Esta semana que dejamos atrás ha sido para enmarcar, con la magnífica
noticia del acuerdo por el que la izquierda real de este país se presentará
unida en una coalición
electoral, el próximo 26 de junio. Hace ya diez meses, nosotros ya nos
mojamos abogando por una confluencia
de las gentes de izquierdas, donde indicábamos que esta unión no es un
camino, es el único camino. Parece ser que algunos han tardado en escuchar el
grito desgarrado que estaba en la calle pidiendo otra forma de hacer política, cuyo
centro fuera la gente llana y sus aspiraciones de vivir en un país más justo y
solidario. Tardó, pero llegó.
Estamos tremendamente ilusionados con el paso dado por Izquierda Unida,
Podemos, Equo, Compromis y todos aquellos que han querido sumarse a este
huracán de cambio, que dejará atrás un gris y tormentoso periodo bipartidista,
lleno de privilegios y paraísos
para unos pocos y enormes retrocesos en derechos para la mayoría de la
ciudadanía. Nuestro convencimiento, de que las próximas elecciones generales
darán un vuelco al panorama político, es total. El objetivo de desalojar a
Rajoy y a su banda de la Moncloa bien merece esta confluencia, donde sumando
esfuerzos lograremos que esto cambie, haciéndolo
generosamente, mirando más allá de nuestras propias “tribus”. No podemos
esperar más tiempo porque, si la derecha gana las próximas elecciones, dejará
toda España como un rastrojo, y eso ni vamos ni debemos permitirlo.
Las cifras hablan muy clarito. Si se
repitieran los
resultados del 20D, con la suma de los votos de IU y Podemos se lograrían
14 escaños más, restando 7 diputados al
PP, 4 a Ciudadanos, 2 al PSOE y 1 al
PNV. Pero la aritmética no será lineal, habrá una grata sorpresa multiplicando
estos datos por la ilusión creada por “Unidos
Podemos”. Aquí radica el problema, porque la preocupación del bipartito
PP-PSOE y sus padrinos del IBEX35 es brutal. Los insultos, descalificaciones y
demás improperios ponen de manifiesto el mucho
miedo que tienen, sus esfínteres se aflojan viendo que su chollo
económico-político puede desaparecer en unas semanas. Los medios de
comunicación afines y los tertulianos untados ya se están encargando de
propagar nubes de desasosiego, para que la población se abstenga o vote por los
de siempre, por el temor a perder las pocas migajas que reparten los
depredadores de nuestros derechos. ¿A cuántos incautos engañarán esta vez? Las
grietas van apareciendo en el suelo del PP.
El texto consensuado por los integrantes de “Unidos Podemos” refleja 50
puntos que son el punto de partida, lo que los une, coincidencias
programáticas que comparten todos. Para empezar no está mal, pero echamos
en falta medidas y propuestas encaminadas hacia el pacifismo, la lucha
contra la OTAN, abrir paso a la Tercera
República,… pero la confluencia es el principio del camino y no el final. Nos
imaginamos que en el segundo capítulo de esta increíble aventura aparecerán las
medidas correctoras derivadas de las
luchas populares que llevamos en nuestro devenir y en nuestro corazón.
Las prisas han marcado ciertos errores y disfunciones a la hora de tomar
decisiones en la coalición electoral de cambio, lo que debe corregirse en un
futuro próximo; la democracia
participativa, la horizontalidad y el programa inclusivo hecho por todos y
todas, se han aparcado peligrosamente, lo que son asignaturas troncales
pendientes que algunos no olvidamos. Anotado queda en nuestro cuaderno rojo y
violeta.
También es irrenunciable que los candidatos y candidatas de la
confluencia de la izquierda hayan sido avalados por un proceso de primarias en
las propias provincias, los que nos conocen saben que los
dedazos no son compatibles con nuestros principios de democracia
radical. Sabemos que confluir en esta
coalición requiere macrodecisiones, pero también microrrespetos, sobretodo en
la elaboración de las listas electorales en cada circunscripción.
Nuestras críticas son para corregir errores -tal vez estemos a tiempo de
alguna
rectificación de última hora-, pero en el fondo seguimos ilusionados con
este proyecto de avance social, una confluencia vital basada en la generosidad
y la humildad, donde prime el proyecto heterogéneo, crisol de sensibilidades,
por encima de siglas y ombligos.
Hay muchas mujeres y muchos hombres dispuestos
a luchar, a dar lo mejor que tienen
para lograr el objetivo de construir un país mejor para tod@s, con una mayoría
parlamentaria que adopte medidas que revierta esta maldita estafa en la que
malvive la mayoría de la población. Unidas
y unidos seguro que podemos.
PD.- En su quinto aniversario,
nuestra más cordial felicitación al movimiento 15M, sin su complicidad mucho de lo que aquí expresamos habría sido imposible.
Muchas gracias, 15M.
Me gusta eso de las macrodecisiones y los microrrespetos.
ResponderEliminarDe acuerdo como casi siempre. Y encantado de volver a la fraternidad.
Salud y República (cuando toque, je, je)