domingo, 28 de mayo de 2017

Gracias desde el infierno, Herr Rajoy

Estimado Herr Rajoy: quería trasladarle desde las cavernas más profundas del infierno el agradecimiento que mis camaradas y yo debemos a quien tan valientemente ha defendido que el cuerpo de nuestro compañero, Francisco Franco, siga reposando en el Valle de los Caídos. El Congreso de los Diputados de España ha aprobado que su gobierno saque a Franco de allí, pero usted, a su manera, ha enviado las propuestas aprobadas por las instituciones de esa cosa llamada democracia a la basura. Mi Führer destruía leyes y gobernaba sin ellas; usted es más original, simplemente las ignora y no se mete en líos ni deja que le den la lata con esas cosas del pasado.
Disculpe, pero no me he presentado: soy Heinrich Himmler, el comandante en jefe de las SS nazis, a quien usted creo que conocerá. Por si su memoria le falla, más arriba puede contemplar una fotografía mía con Franco, en mi visita de 1940 a Madrid. Casi ochenta años después, reconforta saber que usted, a pesar de estar muy atareado, no ha olvidado ser agradecido con Franco, quien aupó y protegió al fundador de su partido, Manuel Fraga. Aunque ardiendo para siempre en la memoria de la humanidad por los crímenes que cometimos, mis camaradas nazis y yo vitoreamos con entusiasmo a Herr Rajoy, quien ha decidido que el Caudillo siga donde merece. Mi Führer, Adolf Hitler, quemó el Parlamento alemán. Usted, que gobierna en los tiempos de lo políticamente correcto, ignora a su democrática manera lo que el Parlamento aprueba.
Auschwitz y mi nombre irán unidos para siempre en la historia. Sé que hay quien ha dicho que Franco protegió a los judíos y que no colaboró con nosotros, los nazis, pero todos sabemos que eso es mentira. Ese catalán, Martín de Pozuelo, es uno de los que ha terminado por descubrirlo todo. Ese catalán ha descubierto mucho sobre nosotros, quizá para vengarse de que la Gestapo le entregó a Franco al presidente de Cataluña para que lo fusilara. Companys, creo que se llamaba. También es catalana y judía esa señora que ha narrado el hallazgo de las siete cajas en la que se demuestra cómo nosotros y Franco destruimos a su familia. Dory Sontheimer, se llama.
Usted sabe que soy responsable del asesinato de millones de personas, padre de la Solución Final y de uno de los inventos más estremecedores del siglo XX, los campos de exterminio nazis. 

El caso es que usted sabe que Franco y yo colaboramos intensamente y con su cuñado, Serrano Suñer, compartimos las experiencias de nuestra Gestapo y de nuestras SS para la captura, tortura y asesinato de la oposición política española y de las razas inferiores. Un poco después, cuando perdimos la guerra, el caudillo Franco también nos siguió ayudando, cobijándonos y facilitando que escapáramos a Sudamérica, algo que nosotros nunca olvidaremos.
Sí que es cierto que algunos embajadores y funcionarios españoles en Europa ayudaron a algunos judíos, pero lo hicieron traicionando y desobedeciendo las instrucciones de Franco. La mayoría cumplieron con las órdenes del Caudillo, y los republicanos y judíos españoles sufrieron el destino que merecían. En fin, todos sabemos bien quién era Franco y qué hizo, y cómo colaboró con nosotros y nuestros crímenes, condenados por la Humanidad por los siglos de los siglos. Por eso, Herr Rajoy, nos admira que usted siga firme. Desde el infierno, padeceremos eternamente nuestra condena, pero sabremos que, mientras el PP gobierne en España, nunca, nunca, el cuerpo del camarada de los nazis reposará para siempre en Cuelgamuros. Su cuerpo, porque su alma se cuece aquí, en el averno, en mi mismo caldero, desde el que el Caudillo le envía un saludo y un abrazo, Herr Rajoy. Gracias desde el infierno.





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