La
tristeza y la indignación se desborda. El Partido Popular está
podrido,
los casos de corrupción en esta organización criminal se reproducen
cada semana, a veces día a día, cada hora, con nuevos y más altos
dirigentes peperos implicados en hechos de enriquecimiento ilícito,
de financiación irregular y de
saquear lo público,
lo de todas y todos.
Al
principio de esta semana, Luis Bárcenas, el exgerente-tesorero del
PP, compareció
en la Comisión
que se ha creado en el Congreso de los Diputados, para investigar la
presunta financiación ilegal del PP y depurar las posibles
responsabilidades políticas. Luis, “el cabrón”, fiel a la
antigua recomendación de Mariano Rajoy, fue “fuerte”
y la ley de la boca cerrada imperó en su comparecencia. Sus
silencios clamorosos hablaron más que mil palabras, todo parecía
pactado para proteger a Mariano, manteniendo en la más absoluta
impunidad al actual presidente del gobierno de nuestro país.
En
diferentes autos judiciales está constatado que, durante muchos
años, el PP ha tenido una doble contabilidad, una caja B donde se
ingresaban las mordidas que los empresarios amigos, donantes
corruptos, daban en la calle Génova, a cambio de la concesión de
obra pública en el Estado, en diferentes regiones o en municipios.
Todos los datos conocidos, ponen de manifiesto la existencia de una
trama organizada
para delinquir, que implica a toda la estructura del Partido Popular.
Sí, ese partido que la gente desmemoriada sigue apoyando en las
urnas. ¡Más dura será la caída!
Con
el dinero negro de las empresas de los
corruptos oligarcas donantes
(Mercadona, OHL, Sacyr, FCC, Hermanos Cotino,…), el PP ha pagado
sobresueldos a sus máximos dirigentes, lo ha utilizado para gastos
corrientes del partido (reforma de la sede nacional en la calle
Génova, entre otros) y se han financiado irregular e ilegalmente
algunas de sus campañas electorales. Estamos ante una situación muy
grave, un ataque a la raíz del sistema democrático, quebrantando el
patrimonio público y dañando la base misma de la representación
política y de la democracia
con mayúscula.
El
hartazgo de la ciudadanía ante esta lacra está provocando que se
organicen plataformas como “Albacete contra la corrupción”,
destacando su iniciativa del pasado martes, 27 de junio. En esa tarde
calurosa, se hizo una
cadena humana
con el objetivo de denunciar la situación de corrupción que invade
al PP y a otros partidos, con las pérdidas de derechos sociales y
económicos que ello supone para la sociedad española. Un grupo
numeroso de albaceteños y albaceteñas protestamos, en esta singular
movilización, uniendo, con la cadena humana, la oficina de Bankia en
el Altozano con el edificio del Palacio de Justicia. Al finalizar el
acto, desde “Albacete contra la corrupción” se hizo un
llamamiento a la unidad, a que la
ciudadanía se organice,
a que alcemos la voz y nos movilicemos pacífica y democráticamente
contra las prácticas corruptas que campan en las instituciones
públicas. Es urgente e imprescindible exigir y apoyar la acción de
policías, jueces,
fiscales y empleados públicos en general, dotándolos de medios y
recursos, para que de forma independiente del poder ejecutivo,
superen las trabas y dificultades evidentes que encuentran en su
trabajo y se pueda perseguir a los corruptos y sus cómplices. Es el
momento de la acción de la justicia, de la devolución de lo robado
y de la regeneración democrática.
¡Bravo
por “Albacete contra la corrupción”! Una iniciativa ciudadana
que no está dispuesta a tolerar que prevalezcan las
prácticas corruptas
en ningún ámbito de la vida pública, ni que se continúe
transfiriendo injustamente patrimonio ni dinero público a manos
privadas. Estos gestos son una señal de esperanza para seguir con el
compromiso de dar la batalla a la corrupción. Es imprescindible que
la limpieza y la transparencia sean consustanciales a la actividad
política en nuestro país y que la gestión pública sea ejemplar,
para evitar que la
corrupción continúe
haciendo desfalcos en los recursos públicos y siendo cada vez más
corrosiva para la democracia.
En
fin, esta semana que termina hemos podido comprobar la existencia
de dos situaciones contrapuestas. Unos malolientes silencios
cómplices
de Bárcenas, un peón del régimen corrupto del Partido Popular,
frente al gran éxito de la cadena humana de “Albacete
contra la corrupción”.
El camino está abierto, la democracia está en juego, el despertar
conciencias es obligación de todos.
Es
la hora de la movilización pacífica contra la corruPPción. ¡La
lucha sigue!
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