A Angela Merkel
se le comenzaban a escapar
los votos por la derecha, y el primer ministro turco Davutoglu vio la
oportunidad de hacerse con 6000 millones de euros y acelerar el proceso de entrada
de Turquía a la UE. Estas cosas, se meten en una coctelera, se les añaden unos
cuantos palmeros, algunos incluso con la suficiente cara dura de, estando en
funciones, saltarse el dictamen de su Parlamento; se agita todo y sale... ¿un
Pacto UE-Turquía? No, sale el Pacto de la Vergüenza. El que algunos llaman el
Pacto de la Desvergüenza y otros, no sin falta de razones, cosas mucho más
duras. Nosotros le llamamos el Pacto de los Desvergonzados, porque a esto tan
grave, que escandaliza
hasta a la propia ONU, hay que ponerle nombre y apellidos.
Nunca se han
regalado los derechos. Ha habido que pelearlos y conseguirlos. Y ha habido que
dejarlos por escrito, porque la tendencia del Poder a vulnerarlos, es una
constante.
Así, en 1689,
en Inglaterra se redactó la Declaración de Derechos, y justo un siglo después,
gracias a su Revolución, en Francia surgió la Declaración de los Derechos del
Hombre y del Ciudadano. La Primera Convención de Ginebra
es de 1864, y ha requerido actualizaciones en 1906, 1929 y 1949.
Ya en 1948,
pasada la Segunda Guerra Mundial, la Asamblea General de las Naciones Unidas
aprobó la Declaración Universal de Derechos del Hombre, un conjunto de normas y
principios, que ofrece unas garantías básicas de la persona frente a los
poderes públicos. Este documento, junto con los llamados Pactos Internacionales
de Derechos Humanos y sus respectivos Protocolos, forman la Carta
Internacional de Derechos Humanos. Si bien la Declaración constituye en sí
misma un documento orientativo, todos los Pactos que de ella se han derivado sí
son tratados internacionales que marcan la obligación de los Estados firmantes
a respetarlos y hacerlos respetar. Y aquí es donde ya a Mariano Rajoy Brey y a
su PP, les empieza a chirriar el asunto. Aquí comienzan las vulneraciones
del Pacto de los Desvergonzados.
El derecho de
asilo, está nítidamente garantizado en la Declaración Universal de los Derechos
Humanos y sus acuerdos, y en el artículo 14 afirma: “En caso de persecución,
toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en otros
países”. Los recortes (ya salió la
palabreja) que el Pacto de los Desvergonzados hace a este artículo es
brutal. Pero a Mariano Rajoy Brey y a su PP, les importa muy poco la
Declaración Universal de los Derechos Humanos y sus acuerdos.
También en la
Convención Europea de Derechos Humanos (1953) se afirma en sus arts. 4 y 13 que
“quedan prohibidas las expulsiones colectivas de extranjeros … en cualquier
caso, toda persona cuyos derechos y libertades reconocidos en el presente
convenio hayan sido violados tiene derecho a la concesión de un recurso
efectivo ante una instancia oficial, incluso cuando la violación haya sido
cometida por personas que actúen en el ejercicio de sus funciones oficiales”.
Pero a Mariano Rajoy Brey y a su PP, que dicen
y desdicen para volver a decir simuladamente en diferido, les importa muy
poco la Convención Europea de Derechos Humanos.
Por otro lado,
los artículos 18 y 19 de la Carta de Derechos
Fundamentales de la UE de 2000, afirman que “se garantiza el derecho de
asilo dentro del respeto de las normas de la Convención de Ginebra de 1951 y
del Protocolo de 1967 sobre el Estatuto de los Refugiados y de conformidad con
el Tratado constitutivo de la Comunidad Europea… quedando prohibidas las
expulsiones colectivas… y nadie podrá ser devuelto, expulsado o extraditado a
un Estado en el que corra un riesgo de ser sometido a la pena de muerte, a
tortura o a otras penas o tratos inhumanos o degradantes”. Pero a Mariano Rajoy
Brey y a su PP, les importa muy poco la Carta de Derechos Fundamentales de la
UE de 2000.
A EEUU
le ha faltado tiempo para aplaudir el Pacto de los Desvergonzados. Y eso
que saben que aunque Turquía haya suscrito la Convención de Ginebra, solo
reconoce como refugiados a los europeos. Así, aunque tal convención afirme que:
“Ningún Estado Contratante podrá, por expulsión o devolución, poner en modo
alguno a un refugiado en las fronteras de los territorios donde su vida o su
libertad peligre por causa de su raza, religión, nacionalidad, pertenencia a
determinado grupo social, o de sus opiniones políticas”, se duda mucho de que
no sea capaz de hacerlo con los sirios. Pero vamos, todo eso de la Convención
de Ginebra y las lecturas que hace Turquía, a Mariano Rajoy Brey y a su PP, les
importan muy poco.
Y así llegamos
a 1989 y la proclamación de la Convención sobre los Derechos del Niño, en la
que se afirma sobre los niños refugiados: “se debe velar por el derecho a la
reunificación familiar… derecho a la asistencia jurídica en caso de supuesta
infracción legal,… se proporcionará protección especial… es obligación del
Estado cooperar con los organismos competentes para garantizar dicha protección
y asistencia”. Pero ya pueden ustedes imaginar que a Mariano Rajoy Brey y a su
PP, les
importa muy poco la Carta de Derechos Fundamentales de la UE de 2000.
Por todo ello,
por todo lo poco que a Mariano Rajoy Brey le importan las personas que sufren,
por todos estos delitos, es que va a haber quien
le ponga una querella criminal. Y aún habrá gente extrañada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario