*Una
colaboración de JUAN CARLOS MUÑOZ RIESCO
para
Colectivo Puente Madera
Escuchando
cantar y contar los números sobre dependencia y los enormes logros
conseguidos por el equipo de inmortales de Bienestar Social de Gª
Page, quienes tenemos algún tipo de familiar con una situación de
dependencia reconocida o con carencias en sus habilidades básicas y
necesitan ayuda diaria deberíamos notar claramente cómo llega esa
ayuda en la forma e intensidad en la que la necesitan. ¿Es así?,
¿todo va bien? Pues no.
Y es que una
cosa son los números y las múltiples formas de generarlos para
sacar pecho en ruedas de prensa y otra la situación real de las
personas y las familias a las que has contabilizado sin importarte si
están o no atendid@s correctamente. Prestaciones prescritas a
quienes no las quieren, no las necesitan o pasan tiempo indefinido en
listas de espera no son personas atendidas, por mucho que por medio
de las estadísticas oficiales se empeñen en querer convencernos de
que sí.
Para entender lo
que sucede con el Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD) en Castilla-La
Mancha, hay que explicar varias cosas: la Junta convenia con los
ayuntamientos la prestación del SAD y son ellos quienes gestionan el
copago, en base a una tasa municipal que cada ayuntamiento puede
variar a su gusto.
Hace bastantes
años se ampliaban los convenios cada vez que alguien lo necesitaba,
siendo una de las prestaciones de acceso rápido y que mejor servicio
prestaba, dado el carácter principalmente preventivo del mismo.
Más tarde
vinieron todo tipo de recortes: se pidió como requisito para el
acceso al SAD el tener reconocido un grado de dependencia, algo que
dejaba fuera a mucha gente y que cuestionaba su carácter preventivo
para centrarse en los casos claramente asistenciales. Dejaron de
ampliarse los convenios para dar cabida inmediata a nuevas
solicitudes, por lo que empezaron a generarse listas de espera y cada
vez en más municipios. Con las listas de espera, para cuando se
quita el requisito de tener reconocido grado de dependencia, el
acceso no sólo no es inmediato, sino que las personas que lo
necesitan pueden tener que esperar para incorporarse hasta casi un
año o para poder ampliar un servicio que ya se está prestando pero
necesita más horas.
En Castilla-La
Mancha son cientos de familias/personas las que están en estas
listas de espera. En muchos casos cuando por fin se les avisa de que
se pueden incorporar al SAD, esas personas ya están atendidas en
residencias, o por personas sin contrato, o la situación ha variado
tanto que el número de horas que se les concede es insuficiente y
deben volver a esperar para que se les amplíen las horas que
realmente necesitan.
Todo esto es de
locos. Pero la situación es aún peor tras los recortes encubiertos
de la Junta. Quienes trabajamos en los Servicios Sociales Básicos
nos llevamos la sorpresa hace pocas semanas de que las horas de Ayuda
a Domicilio de las que disponíamos en muchos municipios
desaparecieron sin previo aviso ni explicación. ¿Y por qué no
hacer esto en 2017 si en 2016 ya se hizo y no pasó nada?
Al final de cada
año se incorpora al convenio a las personas en lista de espera. Esto
a los inmortales de Gª Page no les gusta, porque al final de ese año
que comienza se prestarían más horas totales de SAD. Por este
motivo llevan dos años retirando las horas disponibles en los
convenios donde hay alguna. Sin aviso, sin explicación y por tiempo
indeterminado (supongo que hasta que las horas coincidan con el
dinero que tienen pensado emplear). Así, en los municipios donde
había horas suficientes para poner nuevos casos en marcha ya no se
puede hacer y en los que existe lista de espera, se truncan las
expectativas de poder incorporar a alguna familia aunque haya una
baja, ya que las horas que no se prestan por hospitalizaciones o
situaciones transitorias no se acumulan para otros casos, sino que
desaparecen del convenio. Y todo para “gastar” menos a costa de
no atender a quien tiene su derecho reconocido.
Y nadie protesta
pública y enérgicamente. Nadie dice nada salvo algunos
profesionales (muy pocos para la gravedad del asunto).
A finales de
2011 la Cospe-Junta dio la orden de recortar el SAD el 47%. Y se hizo
también sin que prácticamente nadie dijera nada. Quizá si ese
hecho hubiera llegado a los tribunales de justicia hubieran tenido
que recular y mucha gente, responsables y profesionales serviles que
no dudaron en aplicar ese recorte, hubieran tenido que dar
explicaciones y asumido su responsabilidad.
El SAD es una de
las prestaciones básicas garantizadas por la Ley de Servicios
Sociales. Lo que está pasando es muy grave, ya que no se está
atendiendo a quien lo necesita ni correcta, ni rápidamente.
Si estas
prestaciones no funcionan asistencialmente ni mucho menos de forma
preventiva, no queda más que el aumento de la necesidad y de la
demanda de institucionalización en residencias, por lo que el
panorama es desalentador y mucho más caro para la Junta. Eso si, más
negocio para las grandes empresas privadas del sector, curiosamente.
La Junta está
empeñada en acomodar las necesidades de la gente al presupuesto (muy
escaso) que destinan a atenderlas. Y en Servicios Sociales eso es una
barbaridad. Y esta desidia cruel que tanto daño provoca tiene
responsables con nombres y apellidos y están todos en el gobierno
regional.
Pd.: Mientras
tanto la Diputación de Albacete derrocha 600.000 euros en una
convocatoria de ayudas de emergencia social que duplica la anual de
la Junta y a la que un tercio de los ayuntamientos de la provincia no
se han adherido, incluido el de Albacete. Todo mientras se amplían
enormemente las listas de espera del SAD y del servicio de comidas a
domicilio, prestaciones ambas que gestiona precisamente la Diputación
a través del Consorcio de Servicios Sociales.
*
Una colaboración para Colectivo Puente Madera de
Juan
Carlos Muñoz Riesco
Trabajador
Social
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