domingo, 27 de marzo de 2016

EL PACTO DE LOS DESVERGONZADOS


A Angela Merkel se le comenzaban a escapar los votos por la derecha, y el primer ministro turco Davutoglu vio la oportunidad de hacerse con 6000 millones de euros y acelerar el proceso de entrada de Turquía a la UE. Estas cosas, se meten en una coctelera, se les añaden unos cuantos palmeros, algunos incluso con la suficiente cara dura de, estando en funciones, saltarse el dictamen de su Parlamento; se agita todo y sale... ¿un Pacto UE-Turquía? No, sale el Pacto de la Vergüenza. El que algunos llaman el Pacto de la Desvergüenza y otros, no sin falta de razones, cosas mucho más duras. Nosotros le llamamos el Pacto de los Desvergonzados, porque a esto tan grave, que escandaliza hasta a la propia ONU, hay que ponerle nombre y apellidos.

Nunca se han regalado los derechos. Ha habido que pelearlos y conseguirlos. Y ha habido que dejarlos por escrito, porque la tendencia del Poder a vulnerarlos, es una constante.

Así, en 1689, en Inglaterra se redactó la Declaración de Derechos, y justo un siglo después, gracias a su Revolución, en Francia surgió la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. La Primera Convención de Ginebra es de 1864, y ha requerido actualizaciones en 1906, 1929 y 1949.

Ya en 1948, pasada la Segunda Guerra Mundial, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración Universal de Derechos del Hombre, un conjunto de normas y principios, que ofrece unas garantías básicas de la persona frente a los poderes públicos. Este documento, junto con los llamados Pactos Internacionales de Derechos Humanos y sus respectivos Protocolos, forman la Carta Internacional de Derechos Humanos. Si bien la Declaración constituye en sí misma un documento orientativo, todos los Pactos que de ella se han derivado sí son tratados internacionales que marcan la obligación de los Estados firmantes a respetarlos y hacerlos respetar. Y aquí es donde ya a Mariano Rajoy Brey y a su PP, les empieza a chirriar el asunto. Aquí comienzan las vulneraciones del Pacto de los Desvergonzados.

El derecho de asilo, está nítidamente garantizado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y sus acuerdos, y en el artículo 14 afirma: “En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en otros países”. Los recortes (ya salió la palabreja) que el Pacto de los Desvergonzados hace a este artículo es brutal. Pero a Mariano Rajoy Brey y a su PP, les importa muy poco la Declaración Universal de los Derechos Humanos y sus acuerdos.

También en la Convención Europea de Derechos Humanos (1953) se afirma en sus arts. 4 y 13 que “quedan prohibidas las expulsiones colectivas de extranjeros … en cualquier caso, toda persona cuyos derechos y libertades reconocidos en el presente convenio hayan sido violados tiene derecho a la concesión de un recurso efectivo ante una instancia oficial, incluso cuando la violación haya sido cometida por personas que actúen en el ejercicio de sus funciones oficiales”. Pero a Mariano Rajoy Brey y a su PP, que dicen y desdicen para volver a decir simuladamente en diferido, les importa muy poco la Convención Europea de Derechos Humanos.

Por otro lado, los artículos 18 y 19 de la Carta de Derechos Fundamentales de la UE de 2000, afirman que “se garantiza el derecho de asilo dentro del respeto de las normas de la Convención de Ginebra de 1951 y del Protocolo de 1967 sobre el Estatuto de los Refugiados y de conformidad con el Tratado constitutivo de la Comunidad Europea… quedando prohibidas las expulsiones colectivas… y nadie podrá ser devuelto, expulsado o extraditado a un Estado en el que corra un riesgo de ser sometido a la pena de muerte, a tortura o a otras penas o tratos inhumanos o degradantes”. Pero a Mariano Rajoy Brey y a su PP, les importa muy poco la Carta de Derechos Fundamentales de la UE de 2000.

A EEUU le ha faltado tiempo para aplaudir el Pacto de los Desvergonzados. Y eso que saben que aunque Turquía haya suscrito la Convención de Ginebra, solo reconoce como refugiados a los europeos. Así, aunque tal convención afirme que: “Ningún Estado Contratante podrá, por expulsión o devolución, poner en modo alguno a un refugiado en las fronteras de los territorios donde su vida o su libertad peligre por causa de su raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social, o de sus opiniones políticas”, se duda mucho de que no sea capaz de hacerlo con los sirios. Pero vamos, todo eso de la Convención de Ginebra y las lecturas que hace Turquía, a Mariano Rajoy Brey y a su PP, les importan muy poco.

Y así llegamos a 1989 y la proclamación de la Convención sobre los Derechos del Niño, en la que se afirma sobre los niños refugiados: “se debe velar por el derecho a la reunificación familiar… derecho a la asistencia jurídica en caso de supuesta infracción legal,… se proporcionará protección especial… es obligación del Estado cooperar con los organismos competentes para garantizar dicha protección y asistencia”. Pero ya pueden ustedes imaginar que a Mariano Rajoy Brey y a su PP, les importa muy poco la Carta de Derechos Fundamentales de la UE de 2000.

Por todo ello, por todo lo poco que a Mariano Rajoy Brey le importan las personas que sufren, por todos estos delitos, es que va a haber quien le ponga una querella criminal. Y aún habrá gente extrañada.





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