sábado, 17 de junio de 2017

MOCIÓN CONTRA LA MALA EDUCACIÓN

Si estuviéramos en un país verdaderamente democrático el señor Méndez de Vigo, ministro  de Educación y Portavoz del Gobierno, ya no sería ministro.  Pero nos gusta imaginar cómo debería haber sido su última rueda de prensa, la que con toda sinceridad debía haber dado, desde sus formas amables y exquisitas:
“Señoras y señores, ciudadanos todos que pagan mi sueldo: la verdad es que no tengo ni idea de qué se estuvo hablando durante la moción de censura del señor Pablo Iglesias contra el presidente Rajoy, yo estaba con mis lecturas, aunque llegado el momento de la votación mi amigo Rafael Hernando, tan guasón él, me dijo que votara NO, y eso hice…
Sí, señor periodista, he entendido su pregunta: efectivamente, he consultado mi nómina y tengo que confesar que no, no me han descontado esos dos días de sueldo, así es que he pensado que con ese dinero puedo comprarme otro par de libros, para cuando Pedro Sánchez presente su próxima moción… Sánchez o quien sea, no tengo intención de prestar la mínima atención…
Claro, señora periodista, créame que mis lecturas han sido de provecho para nuestro país: le he pasado los libros a la Comunidad de Madrid, para que el consejero de Sanidad arranque las hojas y, dobla que te dobla, enseñe a los niños que se desmayan por el calor en las aulas a hacer abanicos de papel… con esas dos mil páginas pueden abanicarse, por turnos, por supuesto, unos cuarenta mil niños… eso sí, pediría que mientras se abanican no dejen de prestar atención a lo que dicen sus profesores, que es siempre muy importante para el país.
No, claro, estimado periodista, no me parece bien que los niños utilicen dispositivos electrónicos ni móviles durante las clases para enviar mensajes en twitter o whatsapp, porque eso sería una falta de respeto a sus profesores y un despilfarro de recursos. Yo recomendaría a los niños a que se esperen a ser diputados y diputadas y entonces, si no les gusta leer, podrán dedicarse a insultar y cotillear en las redes sociales en vez de atender a lo que dicen los portavoces.
No, claro que no, ¿cómo podría parecerme bien que los profesores falten a clase injustificadamente ni que los alumnos lleguen con retraso a clase? Ah, ¿sí? ¿Quiere decir su periódico que el presidente del gobierno, Mariano Rajoy, se saltó tres horas de la moción de censura con la que se pretendía removerle de su puesto? Pues, la verdad, ni me había fijado, estaba yo tan absorto con mis libros…
No, no he tenido oportunidad de averiguar por qué la televisión pública interrumpió su emisión para intercalar unos anuncios mientras intervenía el portavoz socialista… ¿cuándo dice usted que pasó eso? No sé, es que yo estaba con aquel capítulo tan entretenido…
Vaya, siento lo que dicen en su canal televisivo, pero no percibí yo que en la intervención de Rafa Hernando hubiera nada ofensivo hacia las mujeres ni falta de respeto al Congreso como depositario de la soberanía nacional, ni nada de nada… y yo creo que en ese momento yo estaba atendiendo, aunque no se lo puedo asegurar… no sé, la verdad es que él es una persona muy respetuosa que representa perfectamente qué es el PP y para qué queremos seguir en el gobierno, pues somos todos nosotros honrados, decentes y honestos. Y, por supuesto, trabajadores y educados.
No, la verdad es que no tengo ni idea de por qué hay tantos millones de personas en este país, de hecho una mayoría si uno sabe contar, que quieren que dejemos el gobierno. Pero, bueno, hasta que se pongan de acuerdo, creo que me puedo leer las obras completas de Mortadelo y Filemón. Es que este país, estimados periodistas, es de risa”.


@CPuenteMaderaAB




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