Si estuviéramos en un país
verdaderamente democrático el señor Méndez de Vigo, ministro de Educación y Portavoz del Gobierno, ya no
sería ministro. Pero nos gusta imaginar
cómo debería haber sido su última rueda de prensa, la que con toda sinceridad debía
haber dado, desde sus formas amables y exquisitas:
“Señoras y señores, ciudadanos
todos que pagan mi sueldo: la
verdad es que no tengo ni idea de qué se estuvo hablando durante la moción de
censura del señor Pablo Iglesias contra el presidente Rajoy, yo estaba con mis
lecturas, aunque llegado el momento de la votación mi amigo Rafael
Hernando, tan guasón él, me dijo que votara NO, y eso hice…
Sí, señor periodista, he
entendido su pregunta: efectivamente, he consultado mi nómina y tengo que
confesar que no, no
me han descontado esos dos días de sueldo, así es que he pensado que con
ese dinero puedo comprarme otro par de libros, para cuando Pedro Sánchez
presente su próxima moción… Sánchez o quien sea, no tengo intención de prestar
la mínima atención…
Claro, señora periodista, créame
que mis lecturas han sido de provecho para nuestro país: le he pasado los
libros a la Comunidad de Madrid, para que el consejero de Sanidad arranque las
hojas y, dobla que te dobla, enseñe
a los niños que se desmayan por el calor en las aulas a hacer abanicos de papel…
con esas dos mil páginas pueden abanicarse, por turnos, por supuesto, unos
cuarenta mil niños… eso sí, pediría que mientras se abanican no dejen de
prestar atención a lo que dicen sus profesores, que es siempre muy importante
para el país.
No, claro, estimado periodista,
no me parece bien que los niños utilicen dispositivos electrónicos ni móviles
durante las clases para enviar mensajes en twitter o whatsapp, porque eso sería
una falta de respeto a sus profesores y un despilfarro de recursos. Yo
recomendaría a los niños a que
se esperen a ser diputados y diputadas y entonces, si no les gusta leer, podrán
dedicarse a insultar y cotillear en las redes sociales en vez de atender a
lo que dicen los portavoces.
No, claro que no, ¿cómo podría
parecerme bien que los profesores falten a clase injustificadamente ni que los
alumnos lleguen con retraso a clase? Ah, ¿sí? ¿Quiere decir su periódico que el
presidente del gobierno, Mariano
Rajoy, se saltó tres horas de la moción de censura con la que se pretendía
removerle de su puesto? Pues, la verdad, ni me había fijado, estaba yo tan
absorto con mis libros…
No, no he tenido oportunidad de
averiguar por qué la
televisión pública interrumpió su emisión para intercalar unos anuncios
mientras intervenía el portavoz socialista… ¿cuándo dice usted que pasó
eso? No sé, es que yo estaba con aquel capítulo tan entretenido…
Vaya, siento lo que dicen en su
canal televisivo, pero no percibí yo que en la intervención de Rafa
Hernando hubiera nada ofensivo hacia las mujeres ni falta de respeto al
Congreso como depositario de la soberanía nacional, ni nada de nada… y yo creo
que en ese momento yo estaba atendiendo, aunque no se lo puedo asegurar… no sé,
la verdad es que él es una persona muy respetuosa que representa perfectamente
qué es el PP y para qué queremos seguir en el gobierno, pues somos
todos nosotros honrados, decentes y honestos. Y, por supuesto, trabajadores
y educados.
No, la verdad es que no tengo ni
idea de por qué hay tantos millones de personas en este país, de hecho una
mayoría si uno sabe contar, que quieren que dejemos el gobierno. Pero, bueno,
hasta que se pongan de acuerdo, creo que me puedo leer las obras completas de
Mortadelo y Filemón. Es
que este país, estimados periodistas, es de risa”.
@CPuenteMaderaAB
No hay comentarios:
Publicar un comentario