta situación. Ahora toca lo
que toca.
Las
incertidumbres y nuestros deseos hacen una indescriptible aleación. Si los
pactos de gobierno no fructifican, unas
nuevas elecciones tomarán cuerpo en los próximos meses, entonces no habrá
más excusas para que la izquierda se presente en unas candidaturas de
confluencia que surjan de un proceso de primarias y con un programa
participativo de emergencia social.
Atentos
y atentas a las próximas semanas, lo mismo los deseos se hacen realidad.
¡Feliz
2016 a tod@s!
Ojalá sea así!! Seria mejor para todos. Tengamos esperanza...
ResponderEliminarFeliz año